19.6 millones de mexicanos necesitan empleo; brecha laboral llega a nivel de 30.3%
La pandemia agudizó el déficit de empleo en México y al menos una de cada tres personas tiene la necesidad de encontrar un trabajo para cubrir sus necesidades; hace un año esta proporción era de uno de cada cinco.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), el mundo del trabajo tuvo en el cuarto trimestre de 2020 una brecha laboral de 30.3%, 11.3 puntos más que lo reportado a finales de 2019.
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Esta medición es la más amplia para reflejar la necesidad de empleo de la fuerza laboral y abarca a las personas desocupadas, a las subocupadas y a las inactivas pero disponibles para trabajar. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) la clasifica como “tasa de subutilización de la fuerza de trabajo” y comenzó a reportarla a partir del tercer trimestre del año pasado.
Bajo esta condición se encuentran en la actualidad 19.6 millones de personas, el equivalente a toda la población de trabajadores formales asegurados en el IMSS en el arranque del 2021, y 7.5 millones más de lo observado en el cuarto trimestre del 2019, cuando la brecha laboral llegó a un nivel de 19 por ciento.
La crisis económica originada por la pandemia llevó a este indicador a los niveles más altos de la historia en México, alcanzando un pico de 52.9% en mayo del año pasado debido a la suspensión masiva de actividades económicas no esenciales para frenar los contagios de la covid-19. El pico anterior se registró en mayo de 2009, en medio de la crisis financiera global, cuando se reportó una brecha laboral de 26.4 por ciento.
“La brecha laboral bajó de 34.5% en el tercer trimestre a 30.3% en el cuarto trimestre. Sigue siendo mayor que en todo el periodo 2005-2019”, detalló en su cuenta de twitter David Kaplan, especialista Senior de Mercados Laborales del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Por entidades federativas, el mayor déficit de empleo se registró en la Ciudad de México y Tabasco, el cual abarcó a 43.6 y 42.5% de su fuerza laboral, respectivamente. Le siguen Tlaxcala (38.5%), Zacatecas (36.3%), Guanajuato (35.2%) y Quintana Roo (34.5%).
Retrocede la informalidad
El Inegi informó además que en el cuarto trimestre del 2020 la población ocupada fue de 53.3 millones, una reducción anual de 2.4 millones de personas. Así, la tasa de desocupación fue de 4.6%, 1.2 puntos más de lo observado al cierre del 2019, pero con una ligera disminución respecto de lo reportado para el tercer trimestre del año.
La población que labora en la economía informal se redujo de 31.3 a 29.6 millones en el año, para alcanzar un nivel de 55.6 de la ocupación, una disminución de 0.6 puntos respeto del cuarto trimestre de 2019.
Casi la mitad de los empleos perdidos en el transcurso de 2020 fue en el rubro de los micronegocios familiares, renglón en el que se reportó la baja de 914,000 plazas, seguido de las pequeñas empresas, en las que se registró una disminución de 418,000 trabajos. En tanto, 59% de las pérdidas laborales se dieron en trabajos de tiempo completo.
Por sectores, las mayores caídas en comparación con el cuarto trimestre de 2019 se registraron en los restaurantes y hoteles (-17.4%), los servicios diversos (-8.5), el transporte (-6.2) y la industria manufacturera (-5.1%).
Asimismo, la población subocupada, medición que abarca a las personas que tienen la necesidad y disponibilidad para laborar más tiempo de lo que el mercado les ofrece, se duplicó en el año, pasando de 7.7 a 15.3% de los ocupados, es decir de 4.3 a 8.1 millones de trabajadores.
El mayor cambio que trajo consigo la pandemia fue el aumento de la población inactiva, que representa a quienes salieron del mercado laboral y dejaron de buscar un empleo desalentados por las condiciones actuales. Al cierre de 2020 se encontraban en esta situación 8.9 millones de personas, un aumento de 53.2% de lo reportado un año antes.
A decir de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), esto refleja que el mercado mexicano vive una crisis de inactividad, no de desempleo, lo que complicará más la recuperación, porque se requiere de un mayor esfuerzo a nivel de políticas públicas para reincorporar a aquellas personas a un trabajo.
“Crisis anteriores han puesto de manifiesto que la ‘activación’ de la situación de personas que se encontraban previamente inactivas es más difícil que volver a emplear a personas que han perdido su trabajo, de ahí que la existencia de índices elevados de inactividad pueda dificultar aún más la recuperación del empleo”, destaca la OIT.
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