Los legisladores perdieron el piso
Discuten sobre marihuana y no sobre economía
Fieles a su costumbre de arrumbar en el
archivo muerto la discusión de los grandes problemas nacionales, los
miembros del Congreso de la Unión decidieron iniciar su periodo
ordinario de sesiones con el debate de la presunta legalización de la
marihuana, ignorando el planteamiento de medidas urgentes que atemperen
el grave problema económico que enfrenta el país por la depreciación del
peso y la caída en los precios internacionales del petróleo.
La pregunta que todos los mexicanos debemos hacernos es si realmente el tema de la liberación del uso de la cannabis
con fines recreativos es de sumo interés para una población mayoritaria
que enfrenta de manera cotidiana la pérdida de su poder adquisitivo y
un galopante desempleo que le conduce irremisiblemente a los linderos de
la marginación social.
Diputados y senadores nuevamente pierden
el piso y se alejan de su obligación como supuestos representantes
populares al hacer eco a una política afianzada en distractores como la
captura del Chapo Guzmán y, ahora, con el debate sobre la
legalización o no de la marihuana, que en nada contribuyen al verdadero
combate a la delincuencia organizada cuyas redes financieras del lavado
de dinero siguen intactas, permitiéndole ejecutar desapariciones
forzadas, secuestros y extorsiones por todo el territorio nacional.
Desde el Poder Legislativo se insiste en
defender las inexistentes panaceas de reformas como la laboral y
energética que en nada han contribuido a mejorar las condiciones
económicas del país y, por el contrario, se están convirtiendo en el
actual contexto de crisis, en mecanismos de fomento a un desempleo
masivo como ocurrirá en el presente año con el despido de 10 mil 553
trabajadores de Petróleos Mexicanos cuyas plazas serán canceladas.
Situación de la que no está exenta también la Comisión Federal de
Electricidad.
La reforma energética que arrebató a
Pemex el control en la exploración, explotación y distribución de
hidrocarburos, bajo el argumento de terminar con un monopolio de Estado,
le dejó intacto su régimen fiscal que gradualmente ha sido lesivo para
sus finanzas y que le postrará de hinojos ante sus competidores
nacionales e internacionales, financieramente más sanos y con mayor
número de recursos. ¿No es este un asunto de mayor trascendencia a ser
debatido en el Congreso?
Lo que millones de mexicanos están
demandando es la urgente implementación de una política económica y
social que genere empleos estables y bien remunerados, en el marco de un
Estado de derecho.
Nuestros legisladores deben preguntarse
si con la desbocada aplicación de reformas, los millones que dicen
representar podrán acceder a un nivel de vida más justo. O si debatiendo
sobre la marihuana se va a sacar al país de la profunda crisis en la
que está inmerso. Los grandes temas nacionales siguen esperando a que el
Congreso se digne tomarlos en cuenta.
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