Presupuesto 2017 acrecentará desigualdades
Reedita privilegio de unos cuantos
Martín Esparza Flores
Revista Siempre!
El presupuesto 2017 resultó la reedición
de los privilegios de unos cuántos por encima de las carencias de las
mayorías, en aras de la discutible “estabilidad financiera” del país;
los recortes a programas sociales volverán a impactar a los que menos
tienen y ahora además de marcadas disminuciones al campo y a la
educación, la seguridad se incluye en los rubros sacrificados por un
modelo de asignaciones que desde el Congreso busca conciliar intereses
de los partidos políticos sin un sentido social y en total abstracción
de las grandes necesidades y problemas del país.
Las reasignaciones estimadas en 67 mil
millones de pesos que, en apariencia, apuntan a austeridades en
entidades como la Función Pública, el INE, INEGI y la Cámara de
Diputados y Senadores, éstas últimas con reducciones de 421 millones y
219 millones, respectivamente, resultan en los hechos meras cortinas de
humo para ocultar los inalterables privilegios tanto de legisladores
como de altos funcionarios del Ejecutivo y del Poder Judicial.
Los diputados federales se aseguraron
para el año entrante un aumento de 33 mil pesos mensuales, lo que les
permitirá un ingreso anual de un millón 942 mil 911 pesos y un aguinaldo
de 140 mil pesos, sin contar con los 20 millones de pesos que tendrán
para ejercer con la más absoluta de las discrecionalidades en sus gastos
parlamentarios.
Privilegiada excepción salarial de la
que seguirán gozando los ministros de la Corte, funcionarios de primer
nivel y consejeros de organismos como el INE, el TEPJF y hasta la
inoperante CNDH, por citar a algunos cargos públicos donde las palabras
crisis y austeridad, tan comunes para millones de mexicanos, son
términos desconocidos.
En esta mascarada de reasignaciones
sobresalen los 8 mil 439 millones para el agro que los diputados se
vanagloriaron de rescatar del tijeretazo de 22 mil millones contemplado
en el presupuesto inicial de Hacienda. El asunto es que como han
denunciado organizaciones campesinas independientes, estos recursos
serán canalizados a programas donde tienen sobrada influencia y manga
ancha poderosos consorcios como Maseca y Bimbo, dedicados al acopio de
harinas de trigo y maíz, como lo es la Agencia de Servicios a la
Comercialización y Desarrollo del Mercados Agropecuarios. Los proyectos
productivos quedaron nuevamente a la deriva.
Fuera de las prioridades del presupuesto
quedaron, como en años anteriores, la reactivación de la economía y
las apremiantes necesidades de la población, insistiendo en golpear a
los programas sociales sin mermar los sueldos millonarios de la alta
burocracia con lo que se acrecentarán las desigualdades en un país que
ve más lejana la consolidación de las reformas estructurales.
El presupuesto de 4 billones 888 mil 892
millones de pesos asignado para el 2017, no será garantía de un
desarrollo sustentable del país ni de un reparto equitativo de los
recursos públicos a favor de las mayorías pues como lo han denunciado
voces académicas de la UNAM, en el proyecto aprobado en el Congreso no
se contempla, por ejemplo, el poner freno al desvío de recursos
públicos a favor de instituciones bancarias como Bancomer y Banamex, que
seguirán recibiendo de entidades como la SEP, recursos en sus
fundaciones para el otorgamiento de becas y promoción de actividades
culturales. Ámbitos que deben ser cubiertos, por ley, por el Estado
mexicano.
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