Alza en gasolina, por especulación de los grandes comercializadores
Rebasar la barrera de los 20 pesos por litro de gasolina de manera injustificada refleja
la incapacidad del control efectivo del Estado, indicó el analista del sector energético Fluvio RuizFoto Víctor Camacho
Miriam Posada García
Periódico La Jornada
Lunes 7 de mayo de 2018, p. 21
Lunes 7 de mayo de 2018, p. 21
Transcurridos 17 meses de la apertura del sector
energético, los precios de las gasolinas en México son superiores a los
de países como Estados Unidos, Canadá y algunos de América Latina que no
son productores de crudo, y se ubican muy cercanos a los costos en Perú
y China, donde el litro se cotiza entre 20.10 y 20.30 pesos.
Durante el proceso de apertura, el gobierno federal aseguró que la flexibilizacióndel mercado de gasolinas tendría como objetivo que en 2017 el precio de los combustibles sería menor que en la mayoría de los países de América Latina, cuando la cotización en México era de 15.99 pesos por litro, y el promedio mundial de 22.38.
En la actualidad el precio de la Premium se ubica en 20 pesos por litro y el de la Magna raya los 19, de acuerdo con los reportes de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), y con lo que se observa en los anuncios luminosos de las estaciones de servicio.
Analistas del sector señalaron que el alza responde a la especulación de grandes comercializadores de combustible y solicitaron la intervención de precios por el gobierno federal ante la
incapacidad del regulador. Señalaron que México debe volver a invertir en refinación ante su vulnerable situación por la dependencia con respecto de Estados Unidos, y previeron que las tarifas seguirán al alza en los próximos meses.
Así, la liberación del precio de la gasolina como parte de la reforma energética representa para los mexicanos pagar en promedio 200 pesos más por llenar un tanque de 40 litros, mientras para Petróleos Mexicanos (Pemex), uno de los competidores en este mercado, sólo durante el primer trimestre de 2018 le significó un crecimiento en las ventas de los combustibles de 1.3 por ciento en comparación con el mismo periodo de 2017, lo que representa ingresos por 122 mil 820 millones de pesos, 18.3 por ciento más que en el periodo comparable.
De acuerdo con datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), una de las premisas que sí se ha cumplido es que hay
más competencia, ya que en México operan 30 firmas de gasolineras además de Pemex, y hay 61 marcas de combustible, que se vende en 11 mil 774 estaciones de servicio.
En el fondo, las importaciones de combustible por Pemex siguen al alza. Entre enero y marzo de este año la producción de gasolinas cayó 38 por ciento, y las importaciones aumentaron 17.7 por ciento, y pagó alrededor de 6 mil 800 millones de dólares por ese combustible.
Para Sergio Benito Osorio, ex legislador y especialista del Observatorio Ciudadano de la Energía, el aumento en los precios de la gasolina se debe a la especulación de comercializadores y expendedores, por lo que el gobierno federal debe intervenir las tarifas, debido a que las condiciones salariales de los mexicanos no les permiten solventar el alza en productos que conlleva el incremento de energéticos.
La población sacrificará parte de lo que gasta en alimentos para poder pagar el transporte.
Destacó que lo ideal sería dar marcha atrás a la reforma energética, pero por lo pronto la Secretaría de Hacienda y Crédito Público debe controlar los precios
ante la incapacidad de un regulador que está capturado por las grandes empresas comercializadoras de combustibles. Acotó que el mercado de estos productos en México tiene un valor aproximado a 30 mil millones de dólares.
Sin freno
Detalló que del momento del “gasolinazo, en
diciembre de 2016, a enero de 2017, la Magna se encareció 14 por ciento.
De enero del año pasado a mayo de 2018 el precio se incrementó 15.6 por
ciento, mientras el salario mínimo subió 10 por ciento”.
Por separado, el analista del sector energético Fluvio Ruiz resaltó
que llegar a la barrera de los 20 pesos por litro de gasolina de manera
injustificada refleja la incapacidad del control efectivo del Estado, y advirtió que en México no habrá un verdadero mercado de combustibles mientras se mantengan los subsidios.
Demandó que México invierta en el Sistema Nacional de
Refinación (SNR) porque el país se encuentra en condiciones de
vulnerabilidad energética, sobre todo por la dependencia ante Estados
Unidos.
Previó que en los próximos meses, hacia el verano o por lo menos antes de las elecciones, los precios subirán todavía algunas
Las previsiones del gobierno mexicano eran que en 2017 los precios de la gasolina en México estuvieran abajo de los vigentes en países de América Latina. Hasta diciembre de 2016, antes de comenzar la liberalización de precios, el litro costaba 13.98 pesos y el de Premium 14.81.
Para 2017 la estimaciones del gobierno federal eran que el precio promedio de la gasolina en México fuera de 15.99 pesos, más barata que en Uruguay, Cuba, Belice, República Dominicana, Costa Rica, Paraguay, Perú, Honduras, Nicaragua o Guatemala, que se calculaban en rangos de 16 a 29 pesos por litro, de acuerdo con datos de GlobalPetroPrices, difundidos por la CRE.
Entre 2013 y 2016, antes de la liberalización, el precio de la gasolina Magna pasó de 12.13 pesos por litro a 13.98, y el de la Premium de 12.69 a 14.81.
El incremento de enero de 2017 a mayo de 2018 corresponde a cinco pesos para la Magna y 5.19 para la Premium, conforme a datos oficiales.
En declaraciones ante legisladores, el entonces director de Pemex José Antonio González Anaya, actual secretario de Hacienda, aseguró que
El Plan de Negocios de Pemex, presentado durante la gestión de Anaya, señala que el reto para el área de refinación es revertir las pérdidas económicas y operativas de aproximadamente 100 mil millones de pesos por paros no programados a causa de suministro de hidrógeno, servicios como agua, vapor, electricidad, retrasos en reparaciones, equipos y procesos.
Señala como estrategia a seguir crear alianzas para reconfiguración y operación de refinerías, así como en actividades auxiliares para suministro de hidrógeno y agua. Además de revertir el rezago en mantenimiento, reconocimiento en costos de transporte y custodia de ductos.
Urgió terminar con el criterio cortoplacista fiscal para definir la inversiones de Pemex, porque eso le ha hecho un daño tremendo a la empresa, ya que desde la crisis de 1981 pasó de ser la fuente de abasto de hidrocarburos, a la de suministro de ingresos fiscales,
Detalló que en 2015, cuando se cayeron los precios del crudo, las empresas que crecieron obtuvieron entre 70 y 75 por ciento de sus ingresos de sus divisiones de químicos, petroquímicos y refinados, pero Pemex no aprovechó por las condiciones fiscales y la urgencia de vender crudo.
Previó que en los próximos meses, hacia el verano o por lo menos antes de las elecciones, los precios subirán todavía algunas
decenas de centavos. No creo que veamos el tope, sobre todo si se mantiene el mecanismo de ajuste.
Las previsiones del gobierno mexicano eran que en 2017 los precios de la gasolina en México estuvieran abajo de los vigentes en países de América Latina. Hasta diciembre de 2016, antes de comenzar la liberalización de precios, el litro costaba 13.98 pesos y el de Premium 14.81.
Para 2017 la estimaciones del gobierno federal eran que el precio promedio de la gasolina en México fuera de 15.99 pesos, más barata que en Uruguay, Cuba, Belice, República Dominicana, Costa Rica, Paraguay, Perú, Honduras, Nicaragua o Guatemala, que se calculaban en rangos de 16 a 29 pesos por litro, de acuerdo con datos de GlobalPetroPrices, difundidos por la CRE.
Entre 2013 y 2016, antes de la liberalización, el precio de la gasolina Magna pasó de 12.13 pesos por litro a 13.98, y el de la Premium de 12.69 a 14.81.
El incremento de enero de 2017 a mayo de 2018 corresponde a cinco pesos para la Magna y 5.19 para la Premium, conforme a datos oficiales.
En declaraciones ante legisladores, el entonces director de Pemex José Antonio González Anaya, actual secretario de Hacienda, aseguró que
la refinación implica tirar dinero. México es el sexto consumidor de gasolina a escala mundial conforme a datos de la empresa.
El Plan de Negocios de Pemex, presentado durante la gestión de Anaya, señala que el reto para el área de refinación es revertir las pérdidas económicas y operativas de aproximadamente 100 mil millones de pesos por paros no programados a causa de suministro de hidrógeno, servicios como agua, vapor, electricidad, retrasos en reparaciones, equipos y procesos.
Señala como estrategia a seguir crear alianzas para reconfiguración y operación de refinerías, así como en actividades auxiliares para suministro de hidrógeno y agua. Además de revertir el rezago en mantenimiento, reconocimiento en costos de transporte y custodia de ductos.
Panorama frágil
Fluvio Ruiz advirtió que en México se debe incrementar la
capacidad de refinación, porque ya pasó de la inseguridad energética a
la vulnerabilidad, “dependemos más de 70 por ciento de las importaciones
de refinados, y también dependemos del gas natural y licuado de
petróleo.
La situación del país es muy frágil. Por cuestiones de seguridad energética y casi nacional se requiere hacer eficiente al Sistema Nacional de Refinación, darle la prioridad presupuestal que se necesita para terminar con las reconfiguraciones, e incrementar su capacidad. Claro que cuesta, pero la seguridad cuesta.
Urgió terminar con el criterio cortoplacista fiscal para definir la inversiones de Pemex, porque eso le ha hecho un daño tremendo a la empresa, ya que desde la crisis de 1981 pasó de ser la fuente de abasto de hidrocarburos, a la de suministro de ingresos fiscales,
se privilegia el ingreso fiscal rápido, contra la inversión.
Detalló que en 2015, cuando se cayeron los precios del crudo, las empresas que crecieron obtuvieron entre 70 y 75 por ciento de sus ingresos de sus divisiones de químicos, petroquímicos y refinados, pero Pemex no aprovechó por las condiciones fiscales y la urgencia de vender crudo.
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