Alto a la guerra y la violencia, exigen activistas a Calderón
Hermann Bellinghausen
Enviado
Periódico La Jornada
Viernes 18 de marzo de 2011, p. 20
San Cristóbal de las Casas, Chis., 17 de marzo. Organizaciones y representantes comunitarios de derechos humanos que participaron en el encuentro "Con la memoria los pueblos construimos justicia y verdad" demandaron hoy "alto a la guerra y la violencia generalizada que mantiene Felipe Calderón Hinojosa".
Asimismo, rechazaron la "imposición de proyectos y programas que despojan el territorio de los pueblos de México" y ponen en peligro la integridad del país.
Coincidieron en que el sistema de justicia "intimidatorio y corrupto" funciona "para que no podamos seguir adelante" en el ejercicio de las garantías y su protección, y pone sus vidas "en riesgo". La impartición de justicia "obedece a intereses económicos y políticos del poder".
Ante las "agresiones, amenazas y persecuciones" que enfrentan actualmente en el desempeño de sus labores (y procedentes de Chiapas, Chihuahua, estado de México, Guerrero, Coahuila, Colima y Morelos), responsables comunitarios de pueblos indígenas, abogados y activistas exigieron cese al hostigamiento contra defensoras y defensores, garantías para realizar su trabajo y atención a las demandas de justicia y verdad para los que se movilizan en la defensa de sus derechos”, así como libertad a todas las presas y presos políticos del país.
En sus conclusiones destacan que "las acciones de resistencia y construcción de autonomía que hoy están presentes en nuestros pueblos son producto de la memoria. Los proyectos oficiales de desarrollo no tienen que ver con nuestras necesidades; vienen a contaminar y llenar de tiendas comerciales, buscan nuestras aguas y tierras, acabar las montañas para buscar oro y plata sin respetar la tierra que nuestros abuelos nos dejaron a fuerza de la Revolución y la Independencia. Quieren que negociemos nuestros sueños".
Ofreciendo "el sueño de una vida mejor, nos quieren desplazar, dividir y enfrentar entre hermanos". La actuación del gobierno "siempre es la misma": primero reprime y después ofrece dialogo para "acabar" con el problema que provocó. "Pero ejercer la autonomía y libre determinación de los pueblos no se negocia".
Declararon que las comunidades de Chiapas y México que han vivido la violencia contrainsurgente y la represión contra la sociedad civil organizada, "recordamos muy bien cómo han sufrido nuestras abuelas y abuelos, padres, hermanas y hermanos". La memoria –añadieron– “nos trae al presente a las personas desaparecidas, asesinadas, encarceladas, exiliadas: no olvidamos que existen una guerra sucia, el terrorismo de Estado y la guerra contrainsurgente; tampoco olvidamos a los responsables, aún en impunidad”.
Señalaron que "los empresarios disputan nuestras tierras, ríos y manantiales; también quieren controlar el aire". Proyectos mineros, construcción de carreteras privadas, represas y centros ecoturísticos, plantación de monocultivos, construcción de fábricas y ocupación policiaca y militar "son el proyecto del gobierno que busca despojarnos mediante dinero, engaño, división, alcoholismo, discriminación hacia las mujeres, persecución y encarcelamiento de luchadores sociales, fabricación de delitos, programas de gobierno, abuso del poder y de la ley".
Se manifestaron "conscientes de que la lucha por los derechos humanos nos lleva a cambiar de raíz las cosas", y que el neoliberalismo "busca destruir las raíces de nuestros pueblos, nuestra historia, nuestra madre tierra, perder la identidad, despojar nuestros lugares sagrados".
La desinformación, la manipulación y la división "son retos que tenemos enfrente". Las garantías fundamentales "sólo se hacen respetar en la lucha; aunque estén en leyes, tratados y convenios, si no los ejercemos nadie los va a respetar".
Los proyectos asistenciales "son usados como herramientas de la contrainsurgencia, para dividir a los pueblos y acallar las voces que exigen sus derechos". Sostuvieron: "Aquí no hay ley, no hay justicia, no hay democracia. No las que los pueblos queremos y exigimos". Y ante "la violencia generalizada que el Estado impone", propusieron "generar movimientos por la paz y contra la guerra".
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Viernes 18 de marzo de 2011, p. 20
San Cristóbal de las Casas, Chis., 17 de marzo. Organizaciones y representantes comunitarios de derechos humanos que participaron en el encuentro "Con la memoria los pueblos construimos justicia y verdad" demandaron hoy "alto a la guerra y la violencia generalizada que mantiene Felipe Calderón Hinojosa".
Asimismo, rechazaron la "imposición de proyectos y programas que despojan el territorio de los pueblos de México" y ponen en peligro la integridad del país.
Coincidieron en que el sistema de justicia "intimidatorio y corrupto" funciona "para que no podamos seguir adelante" en el ejercicio de las garantías y su protección, y pone sus vidas "en riesgo". La impartición de justicia "obedece a intereses económicos y políticos del poder".
Ante las "agresiones, amenazas y persecuciones" que enfrentan actualmente en el desempeño de sus labores (y procedentes de Chiapas, Chihuahua, estado de México, Guerrero, Coahuila, Colima y Morelos), responsables comunitarios de pueblos indígenas, abogados y activistas exigieron cese al hostigamiento contra defensoras y defensores, garantías para realizar su trabajo y atención a las demandas de justicia y verdad para los que se movilizan en la defensa de sus derechos”, así como libertad a todas las presas y presos políticos del país.
En sus conclusiones destacan que "las acciones de resistencia y construcción de autonomía que hoy están presentes en nuestros pueblos son producto de la memoria. Los proyectos oficiales de desarrollo no tienen que ver con nuestras necesidades; vienen a contaminar y llenar de tiendas comerciales, buscan nuestras aguas y tierras, acabar las montañas para buscar oro y plata sin respetar la tierra que nuestros abuelos nos dejaron a fuerza de la Revolución y la Independencia. Quieren que negociemos nuestros sueños".
Ofreciendo "el sueño de una vida mejor, nos quieren desplazar, dividir y enfrentar entre hermanos". La actuación del gobierno "siempre es la misma": primero reprime y después ofrece dialogo para "acabar" con el problema que provocó. "Pero ejercer la autonomía y libre determinación de los pueblos no se negocia".
Declararon que las comunidades de Chiapas y México que han vivido la violencia contrainsurgente y la represión contra la sociedad civil organizada, "recordamos muy bien cómo han sufrido nuestras abuelas y abuelos, padres, hermanas y hermanos". La memoria –añadieron– “nos trae al presente a las personas desaparecidas, asesinadas, encarceladas, exiliadas: no olvidamos que existen una guerra sucia, el terrorismo de Estado y la guerra contrainsurgente; tampoco olvidamos a los responsables, aún en impunidad”.
Señalaron que "los empresarios disputan nuestras tierras, ríos y manantiales; también quieren controlar el aire". Proyectos mineros, construcción de carreteras privadas, represas y centros ecoturísticos, plantación de monocultivos, construcción de fábricas y ocupación policiaca y militar "son el proyecto del gobierno que busca despojarnos mediante dinero, engaño, división, alcoholismo, discriminación hacia las mujeres, persecución y encarcelamiento de luchadores sociales, fabricación de delitos, programas de gobierno, abuso del poder y de la ley".
Se manifestaron "conscientes de que la lucha por los derechos humanos nos lleva a cambiar de raíz las cosas", y que el neoliberalismo "busca destruir las raíces de nuestros pueblos, nuestra historia, nuestra madre tierra, perder la identidad, despojar nuestros lugares sagrados".
La desinformación, la manipulación y la división "son retos que tenemos enfrente". Las garantías fundamentales "sólo se hacen respetar en la lucha; aunque estén en leyes, tratados y convenios, si no los ejercemos nadie los va a respetar".
Los proyectos asistenciales "son usados como herramientas de la contrainsurgencia, para dividir a los pueblos y acallar las voces que exigen sus derechos". Sostuvieron: "Aquí no hay ley, no hay justicia, no hay democracia. No las que los pueblos queremos y exigimos". Y ante "la violencia generalizada que el Estado impone", propusieron "generar movimientos por la paz y contra la guerra".
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