Privatización en marcha: ya vendieron la petroquímica Pajaritos
Refinería de Pemex “Francisco I. Madero” en Tamaulipas. |
MÉXICO, D.F. (Proceso).- El 30 de julio, días antes de que el presidente Enrique Peña Nieto diera a conocer su iniciativa de reforma energética, que propone modificar los artículos 27 y 28 constitucionales para abrir la cadena de hidrocarburos a la iniciativa privada, la Secretaría de la Función Pública (SFP) publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) un insólito acuerdo:
La desincorporación del régimen de dominio público de la federación de 476 mil 386 de los 990 mil 528 metros cuadrados –casi la mitad– del Complejo Petroquímico Pajaritos, ubicado en el municipio de Coatzacoalcos, Veracruz, “a efecto de que el organismo público descentralizado Pemex Petroquímica lleve a cabo su enajenación a título oneroso”.
Según el acuerdo firmado por el subsecretario de Responsabilidades Administrativas y Contrataciones Públicas, Julián Alfonso Olivas, en ausencia del titular de la SFP, el predio desincorporado consta de tres polígonos –de 342 mil 675, 42 mil 240 y 91mil 471metros cuadrados, respectivamente– e incluye las construcciones e instalaciones que se encuentren en el área enajenada (es decir, la planta Derivados Clorados III, que produce cloruro de vinilo, un insumo básico para la fabricación de policloruro de vinilo o PVC, talleres de mantenimiento, áreas de servicio y ductos).
El acuerdo establece que en la desincorporación y enajenación “deberán respetarse las vías de acceso y servidumbres de paso existentes o que se establezcan en los terrenos que forman parte del Complejo Petroquímico Pajaritos, para garantizar el tránsito de personal de Petróleos Mexicanos y de sus organismos subsidiarios y de terceros, así como de vehículos, maquinaria y materiales, entre otros”.
La venta de la mitad de la planta de Pajaritos, la más importante y rentable de Pemex –genera 4 mil 500 millones de pesos anuales–, es el último paso para concretar uno de los primeros compromisos asumidos por el actual Consejo de Administración de Pemex, que encabeza el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell.
Con los argumentos de que durante los últimos 12 años la subsidiaria, que inició operaciones el 18 de marzo de 1967, ha presentado pérdidas y de que no hay ningún impedimento legal, el pasado 16 de enero dicho consejo aprobó en su primera sesión extraordinaria la constitución de la empresa Petroquímica Mexicana de Vinilo, S.A. de C.V., en sociedad de coinversión de Pemex Petroquímica con el consorcio privado Mexichem, S.A.B. de C.V. (antes Camesa).
El presidente del Consejo de Administración de Mexichem es Juan Pablo del Valle (hijo del exbanquero y exdirigente patronal Antonio del Valle), quien desde hace una década buscaba alcanzar un acuerdo con la petrolera paraestatal. El emporio privado se constituyó el 30 de junio de 1978 y su principal actividad económica es la elaboración de diversos productos químicos: ácido fluorhídrico, cloro, sosa cáustica, hipoclorito de sodio y PVC, así como la extracción de fluorita.
Ambas partes aportarán 556 millones de dólares para la modernización de la infraestructura. Mexichem se comprometió a aportar 325 millones –125 en activos y 200 en efectivo–, mientras que Pemex Petroquímica participará con 231 millones, además de ceder casi la mitad de Pajaritos “en arrendamiento”, según Pemex.
El caso es que ahora Mexichem y la subsidiaria de Pemex comparten el complejo: la empresa privada opera una planta de cloro y sosa, mientras que Pemex Petroquímica una de monómero de cloruro. Con la sociedad, la familia del Valle tendrá de facto el control de ambas plantas para producir cloruro de vinilo, insumo básico para la elaboración de PVC. Mexichem tendrá el 58.46% de las acciones y Pemex el 41.54%.
(Extracto del reportaje que se publica en Proceso 1923, ya en circulación)
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