Fox y Calderón aumentaron deuda y pobreza
Deuda pública y sus ocultos beneficiarios
Martín Esparza Flores
VII
Apenas instalado en el poder, en el año
2000, el llamado gobierno de la transición de Vicente Fox mostró que, en
el aspecto económico, su administración no sólo seguiría sino
acrecentaría la aplicación del modelo neoliberal, sujetando el
desarrollo nacional a los vaivenes de la economía estadounidense y las
desventajosas condiciones que enfrentaban los sectores industrial y
agrícola a raíz del Tratado de Libre Comercio (TLC).
De igual forma, prosiguió con la
privatización del sector energético en consonancia con las recetas del
Fondo Monetario Internacional (FMI), autorizando la contratación de más
deuda pública a través de los llamados Pidiregas que con el rescate
carretero habían mostrado ya su ineficacia. Años más tarde, el costo
para las quebradas finanzas públicas sería altísimo ante el abuso de
este modelo de financiamiento a particulares que en los doce años de
gobiernos panistas reportó beneficios únicamente, como en el porfiriato,
a empresas privadas.
El espejismo creado en los primeros años
de gestión de Fox, en el sentido de abatir los montos de la deuda
externa, se diluyó conforme su administración fue avanzando al grado de
que al término de su gobierno la Auditoría Superior de la Federación
(ASF) señaló que en contrasentido la deuda pública, contratada de 2000 a
2006, había alcanzado la cifra récord de 603 mil millones de pesos;
además, pese a obtener recursos adicionales, sobre todo por excedentes
petroleros del orden de los 719 mil millones de pesos, el crecimiento
económico apenas alcanzó el 3.2 por ciento, quedando en tela de juicio
el paradero exacto sobre la aplicación de tan vastos ingresos, como lo
denunció en su momento la ASF.
Con Fox comenzó el abierto otorgamiento
de permisos de generación de energía a particulares y una mayor apertura
a sectores de Pemex para la inversión privada. Al final de su sexenio
los índices de pobreza que prometió abatir, aumentaron; y el millón 300
mil empleos que dijo en su campaña que serían creados, nunca
aparecieron. Su mediocre gestión dejó al país una deuda de casi 174 mil
millones de dólares. De manera genérica, la deuda del gobierno federal
en el gobierno de la transición acumuló los 2 billones 128 mil 91
millones de pesos.
Pero no sólo con Fox sino con Felipe
Calderón Hinojosa, el crecimiento de un ineficiente gasto público
incrementó la deuda. Más preocupado por legitimar su gobierno dando
prioridad a una guerra contra el narcotráfico, Calderón dejó a la deriva
la implementación de una política económica y social que permitiera al
país enfrentar crisis como la vivida en 2009; de igual forma como Fox, a
partir de 2006 abrió de par en par las puertas a una silenciosa
privatización del sector energético a las multinacionales.
Su desastrosa administración dejó más de
52 millones de mexicanos en pobreza extrema, un agobiante desempleo al
no cumplir su promesas de campaña de crear un millón de puestos de
trabajo al año y un estancamiento económico que se vio reflejado en los
saldos negativos de la deuda pública.
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