Niños saltillenses, sin recursos para acudir a Mundial de Robótica en Dinamarca
Desde el micrófono se escucha la cuenta regresiva. En la mesa dos niños controlan y tiemblan colocando toda su esperanza en un robot programado con sus propias manos; celulares grabando la hazaña registran el bullicio, nervios a flor de piel se apagan con la noticia del ganador. El trabajo en equipo de seis niños los tiene con un pie en Dinamarca, First European Lego League los espera.
Rafael, Ariel, Luis, José, Saúl y María Fernanda tienen entre 9 y 11 años, representan la primera generación de la escuela Robocrea en ganar el primer lugar a nivel nacional en un concurso de robótica, también son los primeros niños coahuilenses que obtienen un pase directo hasta el otro lado del mundo para medirse contra programadores provenientes de 80 países.
Robocrea es una escuela de robótica para niños de 5 a 14 años donde obtienen conceptos básicos de neumática, máquina simple, programación y armado, todo lo que se ve en una carrera de mecatrónica ellos lo aprenden jugando.
Papás saltillenses se mostraron renuentes a esta academia en un principio; la directora Martha Elena López aseguró que les costó trabajo lograr que los padres de familia voltearan a verlos en medio de un ambiente lleno de academias deportivas o de baile.
Con cuatro años en la capital del Estado han logrado brillar a nivel nacional en dos ocasiones, un quinto lugar los hizo ganar alumnos y con este último reconocimiento, la espera está presente.
Han logrado que los 50 alumnos inscritos mejoren sus calificaciones. El hecho de que desde pequeños se enfrenten a resolución de problemas, matemáticas, conceptos de ciencia y trabajo en equipo les ayuda a mover el liderazgo que llevan dentro, y por ende, fortalecer el desarrollo cognitivo.
LAS CIRCUNSTANCIAS LOS UNIERON
“Yo le pedí a mi mamá unas clases porque siempre me quedaba solito sin hacer nada… fui a unas clases de caballos, pero la maestra se fue”, confesó José Andrés Chávez Corral, de 10 años, uno de los ganadores del boleto a Dinamarca.
La mamá de José escuchó de Robocrea, él aceptó probarse en una clase de prueba y desde entonces se quedó, dentro de las paredes de la academia privada, José encontró a más niños con los mismos gustos y todo comenzó a cambiar.
Uno a uno, el grupo de ganadores a nivel nacional fue llegando con el paso del tiempo llamados por el gusto hacia los robots.
La pasión por adquirir más conocimientos, llevó a la mamá de Ariel Ontiveros Ortega, de 11 años, a probarlo en la escuela durante el curso de verano. Desde su primer paso en la academia han pasado dos años.
JUEGAN Y APRENDEN CON LA TECNOLOGÍA
Saúl Daniel Becerra Ballesteros, de 11 años empezó a jugar con robots y así llegó a la academia “Robocrea”. La experiencia dentro de esta opción diferente de recreación llegó a oídos de su amiga María Fernanda Rodríguez Castañeda, también de 11 años.
La única mujer del equipo que derrotó a otros 40 competidores, aseguró que con 7 meses dentro de la academia no ha perdido el gusto por los robots, al contrario, este amor por manejar máquinas se ha incrementado.
El más pequeño del grupo demuestra una seguridad impresionante al hablar sin tapujos: “Me siento prodigio, he sabido mucho de robótica, he visto proyectos que te enseñan en sexto, voy dos años adelantado” compartió Luis Alejandro Valdés Ávalos, de 9 años, quien desde los 7 años forma parte de las filas en la “Robocrea”.
AMENAZA LATENTE
El grupo de niños ganadores y reconocidos a través de redes sociales por su logro, enfrenta un problema más allá de cualquier mecanismo que hayan conocido durante su aprendizaje.
El viaje al Torneo de Robótica organizado por LEGO en Europa, tiene un costo promedio de 60 mil pesos por menor, incluyendo vuelo y hospedaje, más el costo de transporte para su coach y la compañía de sus familiares.
Papás de los ganadores saben que tienen como tiempo límite el mes de mayo de 2017, incluso la hazaña realizada el 17 de diciembre en el torneo nacional Animal Allies, fue dada a conocer hasta días después debido a esta problemática.
Organizadores del evento se habrían acercado a la academia para confirmar su asistencia a Dinamarca, proponiendo que en caso de carecer de recursos el primer lugar, sería cedido al equipo que les seguía.
A pesar del compromiso económico que implica el viaje, padres de familia se reunieron con miembros de Robocrea para tomar la decisión, con el objetivo de apoyar el talento de los pequeños innovadores fue que se tomó la decisión de participar en el torneo europeo.
Las familias Lauer, Ontiveros, Valdés, Chávez, Becerra y Rodríguez se encuentran proponiendo actividades para reunir el efectivo que permita a sus hijos continuar la hazaña de representar a México a nivel mundial, involucrados también se encuentran en búsqueda de patrocinadores que les permitan llegar a la competencia.
Días antes de la competencia que ellos creían se trataba de una justa regional, les llegó el aviso de que ésta sería de forma nacional en Monterrey y Ciudad de México. De forma virtual una pantalla conectaría ambas sedes de la disputa para conocer resultados de ambos lados.
La cita fue a las 08:00 horas del sábado. El grupo saltillenses pudo haberse quedado a jugar y descansar como sus amigos cercanos, pero optó por madrugar y escribir su propia historia.
Todo conocimiento adquirido y estrategia hablada desde las aulas con el coach estaba en sus manos. María Fernanda, José, Saúl, Ariel, Rafael y Luis pasaron varias pruebas junto a su robot, cumplieron con el objetivo de demostrar que ellos había creado el robot solos, sin intervención de un adultos, el grupo de participantes más chico en edad, superó cada una de las pruebas hasta la hora del campo.
Está parte fue crucial, el robot pasó dos de las tres pruebas, superando en puntaje a todos los participantes, incluyendo a los de Ciudad de México.
Saúl y José se encargaron de guiar al robot sobre la mesa, fueron elegidos estratégicamente por el coach al ser los que actuaban en menor tiempo, sus compañeros apoyaron desde cerca.
El equipo mixto de saltillenses ganó en su primera participación de Animal Allies, en México reconocieron sus resultados.
FRÍO
La clave para que los menores ganaran fue que no dejaron de divertirse, en el manejo de tecnología encuentran su refugio y explotan sus habilidades. Con sus papás desde la tribuna, Rafael, José, María Fernanda, Ariel y Luis recibieron palabras de aliento para enfocarse en dar su mejor esfuerzo.
Muchos estilos de Capuccino y frío, así imaginan los menores a Dinamarca, sin aparentemente tener una noción de la magnitud del logro alcanzado: representar a México y Saltillo en la primera liga europea de Lego en Aarhus, Dinamarca.
Con información de Vanguardia.
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