REPRESIÓN ESTUDIANTIL E INSURGENCIA OBRERA EN MÉXICO
PROHIBIDO OLVIDAR
REPRESIÓN ESTUDIANTIL E INSURGENCIA OBRERA EN MÉXICO
*Ese año Estudiantes, Campesinos y Obreros Buscaban Aliarse para Fortalecer sus luchas.
y colaborador voluntario de Frecuencia Laboral,
Publicación Original del Portal www.frecuencialaboral.com
El 10 de junio de 1971, el Comité Coordinador
de Comités de Lucha del Politécnico, de la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM) y de las escuelas normales, convocó a una
manifestación en apoyo a los estudiantes de la Universidad Autónoma de
Nuevo León. La marcha, partiría del Casco de Santo Tomás al Monumento a
la Revolución con una participación muy amplia de estudiantes del
Instituto Politécnico Nacional.
Como en 1968, los seis puntos del pliego
petitorio no encerraban todo el contenido programático del movimiento,
tampoco el 10 de junio de 1971 la marcha se quedaba en el apoyo a los
estudiantes del norte del país. En ese año, además de la vieja demanda
de libertades democráticas, se luchaba por la democratización de la
enseñanza, por la democracia sindical, por construir la alianza obrera -
campesina - estudiantil.
Hay que recordar que a inicios de la década
de los setentas, el movimiento obrero empezaba a aparecer en el
escenario político nacional con una fuerza creciente. En Automex, en
Chicles Adams, los obreros del transporte, textiles y muchos más se
lanzaban a la lucha por mejores condiciones de vida y por democracia
sindical.
Comenzaba también la lucha del Sindicato de
Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (STERM) en defensa
de su contrato colectivo ante la pretensión de los charros cetemistas
del Sindicato Nacional de Electricistas por quedarse con la titularidad
de los dos contratos colectivos que tenían los trabajadores de Comisión
Federal de Electricidad, a raíz de la nacionalización de la industria
eléctrica en 1960.
El movimiento estudiantil de 1968 había
mostrado cómo los estudiantes solos, sin la participación de la clase
obrera, difícilmente podrían lograr transformaciones profundas de la
sociedad. Para muchos activistas estudiantiles, quedaba cada vez más
clara la necesidad de vincular el movimiento estudiantil con el
movimiento obrero.
Si la lucha de aquel momento por las
libertades democráticas, había mostrado que ya estaba llegando a su fin
el tiempo del control absoluto del Partido Revolucionario Institucional
(PRI) sobre la población, la lucha por la democracia sindical iba
directo contra uno de los pilares que sostenían el sistema político
dominante: el charrismo sindical.
La manifestación del 10 de junio de 1972,
entonces, era algo más que el regreso de la protesta pública a las
calles de la ciudad de México, después del movimiento de 1968, o la
solidaridad con el movimiento de los estudiantes de Nuevo León. Esta
movilización representaba la incorporación de la clase obrera al
movimiento popular y un paso hacia la alianza obrera-estudiantil.
La represión no fue sólo a los estudiantes,
sino a un movimiento en ascenso, que se recuperaba de la masacre que
perpetró el gobierno federal del ex presidente de la República Gustavo
Díaz Ordaz en 1968, en la que los trabajadores ocuparían un lugar
importante.
De cualquier modo, la represión no pudo
evitar el avance. La insurgencia obrera tomó el lugar que dejaba el
movimiento estudiantil, como no se había visto desde el movimiento
ferrocarrilero, en los años siguientes a 1972 la clase obrera ocupó
plazas y titulares de la prensa. La insurgencia obrera de mediados de
los setentas sacudió al sistema.
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