"Acorraló" EU a Snowden en Moscú, acusa el presidente ruso

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El mandatario ruso, Vladimir Putin, se sumergió ayer, a bordo del batiscafo C Explorer 5, en las aguas del Golfo de Finlandia, región de Leningrado, para ver el buque de vela Oleg, hundido en 1869Foto Reuters
Juan Pablo Duch
 
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 16 de julio de 2013, p. 25
Moscú, 15 de julio.

Aunque parezca difícil de creer, no es claro todavía si Edward Snowden solicitó ya el asilo temporal a Rusia que anunció el viernes anterior. En tanto, el presidente Vladimir Putin, en una suerte de entrevista de banqueta, afirmó que Estados Unidos acorraló en Moscú al fugitivo y que éste podrá irse cuando surja una oportunidad, si acepta las condiciones de no hacer más revelaciones, el menos desde aquí.
No hay información oficial acerca de qué hizo Snowden al terminar su reunión con 13 representantes de organizaciones no gubernamentales, diputados de la Duma y abogados –primera vez que se le vio en público desde que llegó a Rusia–, y todo lo que se comenta este lunes se basa necesariamente en rumores o suposiciones.
Primera posibilidad:
El experto en computación, perseguido por revelar secretos del espionaje estadunidense, dijo que iba a solicitar asilo temporal y probablemente quiso hacerlo, pero después de la conversación telefónica entre Putin y Obama, a iniciativa del presidente de Estados Unidos, el viernes por la noche, Rusia exigió a Snowden sólidas garantías, por escrito, de suspender toda actividad que dañe los intereses de Estados Unidos.
Claudicar
Snowden no está de acuerdo con esa acusación y, desde entonces, sopesa si firma esa suerte de capitulación, mientras sus amigos desde la prensa británica lanzan la advertencia de que, si siguen acosando al fugitivo, éste podría sacar a la luz papeles secretos que causarían un daño irreparable a la seguridad de Estados Unidos.
Segunda posibilidad:
Solicitado el asilo, en pacto de caballeros se deja correr el tiempo, en medio de una completa incertidumbre, hasta que un buen día se decida hacer público que se le concedió el asilo temporal y que ya está en el país latinoamericano que lo acogió de modo permanente.
Y en ese contexto apareció hoy de las profundidades del lago Gogland el presidente Putin, tras darse un chapuzón en sus heladas aguas, cerca de San Petersburgo, donde conversó con un grupo de arqueólogos y geógrafos que ahí tienen un campamento.
Ante la pregunta obligada de qué va a pasar con Snowden, el titular del Kremlin evitó una respuesta seria: No tengo ni idea, soltó y provocó la risa de los asistentes.
Y siguió: Es su vida, su destino. Llegó a nuestro territorio sin invitación, no es nuestro invitado. Ni siquiera volaba para acá, volaba en tránsito hacia otro país, pero apenas se supo que estaba en un avión, nuestros socios estadunidenses, en realidad, bloquearon sus desplazamientos. Intimidaron a todo el mundo y nadie quiere acogerlo. De hecho, lo acorralaron en nuestro territorio. Nos hicieron, por así decirlo, una especie de regalo de Navidad.
Putin tranquilizó a sus oyentes: Pero, a final de cuentas, él quiere irse a otro país, fijar su residencia en otro lado.
Contó el presidente que, al principio, le ofrecimos: quiere quedarse, no hay problema. Pero tiene que cesar su actividad política. Mantenemos ciertas relaciones con Estados Unidos y no queremos que usted, con su actividad, cause daño a nuestra relación con Estados Unidos.
Según Putin, Snowden respondió: No, quiero continuar con mi labor. Quiero defender los derechos humanos. Considero que Estados Unidos viola las normas del derecho internacional, se inmiscuye en la vida privada de las personas. Mi meta ahora es luchar contra esto.
Agregó: Le dijimos: sólo que sin nosotros, ya tenemos muchos problemas para luchar. Así están las cosas, pero apenas surja una posibilidad para continuar su viaje, espero que lo haga. Conoce las condiciones para otorgarle asilo político. A juzgar por lo que dice (Snowden), cambia mucho su posición, pero la situación sigue pendiente de solución.
Enlaces:
Los cables sobre México en WikiLeaks
Sitio especial de La Jornada sobre WikiLeaks

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