México: Desvaríos de Vázquez Mota
lunes 16 de abril de 2012
Eduardo Ibarra Aguirre (FORUMENLINEA)
Un tímido distanciamiento comenzó, en el Distrito Federal, Josefina Vázquez respecto de su otrora jefe Felipe Calderón. Para ello aseguró que ella “manda y coordina su propia campaña”, tras la incorporación de un cuñado y una hermana del segundo, además de otros amigos y socios.
La candidata presidencial también se guareció en la idea de “un México diferente y una campaña diferente”, para eludir el indispensable deslinde con Calderón si pretende consolidar el competido segundo lugar y aspirar con visos de seriedad a desplazar a Enrique Peña, de quien Pedro Joaquín Coldwell ya se refiere en público como “el presidente Peña Nieto” al augurar lo que todos refieren: “Pueden darse alianzas de corte fáctico” con la franquicia de Elba Esther Gordillo.
Pero donde Vázquez Mota no acaba de resolver las causas de tantos dolores de cabeza es en la maquinaria panista y las 13 familias que la administran.
Un claridoso Vicente Fox se adelantó a reconocer el triunfo de Enrique Peña el 1 de julio, “sólo una idea milagrosa o una acción fuera de toda norma rutinaria pudiera cambiar las cosas". Por supuesto que el mexiquense agradeció enseguida desde la capital queretana al guanajuatense nativo del DF, el gesto de “realismo político” con el que busca poner a buen resguardo sus intereses tanto económicos como políticos, presionar al gobierno del tan desgastado como caricaturizable “hijo desobediente”, mientras su partido, Acción Nacional, revira en voz del exgobernador Carlos Medina Plascencia “que se oiga desde aquí hasta (el rancho) San Cristóbal, el compromiso es de por vida”. Seguramente no se refiere al compromiso que le permitió llegar a la gubernatura en concertacesión con Carlos Salinas y de espaldas a Fox, el presunto ganador.
La señora Mota es mucho más cuidadosa, empeñada como está en “superar el proceso interno y emprender la búsqueda del voto ciudadano”, para lo que convoca a “emprender una tregua por la unidad”, evitando así el choque con el marido de Martha Sahagún y gracias a los cuales –presidente y vicepresidenta, o al revés, en 2000-2006– fue secretaria de Desarrollo Social.
Mas los pertinentes cuidados para no comprar un boleto que le es ajeno, como la disputa entre Fox Quesada y Calderón Hinojosa, no le impiden a la también exsecretaria de Educación vender escenarios catastrofistas, como “el resto del siglo XXI (¡88 años!) “está en riesgo de perderse para México”. Sabedora que León aún es el búnker del panismo y de la Organización Nacional El Yunque, amén de sus antecedentes cristeros, “convocó a una conspiración para que el PRI no recupere Los Pinos ni el gobierno del estado”.
Los arrebatos conspirativos los envuelve Vázquez para regalo con un maternal discurso que busca llegar al corazón de muchas mujeres: En la elección del primer domingo de julio está en juego "nuestra propia vida y la vida de nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos". Pero ella los protegerá "como una madre defiende con su vida a los suyos". Creará la Policía Nacional (con disciplina militar) integrada por 150 mil elementos, recuperará 10 mil espacios públicos en manos del crimen organizado y las cárceles gobernadas por los narcos. Todo lo prometió en la ensangrentada Matamoros, Tamaulipas, rodeada de tanquetas artilladas y un convoy de más de 20 vehículos, a pesar de un sexenio de guerra que jura continuar.
En tanto, los jerarcas del catolicismo se disponen a “examinar” a los candidatos para influir en territorios demasiado terrenales. Y el Consejo Coordinador Empresarial, el de la guerra sucia en 2006, veta a Andrés Manuel López Obrador porque no respalda las reformas estructurales de los hombres y mujeres del poder fáctico.
Fuente
Eduardo Ibarra Aguirre (FORUMENLINEA)
Un tímido distanciamiento comenzó, en el Distrito Federal, Josefina Vázquez respecto de su otrora jefe Felipe Calderón. Para ello aseguró que ella “manda y coordina su propia campaña”, tras la incorporación de un cuñado y una hermana del segundo, además de otros amigos y socios.
La candidata presidencial también se guareció en la idea de “un México diferente y una campaña diferente”, para eludir el indispensable deslinde con Calderón si pretende consolidar el competido segundo lugar y aspirar con visos de seriedad a desplazar a Enrique Peña, de quien Pedro Joaquín Coldwell ya se refiere en público como “el presidente Peña Nieto” al augurar lo que todos refieren: “Pueden darse alianzas de corte fáctico” con la franquicia de Elba Esther Gordillo.
Pero donde Vázquez Mota no acaba de resolver las causas de tantos dolores de cabeza es en la maquinaria panista y las 13 familias que la administran.
Un claridoso Vicente Fox se adelantó a reconocer el triunfo de Enrique Peña el 1 de julio, “sólo una idea milagrosa o una acción fuera de toda norma rutinaria pudiera cambiar las cosas". Por supuesto que el mexiquense agradeció enseguida desde la capital queretana al guanajuatense nativo del DF, el gesto de “realismo político” con el que busca poner a buen resguardo sus intereses tanto económicos como políticos, presionar al gobierno del tan desgastado como caricaturizable “hijo desobediente”, mientras su partido, Acción Nacional, revira en voz del exgobernador Carlos Medina Plascencia “que se oiga desde aquí hasta (el rancho) San Cristóbal, el compromiso es de por vida”. Seguramente no se refiere al compromiso que le permitió llegar a la gubernatura en concertacesión con Carlos Salinas y de espaldas a Fox, el presunto ganador.
La señora Mota es mucho más cuidadosa, empeñada como está en “superar el proceso interno y emprender la búsqueda del voto ciudadano”, para lo que convoca a “emprender una tregua por la unidad”, evitando así el choque con el marido de Martha Sahagún y gracias a los cuales –presidente y vicepresidenta, o al revés, en 2000-2006– fue secretaria de Desarrollo Social.
Mas los pertinentes cuidados para no comprar un boleto que le es ajeno, como la disputa entre Fox Quesada y Calderón Hinojosa, no le impiden a la también exsecretaria de Educación vender escenarios catastrofistas, como “el resto del siglo XXI (¡88 años!) “está en riesgo de perderse para México”. Sabedora que León aún es el búnker del panismo y de la Organización Nacional El Yunque, amén de sus antecedentes cristeros, “convocó a una conspiración para que el PRI no recupere Los Pinos ni el gobierno del estado”.
Los arrebatos conspirativos los envuelve Vázquez para regalo con un maternal discurso que busca llegar al corazón de muchas mujeres: En la elección del primer domingo de julio está en juego "nuestra propia vida y la vida de nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos". Pero ella los protegerá "como una madre defiende con su vida a los suyos". Creará la Policía Nacional (con disciplina militar) integrada por 150 mil elementos, recuperará 10 mil espacios públicos en manos del crimen organizado y las cárceles gobernadas por los narcos. Todo lo prometió en la ensangrentada Matamoros, Tamaulipas, rodeada de tanquetas artilladas y un convoy de más de 20 vehículos, a pesar de un sexenio de guerra que jura continuar.
En tanto, los jerarcas del catolicismo se disponen a “examinar” a los candidatos para influir en territorios demasiado terrenales. Y el Consejo Coordinador Empresarial, el de la guerra sucia en 2006, veta a Andrés Manuel López Obrador porque no respalda las reformas estructurales de los hombres y mujeres del poder fáctico.
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