PROLETARIADO AGRÍCOLA EN MÉXICO: LLUEVE SOBRE ANEGADO
M. C. Sócrates Silverio Galicia Fuentes,
Investigador y Catedrático de la Universidad Autónoma Chapingo (UACH)
y Secretario del Exterior del Sindicato de Académicos de la UACH.
2017: UN AÑO CRÍTICO PARA EL PROLETARIADO AGRÍCOLA
LLUEVE SOBRE ANEGADO
Hemos tenido la oportunidad de ver desfilar
durante las últimas tres décadas desde los campesinos que luchan por
mejores precios para sus productos agrícolas, pecuarios y forestales,
aquellos que luchan por mejores servicios, los que se manifiestan contra
las altas tarifas de combustibles y electricidad, los campesinos que
defienden sus recursos naturales (agua, tierra, bosques, selvas,
recursos minerales).
La lucha mas reciente ampliamente difundida
en los medios de comunicación ha sido la lucha de los jornaleros del
Valle de San Quintín, Baja California, cuyo objetivos principales es
conseguir un aumento sustancial a su salario, mejorar las condiciones
trabajo y de vida por medio de la Contratación Colectiva y la defensa de
sus derechos laborales (sindicalización, huelga, contratos colectivos).
El Estado mexicano ha desarrollado diversas
tácticas para escamotear los frutos de esta lucha reciente del
proletariado agrícola, tales como la división del movimiento,
incumplimiento de acuerdos, diversas formas de represión, etc.
El próximo año dista de ser un año
promisorio, nada bueno augura para el proletariado agrícola de México
que durante el último siglo se ha caracterizado por ser pobre entre los
pobres, marginal entre los marginados. La reducción del presupuesto en
sectores estratégicos para el mejoramiento de la población rural
agudizara las pésimas condiciones de vida del proletariado agrícola
mexicano. Que en conjunción con la debacle de la economía mexicana que
se ha experimentado durante el sexenio de Peña Nieto harán del año 2017
un año muy crítico para los jornaleros agrícolas.
EL CONTEXTO NACIONAL
México tiene una superficie total de 196.7
millones de hectáreas comprendidas en sus 32 entidades federativas (31
estados y un Distrito Federal). Y d e acuerdo con el Censo de Población y
Vivienda (INEGI), en 2010 la población total ascendió a 112 336 538
habitantes, de los cuales el 51% eran mujeres. La mayor parte de la
población en México es urbana (77%) y la población rural está integrada
26 millones de personas ( SRA/RAN/IICA, 2012).
EL PROLETARIADO AGRÍCOLA Y LOS TRABAJADORES DEL CAMPO EN MÉXICO
Partimos de considerar trabajadores del campo
a todas aquellas personas que realizan alguna actividad económica en
las comunidades rurales y que están relacionadas con la producción,
comercialización y transformación de los recursos naturales. Los
trabajadores del campo comprenden una gama muy amplia de segmentos tales
como los campesinos, jornaleros, artesanos, trabajadores de los
servicios. Muchos de estos trabajadores son indígenas.
La población económicamente activa, esto es,
los trabajadores con un empleo permanente y relativamente estable están
constituidos de la manera siguiente:
Unidades agrícolas (campesinas y empresariales) 2 000 000
Jornaleros agrícolas 6 000 000
Las unidades agrícolas antes mencionadas
están constituidas por unidades campesinas, indígenas y empresariales.
Esto es, son las personas que poseen o son propietarios de una parcela
de tierra agropecuaria o forestal.
Los jornaleros agrícolas en realidad son una
masa de trabajadores que no disponen de un trabajo fijo en sus lugares
de origen. Entonces estos trabajadores son mano de obra barata, migrante
o golondrina que se ubica geográficamente en el centro, sur y sureste
del país, así como en las áreas serranas tales como la Huasteca, la
Mixteca, la Sierra Negra de Puebla, la Sierra Madre del Sur, la Sierra
Madre Occidental, etc.
Estos datos nos indican una primera forma de
expulsión de trabajadores de los sectores marginados de la agricultura y
la sociedad rural mexicana que no hayan ubicación laboral en sus
comunidades. Podría decirse que constituyen una forma de desempleo
disfrazado y que lógicamente no aparecen como tales en las cifras
oficiales.
LOS TRABAJADORES CAMPESINOS EN MÉXICO
En México existen actualmente 31 785 núcleos
agrarios (29 441 ejidos, 2 344 comunidades) y 2058 unidades de
producción colectiva. México tiene una superficie de 196.7 millones de
hectáreas, de las cuales el 53% son de los núcleos agrarios, es decir,
104.251 millones de hectáreas. En estos terrenos de propiedad social se
albergan grandes riquezas: 80% de los bosques y selvas, 74% de la
biodiversidad y 66% de los litorales del país.
La población rural del país está constituida
por cerca de 26 millones de personas de las cuales 3.1 millones son
ejidatarios. La población indígena es de alrededor de 4.5 millones de
personas que pertenecen a 59 etnias agrupados en 2 mil 344 comunidades y
8 mil 328 núcleos agrarios que poseen el 15.3% de la superficie de
México, es decir, cerca de 30 millones de hectáreas. Ambos sectores,
ejidatarios e indígenas, se ubican en los diferentes grupos de
trabajadores del campo: campesinos, artesanos, jornaleros e incluso
algunos son empresarios.
LOS TRABAJADORES ASALARIADOS EN MÉXICO:
¿JORNALEROS AGRÍCOLAS O PROLETARIADO AGRÍCOLA?
La sociedad rural y agrícola mexicana se
caracteriza en gran medida por conservar formas de vida comunitarias que
permiten sobrevivir e integrar a una gran cantidad de personas que
carecen de empleo pero que cumplen funciones específicas dentro de esas
comunidades pueblerinas. Aquellos que hemos vivido y convivido con
dichas sociedades somos testigos de la existencia de una gran variedad
de formas de empleo disfrazado en el ámbito rural. Esta masa de personas
no aparece en las cifras oficiales como desempleados, pero en realidad
realizan una gran diversidad de formas de trabajo precario.
Adicionalmente hay que mencionar los millones
de migrantes que han nutrido la fuerza laboral de las regiones con
agricultura empresarial, industria, las zonas marginadas de las ciudades
y los migrantes hacia Estados Unidos y Canadá principalmente. Las
cifras de migrantes trasnacionales son estratosféricas y no coinciden
unas con otras. Sin embargo son ilustrativas y se habla de alrededor de
dos millones de compatriotas que anualmente migran hacia los países del
norte.
Esta migración permanente durante décadas ha
propiciado el fenómeno de la feminización, el envejecimiento y el
trabajo infantil, en las áreas rurales de México. Esta situación es
particularmente aguda en algunas regiones y estados del país tales como
Zacatecas, Guanajuato, Durango, etc.
Las causas del desempleo en el sector rural
pueden ubicarse en forma histórico-temporal en dos ciclos que son los
siguientes: El Primer ciclo constituido por el proceso de modernización
de la agricultura mexicana entre 1940 -1982 y el Segundo ciclo
(1983-2017) constituido por la crisis de este modelo de desarrollo
agrícola y económico a nivel nacional que fue reemplazado por el modelo
denominado neoliberal o globalizador por utilizar los términos
actualmente de moda.
Estos procesos propiciaron el desarrollo del
proletariado agrícola en México constituido por cerca de 6 millones de
mexicanos que migran a las regiones de agricultura empresarial (Bajío,
Noroeste, Norte, Noreste) para emplearse en los cultivos rentables de
hortalizas, oleaginosas, frutales (caducifolios, tropicales,
subtropicales), caña de azúcar, café y agroindustria. Estos jornaleros
constituyen el sector más explotado, oprimido y marginado, que sobrevive
en las peores condiciones del ámbito rural. Viven en barracas, con
escolaridad escasa o nula, bajísimos salarios, sin servicios de salud,
padecen desnutrición crónica. Marginados y excluidos de todo progreso y
desarrollo.
Hoy vivimos las consecuencias dramáticas y
graves de todo este rezago y abandono secular del sector rural y
agrícola de México que han conducido a muchos compatriotas a
incorporarse a las huestes del narcotráfico y la delincuencia con las
experiencias amargas que hoy están a la vista de los mexicanos y del
mundo. El narcotráfico ha constituido otra forma de empleo disfrazado
que permite sobrevivir a millones de mexicanos en situaciones de riesgo
extremo.
La violencia se ha enseñoriado en las
sociedades rurales de México, no bajo la forma de la protesta social
sino de la violencia delincuencial. Esta situación es consecuencia
directa entre otras causas del grave desempleo permanente en que han
vivido millones de mexicanos en las sociedades rurales durante décadas.
Adicionalmente el problema de la destrucción
de los recursos naturales y la naturaleza han sido denunciados desde
hace aproximadamente media centuria como un proceso que amenaza la
existencia misma de la humanidad. Sin embargo, esta cuestión es bastante
más añeja ya que acompaña el surgimiento y desarrollo mismo del ser
humano pues en general todas las actividades humanas conllevan una dosis
variable de destrucción de la naturaleza. La Revolución Industrial y su
compañera la Revolución Agrícola aceleraron dicho proceso destructivo.
Maestro en Ciencias Sócrates Silverio Galicia Fuentes
Profesor-Investigador del Área de
Metodología de Investigación y Socioeconomía del Departamento de
Fitotecnia de la Universidad Autónoma Chapingo (UACH)
email: economiadelostrabajadores2014@yahoo.com.mx
BIBLIOGRAFÍA
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