Nómina de la SEP, en riesgo de perpetuar esquema “perverso”

En el Fone las responsabilidades operativas de cada nivel de gobierno no están claras, señala José Raúl Trujillo. En imagen de archivo, profesora supervisa a niños en olimpiada del conocimientoFoto Jesús Villaseca

Laura Poy Solano

 

Periódico La Jornada
Jueves 2 de enero de 2014, p. 30

A pesar de que la Secretaría de Educación Pública (SEP) cuenta con un año para aplicar en todo el país el Fondo de Aportaciones de Nómina Educativa y Gasto Operativo (Fone) y crear un sistema de administración de nómina educativa a 2 millones 144 mil integrantes del personal educativo, especialistas advierten que aún hay vacíos e inercias que podrían perpetuar un sistema de financiamiento perverso, el cual ocasionó un déficit acumulado de 24 mil 509 millones para 26 estados entre 2006 y 2012.

Sin un proceso verdaderamente plural y transparente, alertaron, la recentralización del pago salarial y de prestaciones para el magisterio puede convertir a los gobiernos estatales en meros maquiladores del sistema educativo, pues con la desaparición del Fondo de Aportaciones para la Educación Básica y Normal (Faeb), el cual había sido creado en 1998, el gobierno federal podrá distribuir una bolsa de 280 mil millones de pesos este año, lo que representa en promedio 22 por ciento de los recursos públicos que reciben los estados.

Inercias

José Raúl Trujillo, especialista en administración pública y experto en el estudio del Faeb, alertó que si bien la creación del Fone abre la posibilidad de construir mecanismos menos inequitativos en la asignación de los fondos públicos que se destinen a educación, que sin un diálogo abierto con los estados se corre el riesgo de perpetuar un esquema financiero perverso.

Explicó que a partir de 2008, con la creación de la llamada fórmula Faeb, que incluía como variables en la asignación de recursos a los estados la matrícula pública en educación básica, calidad educativa, rezago en el gasto federal por alumno y gasto estatal en educación, se generó una inercia de inversión que ocasionó que ocho entidades se vieran beneficiadas con este esquema de asignación de recursos, y 24 sufrieran un déficit permanente.
Destacó también que una de las primeras modificaciones que se aplicarán con el Fone no sólo es la eliminación de una doble negociación salarial entre los estados y la representación sindical, sino que no se prevé ningún mecanismo de saneamiento financiero para resarcir a los estados que se vieron afectados por la aplicación de la fórmula Faeb desde su creación en 2008.

Además, señaló que de acuerdo con las modificaciones aprobadas en diciembre pasado a la Ley de Coordinación Fiscal, la administración central sólo destinará recursos para el pago del personal federalizado, no así de aquellas plazas creadas por los estados, los cuales deberán asumir el pago de dichos salarios.
Trujillo, autor de la obra El Faeb, ¿asignación equitativa?, investigación galardonada en 2013 con el premio nacional que otorga el Centro de Estudios de la Finanzas Pública de la Cámara de Diputados, advirtió que la recentralización del pago de la nómina conlleva nuevas dificultades:
Entre ellas, indicó, no están claras las responsabilidades operativas de cada uno de los niveles de gobierno; al ser la Federación la que controla el pago de nómina, se rompe con un principio básico de la administración de personal, pues los estados no dejarán de ser los patrones directos, y se limita el ejercicio de un verdadero liderazgo educativo estatal.
Al respecto, David Lozano, profesor economista de la Universidad Nacional Autónoma de México, advirtió que con el Fone el gobierno federal también ejercerá mayor control sobre los gobernadores y las finanzas estatales, pues en muchos casos tendrá una correa directa de control social y político.
El catedrático de la UNAM afirmó que las reformas educativa y hacendaria son nuevos mecanismos de coerción que se aplicarán al magisterio, pues la advertencia que se ha lanzado desde la SEP es que a quien no esté en las listas aprobadas, simplemente no se le pagará.
Recentralizar la nómina magisterial, agregó, tampoco garantizará una mayor transparencia en el ejercicio de los recursos, sino que los fortalecerá como herramienta de control político.

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