En sede alterna y entre ánimos crispados, PRI, PAN, PVEM y Panal aprueban reforma energética

Beltrones, Bernal y Villarreal durante el debate de la reforma energética en San Lázaro. Foto: Germán Canseco
Beltrones, Bernal y Villarreal durante el debate de la reforma energética en San Lázaro.
Foto: Germán Canseco
MÉXICO, D.F. (apro).- En medio de la toma del salón de sesiones –máxima tribuna de la nación– y enfrentamientos verbales, diputados del PRI, PAN, PVEM y Nueva Alianza aprobaron en lo general, y dispensándole todo trámite legislativo, la minuta de reforma energética enviada este mediodía por el Senado de la República.
Así, con 354 votos a favor y 134 en contra, los diputados aprobaron los cambios constitucionales que abren a la iniciativa privada la exploración y explotación del petróleo y el gas.
La votación, salpicada de interrupciones y conatos de bronca, se realizó “en un auditorio” acondicionado a las 17:00 horas como “sede alterna”, debido a que cerca de 80 legisladores del PRD, PT y MC “tomaron” el salón de plenos, clausuraron las seis entradas con candados y curules, en un intento por impedir la sesión.
Una hora y media después de que el Senado aprobó la reforma, los diputados habían acordado que ellos lo harían el viernes 13, pues antes enviarían la minuta, para su discusión y análisis, a las comisiones unidas de Energía –que preside el priista Marco Antonio Bernal– y a la de Puntos Constitucionales, que encabeza el perredista Julio César Moreno.
La reunión, convocada para las doce del día se fue retrasando. Primero por el cerco externo a San Lázaro de integrantes de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), lo que motivó que los diputados sortearan los obstáculos para registrarse.
A las dos de la tarde ya había por lo menos 350 diputados registrados, anunciándose que la sesión arrancaría a las 14:30; en paralelo los miembros de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) colocaban sobre la mesa la posibilidad de enviar la minuta a comisiones, donde llevaría por lo menos un día la discusión del proyecto.
Sin embargo, ante la toma de tribuna y el salón por 80 legisladores de izquierda, el PRI replanteó la propuesta, y adelantó que se obviarían los trámites legislativos. De inmediato, el PAN, PVEM y Panal respaldaron a los priistas.
En tanto, en el salón oficial de plenos, ocho diputados de Morena se declararon en ayuno por 24 horas, entre ellos, Alfonso Durazo, Loretta Ortiz y Luisa María Alcalde.
Para las cinco de la tarde, en el auditorio “Aurora Jiménez de Palacios”, elementos de servicios parlamentarios empezaron el acondicionamiento del espacio, lugar en donde hace algunos años Carlos Slim ofreció una conferencia a diputados y tiempo después el Dalai Lama fue recibido como “símbolo de paz”.
Entonces inició el reclamo de la izquierda para enviar a comisiones unidas la minuta. Una vez que el diputado perredista Fernando Belaunzarán pidiera el regreso a comisiones, el coordinador del PRI, Manlio Fabio Beltrones, tomó el micrófono para aclarar que es el pleno el que “como última y definitiva autoridad de la Cámara de Diputados” tomaría la decisión de dispensarle o no el trámite.
Luego acusó a quienes tomaron el salón de sesiones, de haberse “arrogado y secuestrado lo que a todos nos pertenece, el recinto legislativo. Prácticas como esas son las que nos tienen aquí; decisiones arbitrarias como esas, violentas, y que han lastimado a diputadas y diputados, son las que nos tienen aquí”.
Beltrones sostuvo que “miente aquel que diga que el día de hoy se iba a dejar de mandar a comisiones, a su consideración, la minuta que el Senado resolvió… No hay ninguna duda, enviarla a comisiones a que se debatiera en tiempo y forma… eso lo platicamos en la mañana, al mediodía y, cuando estábamos acordándolo en la Junta de Coordinación, un grupo de diputadas y diputados decidieron secuestrar el recinto parlamentario”.
Enseguida, advirtió: “Que nadie se atreva a mentir. Estábamos en la conversación para el envío de la minuta a comisiones, y no hemos podido resolver los coordinadores, por incapacidad, insuficiencia o desorden lo que conviene a la Cámara”.
Después mandó un mensaje al coordinador del PRD, Silvano Aureoles, aunque sin mencionarlo por su nombre, cuando señaló que “por eso, cuando los coordinadores son incapaces e insuficientes, o no tienen la autoridad para comunicarse con su bancada sobre los procedimientos, es la hora de que el pleno diga qué hacer”.
Dispensado el trámite, con el salón de plenos tomado y constituidos en sede alterna en un auditorio trasero de San Lázaro, los diputados fijaron su posición.
PAN, PRI, PVEM y Panal hablaron y votaron a favor, pese a que fueron acusados por MC, en voz de su coordinador, Ricardo Monreal, de “traidores”.
A las siete de la noche, un grupo de legisladores que estaba en la toma del salón se trasladó al “recinto alterno” en un intento por tomar la tribuna, pero fueron frenados en seco por diputadas del PRI que se colocaron –al igual que en la toma de posesión de Enrique Peña Nieto– en los pasillos para impedir el paso.
Más aún, para reforzar la valla también se ubicó a elementos de seguridad de San Lázaro.
Dos legisladoras que portaban carteles contra la privatización del petróleo fueron jaloneadas por otras legisladoras priistas. Incluso, varias fueron retadas a golpes.
A las 22:30 horas, la dupla PRI-PAN y sus aliados, PVEM y Panal, aprobaron los cambios constitucionales. La izquierda conformada por PRD, PT y MC votó en contra.
Después de la votación en lo general inició la discusión de 350 reservas, en donde se espera la intervención de por lo menos 400 oradores.
Al cierre de la edición seguía la presentación de las reservas, mismas que una a una eran desechadas.
En la ronda de votaciones, cuando el diputado por el PT, Manuel Huerta, tomó el micrófono para sufragar en contra, reclamó: “Estamos desconociendo esta asamblea, son unos traidores”, hasta que le cerraron el micrófono.
Del otro lado del auditorio, priistas y panistas, no cesaban de gritar: “¡¡Fuera, fuera, fuera!!”
Caldeados los ánimos, cuando los legisladores del PRI emitían su voto a favor o hacían lo propio los del PAN, en su gran mayoría soltaban frases como “Por México” o “Para mover a México”.
En su turno, los del PRD señalaban que era una “lástima que no privatizaron lo que dijo Layda Sansores, porque para ello la tendrían que tener (madre)”, o “Títeres de Peña Nieto”, “Por la memoria de Lázaro Cárdenas, en contra”.
Otras, las más agresivas, fustigaban con “lo burro se quita, pero lo corrupto y traidor nunca. Contra el atraco y contra la privatización, en contra de la reforma”, “Traidores a la patria”, “Usurpadores”, “Verdugos”, “Sátrapas”, “Bola de traidores”.
En el momento en que Silvano Blanco de Aquino se disponía a votar, el presidente de la Mesa Directiva, el panista Ricardo Anaya, anunció que “alguien” que no era diputado había votado, por lo que se eliminaría ese sufragio.
En respuesta, los diputados exigieron “¡Nombres, nombres!”, reclamo que hizo recular a Ricardo Anaya, quien poco después aceptó públicamente que “esta presidencia asume con absoluta responsabilidad su error. Sí es usted diputado”.
Se trataba de Rodrigo Chávez, quien aclaró que “sí soy diputado, le exijo una disculpa”, reclamó al presidente de la Mesa Directiva.
Y siguieron los votos en contra, hablando del “atraco a la nación” y aprovechando cualquier resquicio para lanzar reclamos. En tanto, diputados de PRI y PRD se empujaban y retaban a gritos.
Incluso, uno de ellos, el perredista Catalino Duarte Ortuño responsabilizó de su integridad física al priista José Manssur, presidente de la Comisión de Presupuesto, de quien denunció había recibido amenazas previas.
Siguieron entonces los priistas votando a favor y exigiendo respeto. Al cierre de esta edición, y con los ánimos totalmente caldeados, prosiguió la discusión de reservas.

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