Una agresión militar contra Venezuela, desde Brasil y Argentina
Caracas,
Venezuela. Contra Venezuela y su pueblo hay una amenaza real de
agresión, en la cual una serie de indicios parecen conducir a ese
desenlace, o al menos algo se trama, advierten análisis sobre
diferentes acontecimientos.
Varios eventos unidos pudieran conducir a
ese resultado, como muestran los hechos. No obstante, los venezolanos,
con una fuerte unidad cívico militar se preparan para enfrentar
cualquier aventura y en caso extremo librar la guerra de todo el pueblo
frente a cualquier agresor extranjero.
En diferentes ejercicios bélicos, como
el Zamora 200 celebrado a inicios de 2017, donde participaron 76 mil
efectivos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), 102 mil
milicianos y 400 mil ciudadanos, se manifestó el músculo de un ejército
del pueblo con un alto dominio de la técnica, un moderno armamento y,
sobre todo, eficiente preparación para el combate.
Una moderna aviación, blindados,
cohetería, entre ellos el sistema misilístico Pechora, y cerca de 562
medios aéreos, navales y terrestres mostraron un poderoso Ejército, lo
cual debe llamar a la reflexión a los partidarios de la agresión, los
cuales descartan el llamado al diálogo que mantienen las autoridades de
Miraflores, sede del gobierno chavista.
Ese Ejercicio de Acción Integral
Antiimperialista Zamora 200, en opinión del ministro para la Defensa,
general en jefe Vladimir Padrino López, debe llamar a la reflexión a los
enemigos del pueblo venezolano, ya que Venezuela, si se produce una
agresión, será un hueso duro de roer.
No obstante, existen algunos sectores
externos e internos que prosiguen maquinaciones contra el gobierno
constitucional del presidente Nicolás Maduro.
Por ejemplo fue llamativa la reunión
sostenida el 14 de abril último por el presidente estadunidense, Donald
Trump, con los exmandatarios colombianos Álvaro Uribe Vélez y Andrés
Pastrana Arango.
En el encuentro, que se produjo en la
mansión del gobernante estadunidense de Mar-a-Lago, en el estado de la
Florida, indudablemente se habló de Venezuela, y según un tuit de
Pastrana, fue un encuentro cordial y una muy franca conversación sobre
problemas y perspectivas de Colombia y la región.
Por qué Pastrana y Uribe. Ambos
conservadores fueron partícipes del “Plan Colombia”, un mortífero puñal
clavado en suelo de esa nación suramericana para abrir el camino de
Washington hacia el dominio de una región donde Venezuela es una ficha
que les sobra en el dominó.
Las bases estadunidenses en ese país,
seis, según trascendidos, darán el apoyo logístico a grupos narco
paramilitares colombianos para llevar la guerra contra los vecinos. De
allí saldrán los que crearán el caos que “justifique” una intervención
“humanitaria” de Washington en la que otros, como el Brasil de Temer y
la Argentina de Macri, serían comparsa, estiman expertos.
Ésa es una fábula que puede convertirse
en realidad. Es un punto para el análisis, si bien lamentablemente no
hay informes de lo que se habló en la mansión de Trump, un encuentro que
la Casa Blanca niega. Sin embargo, nadie mejor que Uribe, un
conspirador con la derecha venezolana, para asegurar una parte del plan
de ataque, conocidos sus vínculos con los paramilitares.
Por coincidencia, esa reunión fue
preparada por el senador republicano Marco Rubio, y los principales
temas que se abordaron en ella fueron la implementación del acuerdo
entre el presidente Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), el
narcotráfico y la situación en Venezuela. Vaya coincidencia, Rubio es el
principal apoyo en Washington de los promotores de la violencia en este
país.
Ahora, en mayo, el presidente Santos
acudirá a una cita con Trump. Algo que será problemático para él, pues
sus dos compatriotas pudieron abrirle el camino a su anfitrión y darle
los informes necesarios para esta parte de la trama contra Venezuela.
Pero, falta más. En esta confabulación
no son pocos los que advierten que hay una enorme probabilidad de que
Venezuela sea intervenida militarmente por Estados Unidos, y en eso
pesan mucho las presiones que debe ejercer la petrolera estadunidense
Exxon Mobil, la que algunos plantean salió de Venezuela sin plumas y cascareando cuando era dirigida por el actual secretario de Estado estadunidense, Rex Wayne Tillerson.
Presumiblemente el exdirector ejecutivo
de la quinta mayor empresa mundial, atendiendo a su capitalización de
mercado, todavía piensa en el desquite.
Otro punto del análisis fue planteado
por el diputado del Parlasur Oscar Laborde en un trabajo publicado en
Contexto, según el cual “la Casa Blanca pretende que los ejércitos de
Argentina y Brasil sean sus cómplices en una intervención en Venezuela”.
En lo publicado hay elementos donde se
denuncia la sumisión del presidente Mauricio Macri a Trump. “Macri
quería llevarle un regalo a Trump, mostrando una resolución del Congreso
argentino contra Venezuela, pero ese proyecto fracasó”, afirmó Laborde.
Según lo publicado “el mandatario
argentino Mauricio Macri, el golpista brasileño Michel Temer, y el
secretario general de la OEA [Organización de Estados Americanos], el
uruguayo Luis Almagro, parecen competir para ver quién se transforma en
el principal representante de los intereses de Washington en la región”.
Otros trascendidos dicen que soldados
argentinos apoyarían una invasión contra Venezuela. ¿Por dónde llegarán?
No se sabe, pues en la historia no se precisa.
Sin embargo, plantea Laborde, el
encuentro entre Macri y Trump dejó mucho material para el análisis. Los
compromisos asumidos por el presidente argentino en materia de defensa
alinean al país en un peligroso eje, cuyas consecuencias pueden,
incluso, involucrar al Ejército nacional en los planes de intervención
militar que la Casa Blanca tiene sobre Venezuela.
Hay otro punto de análisis no tan
publicitado, pero sí muy peligroso. El Ejército brasileño invitó a
tropas de Estados Unidos a participar en un ejercicio militar sin
precedente en la Amazonía, en la frontera que comparte con Perú y
Colombia, según informó el Ministerio de Defensa, el que aseguró que no
está prevista la instalación de una base estadunidense en ese lugar.
Es el regalo de Temer a Trump. Con ello
se pondrán a punto los elementos necesarios para una intervención bajo
la cubierta de una “crisis humanitaria” que irá por el gobierno
constitucional del presidente Maduro.
El presunto objetivo operativo del
“ejercicio” en la frontera entre Brasil, Perú y Colombia es fortalecer
la “capacidad de respuesta rápida multinacional, especialmente en el
campo de la logística humanitaria y el apoyo al enfrentamiento a delitos
transnacionales”, dice el Ejército de Brasil en declaraciones citadas
por la cadena BBC.
Estas planificadas maniobras estarán a
unos 700 kilómetros de la frontera entre Brasil y Venezuela, serán en
noviembre y está previsto que duren 10 días, según adelantos de fuentes
militares, algo que resulta muy llamativo cuando se intensifican las
acciones contra el gobierno venezolano.
Es imposible imaginar qué cantidad de
tropas, equipo militar, logística y comunicación estarán disponibles
contra Venezuela. Eso ya no es una fábula, es una amenaza real contra
el pueblo de Bolívar y contra toda América Latina, región ya consagrada
como zona de paz.
Según jerarcas brasileños el objetivo de
la operación es fortalecer “la capacidad de respuesta rápida
multinacional, especialmente en los campos de logística humanitaria”,
algo con lo que hasta ahora se pretende ocultar la agresión militar
contra Venezuela.
Sin embargo, los venezolanos afianzan
cada vez más la unidad cívico militar y, por lo que se aprecia, hay
disposición de defender el país hasta las últimas consecuencias, pues,
según dice la gente de a pie y los que no son de a pie, no habrá
quiebre, y sí mucha disposición a hacerle pagar bien cara la aventura a
sus promotores.
Luis Beatón*/Prensa Latina
*Corresponsal jefe de Prensa Latina en Venezuela
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