La reforma hacendaria no gravará con IVA alimentos ni medicinas

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El presidente Enrique Peña Nieto saluda en la residencia oficial de Los Pinos al secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso, durante la presentación de la iniciativa de reforma hacendaria. A la derecha, el senador priísta Raúl Cervantes AndradeFoto Jesús Villaseca
Rosa Elvira Vargas, José A. Román e Israel Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Lunes 9 de septiembre de 2013, p. 5
El presidente Enrique Peña Nieto definió como socialmente justa y económicamente responsable su decisión de mantener sin impuesto al valor agregado (IVA) los alimentos y las medicinas. La reforma hacendaria es, aseguró, ‘‘altamente progresiva’’ porque ‘‘pagarán más los que más ganen’’, y elimina injustificables privilegios fiscales.
Con el proyecto –añadió– ‘‘se establece un sistema hacendario más justo, simple y transparente, y contribuirá a reducir los elevados niveles de desigualdad entre los mexicanos’’. Además, ‘‘retoma y da cumplimiento a los compromisos del Pacto por México en materia fiscal’’.
La reforma pretende fomentar el empleo formal y cambia el paradigma tradicional con un régimen de incorporación fiscal para nuevas empresas y las que decidan regularizarse, en el cual inicialmente no pagarán impuestos y habrán de incrementarse de manera gradual.
En materia de gasolinas y diésel, si bien propone eliminar el subsidio de manera gradual, planteó incrementos mensuales menores a los actuales a fin de ‘‘aminorar el impacto’’.
Cuatro ejes de acción
Flanqueado por los líderes de los partidos firmantes del Pacto por México y con los gobernadores y los integrantes del gabinete a ambos lados del estrado, Peña Nieto habló frente a los líderes de las cúpulas empresariales en Los Pinos, legisladores y analistas económicos. Recibió 15 aplausos a lo largo de los 28 minutos de su discurso.
Ubicó cuatro ejes de acción del gobierno federal en su propuesta: pensión universal, seguro de desempleo, sustento financiero a la reforma educativa, elevación del crecimiento económico.
Al mismo tiempo, y como los mexicanos –aseguró– demandan un crecimiento del país, ‘‘desde ahora’’, junto a la propuesta hacendaria envió al Congreso de la Unión un Programa de Aceleración del Crecimiento Económico para responder ‘‘al insuficiente desempeño de la economía’’.
Para financiar este programa, la administración federal propone un déficit de 0.4 por ciento del producto interno bruto (PIB) en este año para evitar recortes en el gasto público ante la reducción de los ingresos fiscales.
Con base en el fortalecimiento de las finanzas públicas, de aprobarse la reforma hacendaria se plantea un déficit de 1.5 por ciento del PIB en 2014, a fin de estimular la economía nacional. Aclaró Peña Nieto que estos déficits serán transitorios, ya que reconocen la desaceleración de la economía ante factores externos e internos, ‘‘y son una propuesta consistente en el manejo responsable de las finanzas públicas’’.
Además, se prevé acelerar la ejecución del gasto público, reasignando recursos hacia aquellos proyectos de rápida instrumentación. Adicionalmente incluye medidas de apoyo a la vivienda, a la construcción, mayores recursos para la banca de desarrollo, así como para incrementar el consumo e inversión del sector privado.
Peña Nieto dijo que aplicar impuestos a insumos traería ‘‘efectos adversos’’ en el consumo y el bienestar; de ahí su decisión de mantener sin IVA alimentos y medicinas, lo mismo que servicios médicos, transporte urbano y libros y revistas.
En cambio, la reforma hacendaria plantea un impuesto a las bebidas endulzadas para disminuir su consumo y reducir los altos índices de obesidad en los mexicanos, así como impuestos ‘‘verdes’’.
En tal sentido, se instrumentará un gravamen especial por unidad de carbono emitida, a fin de desincentivar las emisiones que afectan el medio ambiente y agravan el cambio climático.
Se trata, dijo enseguida, de una ‘‘reforma justa, porque es altamente progresiva’’, donde pagarán más quienes mayores ingresos obtienen. Y por ello enumeró de inmediato su propuesta de gravar fiscalmente las ganancias que las empresas pagan a sus dueños, las utilidades obtenidas de la bolsa de valores, eliminar tres cuartas partes de los tratamientos preferenciales y prácticamente la mitad de los regímenes especiales.
Respecto de esto último, puntualizó: ‘‘Sólo se mantendrán los que representan amplios beneficios fiscales y los de probada eficacia para apoyar el crecimiento de la economía’’.
En materia tributaria no mencionó modificación alguna a la tasa del impuesto sobre la renta (ISR). Sin embargo, propone una nueva ley para su pago, ‘‘más sencilla, corta y clara’’. También establece desaparecer el impuesto empresarial a tasa única (IETU), así como el impuesto a los depósitos en efectivo (IDE), y plantea eliminar el régimen de consolidación fiscal.
Respecto de Petróleos Mexicanos (Pemex), Peña Nieto habló del diseño de un nuevo régimen fiscal, ‘‘como el de cualquier otra empresa petrolera del mundo, lo que le permitirá hacer mayores inversiones en favor del desarrollo nacional’’.
Para cerrar, dijo que su proyecto no eleva el gasto corriente del gobierno federal y aseguró que por ley se establecerá que ‘‘en tiempos de elevado crecimiento económico y altos ingresos tributarios’’ se tenga un ahorro para usarse en los momentos de menor dinamismo económico, así como crear un fondo de ahorro de largo plazo.
En general, el paquete económico para 2014, que antes de esta ceremonia fue entregado en la Cámara de Diputados, estima incrementar la recaudación en 1.4 por ciento del PIB y llegar a 3 por ciento para 2018, del cual un punto porcentual se canalizará a estados y municipios.

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