Padres de los 43 se reunirán con el Papa Francisco en EU
Marchan a 11 meses de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. Foto: Germán Canseco |
Desde un templete instalado en un rincón del Zócalo capitalino, precisó que la asamblea aceptó la invitación de la Red de Migrantes Unidos por México -que agrupa a otras organizaciones en la coalición Ayotzinapa acude al Papa- para asistir al Encuentro Mundial de la Familia Filadelfia 2015, que se llevará a cabo los próximos 26 y 27 de septiembre.
A 11 meses de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa, que se cumplieron este día, los padres de familia se trasladaron a la Ciudad de México para exigir justicia por la tragedia ocurrida la noche del 26 de septiembre de 2014.
Emiliano Navarrete, padre del joven José Ángel Navarrete González, reiteró la solicitud de los padres al gobierno mexicano para que extienda el mandato del Grupo Internacional de Expertos Independientes (GIEI).
El GIEI, instancia de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) que revisa la investigación de Ayotzinapa, entregará su informe el próximo 6 de septiembre, con lo que acabará su primer mandato de seis meses.
La semana pasada, los integrantes del GIEI urgieron a la extensión de su mandato en México, debido a que el caso Ayotzinapa aún no se resuelve. Dicha prórroga depende de la decisión del gobierno mexicano y de la CIDH.
Navarrete también denunció la falta de palabra de los funcionarios públicos a cargo del caso.
“En 11 meses no hemos visto a una persona que tenga palabra en este pinche gobierno”, se quejó el padre, al recordar que el domingo 15 se reunieron con el titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), Miguel Ángel Osorio Chong.
En la reunión, puntualizó, Osorio Chong se comprometió a darle más tiempo al GIEI en México, pero hasta la fecha no ha oficializado nada, y por ello los padres siguen dudando de la buena voluntad del gobierno de Peña Nieto.
En las semanas recientes, los expertos del GIEI lamentaron que las autoridades mexicanas hayan dejado sin respuesta -o contestaron de manera parcial- al 47% de sus solicitudes de información.
También deploraron que las mismas autoridades no dejaron a los expertos acceder a los testimonios de los militares activos durante la noche del 26 al 27 de septiembre.
Desde el templete, la madre de Jorge Álvarez Nava recordó que “el dolor que sufrimos no lo merecemos”, e insistió: “Estoy segura de que está vivo… esta rabia que tengo encima nadie me la va a quitar”.
Un defensor de derechos humanos de Veracruz denunció al gobernador Javier Duarte, por su política represora, y recordó la violencia ejercida contra activistas y estudiantes en la entidad.
Al abordar el caso de la Narvarte, donde fueron asesinados el fotorreportero Rubén Espinosa y la activista Nadia Vera -quienes previamente huyeron de Veracruz por miedo a represalias-, aclaró:
“No es un caso más, no se puede seguir hablando de un asesinato aislado más en Veracruz”, sentenció.
Desde temprana hora los padres se manifestaron por varias de las embajadas asentadas en Polanco –culminaron su movilización en la representación diplomática de la Unión Europea– donde entregaron escritos.
Después de ello, los padres se reunieron en el Ángel de la Independencia y encabezaron una marcha que arrancó poco antes de las cinco de la tarde. Entre sus manos sostuvieron cartulinas en las cuales estaban impresos los rostros de sus familiares desaparecidos.
Los distintos contingentes de familiares y normalistas, estudiantes, ciudadanos y organizaciones sociales se agruparon en una caravana de miles de personas que, de manera pacífica, marcharon sobre el carril derecho del Paseo de la Reforma.
Encima de las mantas que adornan las precarias paredes del plantón instalado frente a la Procuraduría General de la República (PGR) flotaban, colgados de las cuerdas, los retratos de los 43 normalistas desaparecidos.
Sobre las banquetas, granaderos y policías vigilaron la movilización al tiempo que resguardaron ciertos edificios, entre ellos sucursales bancarias y el inmueble del periódico ‘Excélsior’.
La marcha se detuvo unos instantes en el cruce con la avenida Juárez, a la altura del llamado “anti-monumento 43”, donde se realizó un pase de lista de los desaparecidos.
Detrás de las altas piezas de fierro rojo que conforman el “+43”, las plantas de maíz sembradas durante la instalación del antimonumento el pasado 26 de abril ya crecieron: rebasan ahora las cabezas de los inconformes.
“¡Presente!”, gritó la multitud a cada nombre enlistado. “Con vida”, añadieron algunos.
Hora y media después de su partida la marcha llegó al Zócalo.
Sobre la Plaza de la Constitución se observaron las inmensas carpas blancas y el templete que albergarán la segunda fiesta de las culturas indígenas, pueblos y barrios originarios de la Ciudad de México a partir de este jueves 27.
Ocupado el espacio, la caravana rodeó la instalación y, en frente de la sede del Gobierno del Distrito Federal, se encontró con una decena de trabajadores eventuales de la delegación Xochimilco.
Éstos también protestaron hoy: denunciaron que perderán su empleo con el cambio de jefe delegacional. Al oír las consignas de la marcha, los burócratas levantaron sus letreros hacia las ventanas cerradas del edificio y retomaron con entusiasmo: “Peña, Mancera, la misma chingadera”.
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