"Tibia, sumisa y temerosa" reacción de México a espionaje de EU: especialistas

Emir Olivares Alonso
 
Periódico La Jornada
Lunes 9 de septiembre de 2013, p. 17
La respuesta del gobierno de Enrique Peña Nieto ante las acciones de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos –recientemente reveladas– fue tibia, sumisa y temerosa, que pone a México de rodillas y a las órdenes de lo que los vecinos dicten, señalaron especialistas universitarios en seguridad y asuntos internacionales. Agregaron que, por el contrario, la actitud de las autoridades de Brasil –también víctimas de espionaje– fue digna, fuerte, estricta y apegada al respeto de su soberanía.
El 1º de septiembre, la cadena brasileña Tv Globo dio a conocer en un reportaje un documento de la NSA, el cual comprueba que esa dependencia interceptó comunicaciones de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y de Peña Nieto cuando era candidato presidencial. Sobre el asunto, el gobierno mexicano sólo pidió una investigación exhaustiva y convocó al embajador estadunidense Anthony Wayne, en tanto que el brasileño hizo lo propio, y además subrayó que de confirmarse el espionaje, se trataría de una violación inadmisible e inaceptable a su soberanía.
Eduardo Rosales Herrera, experto en relaciones internacionales y profesor-investigador de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indicó que la respuesta mexicana fue tibia, como de costumbre ante los Estados Unidos, demostrando que nuestras autoridades se ponen de rodillas frente a esa nación.
Hay una larga historia de subordinación a ese país. No es el primer caso de espionaje ni de intromisión estadunidense en México, y el gobierno mexicano sólo se limita a pedir una investigación, una explicación y una respuesta. Es casi un cliché, señaló.
El académico recordó que durante la administración de Felipe Calderón se abrieron las puertas del país a gran cantidad de agencias de inteligencia estadunidenses, que son de espionaje, las cuales se han asentado en el Paseo de la Reforma, y no sólo indagan las acciones del narcotráfico, también están interesados en las reformas estructurales, en el petróleo, en el movimiento de los partidos políticos.
Al referirse a la respuesta que dio el gobierno de Brasil, Rosales Herrera aseveró que fue más sólida, fuerte, contundente y estricta que la de México. Aunque consideró que esto se debió en parte a las problemáticas internas que ha tenido la presidenta Rousseff.
Por su parte, René Jiménez Ornelas, coordinador de la Unidad de Análisis sobre Violencia Social del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, sostuvo que la reacción mexicana fue muy pequeña y limitada.
“Es muy lógica la reacción de México, comparada con la de Brasil, debido a que los más recientes gobiernos –desde Miguel de la Madrid– asumieron el modelo económico neoliberal, que dependen del mercado, y por tanto no sólo se ha ido entregando la riqueza nacional, sino también parte de la soberanía”.
Añadió que la actual camada de políticos que dirigen al país fueron adiestrados en ese modelo neoliberal y muchos asistieron a universidades de Estados Unidos, por lo que son piezas clave para que el imperio vigile su patio trasero inclusive desde dentro del país, de ahí que la actitud sumisa ante el espionaje estadunidense no sorprenda.
En contraparte, apuntó, la reacción de Brasilia fue digna, buscó el beneficio de sus ciudadanos y sobre todo de sus intereses nacionales y de soberanía.

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