Funcionarios minimizan las consecuencias negativas del fracking, afirman especialistas

Angélica Enciso L.
 
Periódico La Jornada
Lunes 25 de agosto de 2014, p. 9 

La técnica del fracking (fractura hidráulica) para extraer gas natural del subsuelo no es una energía limpia, ya que genera metano –un gas más potente que el bióxido de carbono, responsable de provocar el cambio climático– y se inyectarán miles de litros de químicos y agua, señaló la Alianza Mexicana contra el Fracking.
Ante las declaraciones que realizó la semana pasada el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Juan José Guerra Abud, acerca de que las ventajas que traerá el gas natural que se extraerá por este método rebasan las consecuencias negativas que pueda tener, y de que se utilizarán mínimas cantidades de sustancias químicas, Claudia Campero y Francisco Cravioto, integrantes de la alianza, refutaron esos planteamientos.
El fracking a lo largo del proceso de explotación provoca que alrededor de 5 por ciento del metano contenido en los yacimientos se fugue a la atmósfera, y tan sólo una molécula de este gas tiene una capacidad de efecto invernadero 20 veces superior a una molécula de dióxido de carbono, indicaron en un análisis realizado.
En relación con el planteamiento de Guerra Abud de que los químicos utilizados serán mínimos, la alianza precisó que es mentira, ya que en cada pozo se inyectan entre 100 mil y 300 mil litros de químicos, que equivalen a uno por ciento de las sustancias incorporadas al líquido de fractura.
La alianza también se refirió al planteamiento del titular de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), David Korenfeld, sobre que no se retirará agua de consumo humano y de producción de alimentos para ese fin, lo cual también consideró falso, ya que para utilizar agua de fuentes subterráneas profundas para el fracking es necesario retirar sales, metales pesados y otras sustancias que puedan afectar las reacciones del coctel químico inyectado.
Utilizar agua salobre de pozos profundos también implica costos de extracción y tratamiento. Tratar el agua antes de utilizarla sale demasiado caro: invierte la relación entre costos y utilidades. Por esta razón, las experiencias vividas en Estados Unidos de utilización de agua que requiera mayor inversión, son muy pocas proporcionalmente al uso de agua dulce, agregó.
Además, la alianza aseguró que tampoco será mínima el agua utilizada, como señalaron los funcionarios, ya que cada pozo requiere de entre 9 y 29 millones de litros de agua. Si consideramos que se prevén abrir cientos o miles de pozos, podemos ver que se trata de grandes volúmenes de agua.
También sostuvo que la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y Protección al Ambiente en el Sector Hidrocarburos no será autónoma, ya que la propia reglamentación de este organismo establece que el director ejecutivo será designado y removido libremente por el titular del Ejecutivo federal, por tanto no goza de autonomía.
Sumado a ello, agregó, la agencia concentra las facultades de regulación, aprobación de proyectos, inspección y sanción. Este tipo de atribuciones para otras actividades distintas a la explotación de hidrocarburos se encuentran dispersas entre diferentes oficinas de la Semarnat y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente. El conflicto de interés no es sólo una posibilidad, se encuentra escrito en el genoma de esta agencia, concluyó.
  
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