Las gasolinerías, pingüe negocio de una élite
PROCESO
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto el negocio de las gasolinerías se convirtió en un gran festín al que fueron invitados familiares del mandatario, funcionarios, exgobernadores, alcaldes, caciques políticos, diputados y senadores, líderes sindicales, prestanombres y otros contratistas consentidos.
Entre 2015 y 2018, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) otorgó 12 mil 214 permisos para la operación de gasolinerías.
Sólo en la sesión del 15 de octubre de 2015, que duró menos de hora y media, los comisionados de la CRE autorizaron “por unanimidad” el otorgamiento de 2 mil 79 permisos.
Destacan integrantes de la élite mexiquense asentada en el llamado Grupo Atlacomulco, al que pertenece Peña Nieto: Carolina Monroy del Mazo –su prima lejana– tiene, junto con su esposo Ernesto Nemer Álvarez, la empresa ECV, SA de CV, la cual opera una gasolinería en la carretera Toluca-Naucalpan que construye el empresario Juan Armando Hinojosa Cantú.
Nemer, ahora secretario técnico del PRI nacional y diputado federal, fue pieza clave de Peña Nieto en la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) durante la gestión de Rosario Robles Berlanga y posteriormente encabezó la Procuraduría Federal del Consumidor, encargada de verificar las gasolinerías.
(Fragmento del reportaje especial publicado en Proceso 2205, ya en circulación)
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