Marichuy: la solución contra la violencia de género “no va a venir de arriba”
Durante cuatro días, más de 4 mil mujeres, colectivos y organizaciones sociales de todo el mundo se reunieron en el semillero “Huellas del Caminar de la Comandanta Ramona” del Caracol de Morelia en Altamirano, Chiapas, para debatir, compartir experiencias dolorosas y de lucha, y generar redes de apoyo y organización en contra de la violencia machista y el sistema patriarcal.
Las mujeres zapatistas, insurgentes, milicianas y bases de apoyo abrieron las puertas de este caracol en la región tzotz choj (tigre valiente en tzeltal), prohibieron la entrada a los hombres, vigilaron día y noche el lugar, adaptaron el caracol para recibirlas y cocinaron para sus invitadas, todo con el fin de que se organicen y luchen juntas para que no las sigan matando, violentando y abusando.
“Tenemos los mismos problemas todas, sea del color que sea, del país que sea, del lugar donde estemos y eso hace que seamos fuertes ante esto que está pasando y no queremos que siga pasando y ese es el motivo que nos trae, para escuchar, vernos y pensar cómo le vamos a hacer en nuestras regiones”, señala.
Horas antes de la clausura del encuentro, Marichuy tuvo que partir, pero se lleva las experiencias que escuchó a la comunidad nahua de la que es originaria, en Tuxpan, Jalisco, donde las mujeres también están bajo amenaza constante como en el resto del país.
Ejemplo de ello fue la violación que perpetraron militares a tres indígenas tzeltales en 1994 por sus presuntos vínculos con el EZLN, en el municipio de Altamirano, donde estos días se realiza este encuentro en el que las mujeres zapatistas han dicho que en sus comunidades está prácticamente erradicada la violencia contra ellas.
“Si vamos a acabar con el capitalismo tiene que ser también construyendo algo desde abajo, y tiene que ver mucho la educación, desde la misma familia, e ir construyendo algo diferente”, señala.
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