Gobierno de Brasil recurre al STF para frenar el impeachment

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Partidarios de la presidenta Dilma Rousseff denuncian en Río de Janeiro el golpe contra la mandataria. En la imagen derecha, simpatizantes del juicio para destituir a la gobernante, en las calles de BrasiliaFoto Ap y Afp
Afp, Ap, Dpa, Reuters, Xinhua, Pl y Sputnik
 
Periódico La Jornada
Miércoles 11 de mayo de 2016, p. 15
Brasilia.
El gobierno de Brasil solicitó este martes al Supremo Tribunal Federal (STF) anular el proceso de impeachment contra Dilma Rousseff, en un último intento por impedir que la presidenta sea alejada del poder, y en una jornada marcada por movilizaciones populares contra lo que la cercada gobernante de izquierda calificó de proceso ilegal y usurpador.
La Abogacía General del Estado (AGU), que defiende a la mandataria, aseguró que el impeachment debe ser anulado porque el ex presidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, suspendido la semana pasada, aceptó abrir el juicio de destitución por una venganza personal.
La AGU recordó que Cunha –suspendido por obstruir investigaciones en su contra en el megafraude a Petrobras– dio luz verde a la solicitud luego de que el gobernante Partido de los Trabajadores decidió apoyar una investigación que le inició la cámara baja por faltas éticas.
El recurso se apoya en argumentos usados por el juez Teori Zavascki para suspender el mandato de Cunha como legislador y como presidente de la Cámara de Diputados.
Zavascki consideró que Cunha carece de condiciones para presidir la cámara, ya que está acusado de corrupción y puede perjudicar las investigaciones que pesan sobre él.
En varias ocasiones el STF ha dado muestras de que pretende interferir lo menos posible en un proceso político, por lo que las posibilidades de que prospere el intento del gobierno de detener la separación de Rousseff del cargo son escasas.
La mandataria no es blanco de ninguna investigación o acusación de corrupción; es acusada de cometer un crimen de responsabilidad por ocultar déficits del presupuesto con préstamos de bancos estatales durante su campaña a la relección y en los primeros meses de su segundo mandato, práctica común en Brasil, que incluso empleó Fernando Henrique Cardoso, ex presidente socialdemócrata.
En lo que la agencia Ap describió como la montaña rusa en que se ha convertido el proceso contra Rousseff, el Senado tenía zanjado el camino para decidir este miércoles sobre el juicio contra la gobernante, después de que a medianoche del lunes Waldir Maranhao, presidente interino de la Cámara de Diputados, revocó su decisión, adoptada 12 horas antes, de anular el impeachment por vicios en el procedimiento.
Medios locales reportaron que Maranhao recibió fuertes presiones de miembros del conservador Partido Progresista para que revirtiera la medida, que inicialmente fue aceptada y luego desestimada por el líder del Senado, Renán Calheiros.
La votación este miércoles en el Senado comenzará a las 9 horas (local) y Calheiros pretende que concluya el mismo día, aunque en teoría podría durar más de 20 horas.
Son necesarios 41 votos de un total de 81 para que Rousseff abandone el Palacio de Planalto, sede de la presidencia, y aguarde la sentencia final en la residencia oficial. Medios locales vaticinaron que al menos 51 senadores votarán a favor del impeachment, con lo que el vicepresidente Michel Temer asumiría el Ejecutivo.
A menos de 24 horas de que el Senado decida si abre un juicio político contra Rousseff, que la apartaría del poder hasta por 180 días, mientras dura el proceso, la mandataria reiteró que luchará con todas sus fuerzas para impedirlo.
El último día de mi mandato es el 31 de diciembre de 2018, dijo Rousseff en una conferencia sobre políticas para las mujeres, frente a miles de simpatizantes.
Voy a luchar con todas mis fuerzas, usaré todos los medios disponibles, medios legales, medios de lucha, aseguró la ex guerrillera, quien fue presa política y torturada durante la dictadura militar brasileña (1964-1985).
No estoy cansada de luchar. Estoy cansada de la deslealtad y de los traidores, sostuvo la noche del martes,
Rousseff, de 68 años, asumió en 2011 como primera presidenta en Brasil. Reiteró que todo el proceso de impeachment fue conducido por Cunha en alianza con Temer, a quien calificó, una vez más, de conspirador y golpista.
En otra parte de su discurso este martes, Rousseff sostuvo que su fuerza para resistir viene de los 33 millones de brasileños que salieron de la pobreza y de los 63 millones que antes no recibían atención de salud y ahora cuentan con el programa Más Médicos.
Me siendo víctima de una injusticia, pero soy el tipo de víctima luchadora, que no desiste; víctima con conciencia, con capacidad de lucha, reiteró Rousseff antes de manifestar su confianza en que el pueblo se mantendrá de pie para defender sus conquistas sociales y no permitir ningún retroceso.
En 20 de los 27 estados de Brasil se realizaron movilizaciones contra el impeachment. También se llevaron a cabo marchas a favor del juicio de destitución.
Miles de partidarios de la mandataria, convocados por la Central Única de Trabajadores y el Movimiento de los Sin Tierra, bloquearon las principales entradas a Brasilia, la autopista que une Sao Paulo con la ciudad de Santos, principal puerto del país, y los accesos al aeropuerto internacional de Guarulhos, en Sao Paulo. La mayoría de las marchas fueron en los estados del nordeste, con especial fuerza en Bahía, Pernambuco y Río Grande del Norte.

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