Nuevo escenario partidista
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- De
entrada, hay que plantear que el Partido de la Revolución Democrática
(PRD) se ha desfondado por sus pugnas internas, lo que apunta a que se
mantenga en un espacio marginal para las elecciones federales del 2021
–independientemente de que decida ceder su registro a un grupo de
cuadros de la dirigencia priista que han renunciado a la militancia en
el PRI– porque carece en su mayoría de una base social que le aporte un
nuevo electorado para reposicionarlo como el representante de la
izquierda mexicana que era.
El Partido Acción Nacional (PAN) se debate, de
igual forma, en diferencias de percepción y de criterio, razón por la
cual no ha podido materializar la unidad, que sigue siendo una
asignatura pendiente. La detención de quien fuera secretario de
Seguridad Púbica con Felipe Calderón y director de la Agencia Federal de
Investigación, que pretendió emular al Federal Bureau of Investigation
de Estados Unidos, Genaro García Luna, ha pegado en la línea de
flotación de la derecha mexicana, que continúa pasmada ante ello y
seguramente lo seguirá estando, con el efecto dominó que esa detención
en Estados Unidos ha traído consigo.
Es imposible desmarcarse de los gobiernos de Vicente Fox y
Felipe Calderón, que no son precisamente activos, sino pasivos para el
histórico partido de la derecha mexicana. Y, más todavía, si García Luna
decide convertirse en testigo colaborador de la Fiscalía de Nueva York a
cambio de ofrecer información de inteligencia valiosa para imputar a
otros altos mandos durante los gobiernos de Fox y Calderón, la situación
para el PAN se volvería de pronóstico reservado. Ese pasivo, más los
que se vayan sumando en el corto y mediano plazos, colocará a los
panistas en una posición compleja para seguir siendo competitivos en los
comicios de 2021.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI), por su
parte, vive una crisis sistémica a raíz de los diferendos surgidos por
la unción del gobernador con licencia de Campeche Alejandro Alito Moreno
como presidente de su Comité Ejecutivo Nacional. Es por ello que buena
parte de los gobernadores surgidos de esa expresión política han dado
marcha atrás al apoyo inicial brindado al campechano. Fuertes
señalamientos se han expuesto contra el líder priista, que lo obligaron a
replegarse y adoptar un bajo perfil, cuando lo lógico es que hiciera
exactamente lo contrario. La presencia testimonial del dirigente priista
coincide con la renuncia gradual de distintos liderazgos del otrora
partido mayoritario que no ven ya una alternativa para recuperar el
poder.
Movimiento Ciudadano es la única formación política que ha
llevado a cabo un proceso de entreveramiento generacional al que se
refería el ideólogo priista Jesús Reyes Heroles. Si bien es verdad que
la palabra de su líder informal Dante Degado todavía es definitiva,
también lo es que Verónica Delgadillo, Clemente Castañeda, Jorge Álvarez
Maynez y Royfid Torres piensan con cabeza propia y sus prendas
profesionales los avalan como líderes emergentes con formación y visión
de largo aliento.
El problema, empero, es que Movimiento Ciudadano depositó
en el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, su proyecto de futuro,
circunstancia que lo limita al tener desde ahora un candidato natural a
la presidencia de la República con los pros y contras que ello implica,
al restringir sus márgenes de maniobra con otras opciones que
eventualmente pudieran ser más competitivas que Alfaro.
Así también se espera que nazca a la vida jurídica el
partido del expresidente Felipe Calderón y su esposa Margarita Zavala,
México Libre, tocado por el efecto de la detención de García Luna por
presuntos nexos con el narcotráfico. Aun así, México Libre busca atraer
el voto del PAN, aunque esa posibilidad se aprecia complicada porque sus
apoyos financieros empiezan a marcar distancia del expresidente y su
esposa.
Del mismo modo, el Partido Redes Sociales Progresistas,
que encabeza Fernando González, el yerno de la maestra Elba Esther
Gordillo, ha logrado hacer un efectivo control de daños después de haber
sufrido una lucha intestina protagonizada por su exlíder Juan Iván
Peña, quien habría buscado marcar distancia de la maestra y darle un
giro propio a ese partido; Hoy está legalmente fuera de esta agrupación
política.
Redes Sociales busca captar el voto de la militancia de lo
que queda del PRI y de grupos significativos de Morena que pueden ver
en esta opción una alternativa socialdemócrata que la dirigencia formal
de Morena no representa. Ni duda cabe que la maestra resulta polémica,
pero al mismo tiempo no se le pueden regatear sus habilidades de
estratega y sus nexos con algunos liderazgos tanto de la 4T, del PRI y
de un grupo de gobernadores de extracción panista que le dan un valor
agregado a su cada vez más notoria influencia en el Sindicato Nacional
de Trabajadores de la Educación, aunque la comentocracia desestime este
dato.
Redes Sociales Progresistas, al no ser un partido
de izquierda y menos radical, busca ubicarse en el centro del abanico
político y atraer a liderazgos jóvenes, cuadros de Morena, del PRI y del
Partido del Trabajo. De todos los líderes, o de los auspiciantes de las
probables nuevas opciones electorales, la Gordillo es la única que
conoce al monstruo en sus entrañas, ha ejercido el poder de manera
destacada y ha sabido mantenerse vigente contra viento y marea. Estos
hechos muestran que su retiro está lejos y se encuentra haciendo
política de tiempo completo con un amplio abanico de interlocutores de
primer nivel que conocen sus alcances.
Los previsibles nuevos partidos pueden cambiar el
escenario partidista actual con alianzas y acuerdos que estarían en
condiciones de descarrilar en alguna medida a Morena, que como en la
absurda maniobra contra la senadora Lilly Téllez para ser retirada de la
fracción parlamentaria de ese partido en el Senado, exhibe una política
de división y resta, justo al contrario de lo que debe hacer un partido
que ha ganado la Presidencia de la República, la mayoría con sus
aliados en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República, y cuya
razón de existir debería ser la cohesión con la coincidencia en lo
fundamental y la diferencia en lo accesorio.
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