Desinterés Oficial en el Progreso del País EN PICADA RECURSOS EN CIENCIA-TECNOLOGÍA-CULTURA

*Ciencia y tecnología, al margen en el presupuesto 2017.
*El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, CONACyT, verá disminuído su presupuesto en 10%.

Secretario del Exterior del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Nuclear (SUTIN),
Integrante de la Comisión Política de CNSUESIC*
Colaborador Voluntario de Frecuencia Laboral

El 7 de septiembre el gobierno federal entregó a la Cámara de Diputados el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2017. Como ha sido en muchos años, los temas de educación, ciencia y tecnología y cultura, no están entre las prioridades. Tampoco se ven favorecidos rubros como el campo y la salud. En pocas palabras, el gasto social es atendido de manera marginal.
Hay disminuciones que muestran el desinterés oficial en aspectos que deberían estar en el centro de la política gubernamental. Al sector cultura, del que se dijo es tan importante que merecía una secretaría de estado especial, le reducen 2,500 millones; tan sólo al Instituto Nacional de Antropología e Historia, le quitan 450 millones. El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, CONACyT, verá disminuido su presupuesto en 10%. Su director dice que se mantendrán programas y becas, pero no se crecerá.
Algunas instituciones tienen programados aumentos mínimos con respecto a lo recibido este año, como los institutos Nacionales de Investigaciones Nucleares, ININ,  y de Astrofísica, Óptica y Electrónica, INAOE. Sin embargo, si consideramos que el presupuesto de este año sufrió una reducción y los efectos de la inflación, es fácil ver que los incrementos no son reales, sobre todo si se toma en cuenta el deterioro de la infraestructura, la necesidad del recambio generacional y la inexistente contratación de personal en los últimos años.
Hay centros de investigación cuyos recursos son parte del presupuesto de secretarías de estado cuya actividad central no es la investigación. Algunos de estos son el ININ (Secretaría de Energía), el Colegio de Postgraduados y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (Secretaría de Agricultura) o el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (Secretaría de Medio Ambiente).
Al no ser consideradas prioritarias sus actividades, el presupuesto es limitado. No obstante, la producción científica y desarrollo que realizan, los hace acreedores al apoyo económico de CONACyT , quien por cierto, establece criterios de alto nivel que los investigadores de las instituciones interesadas cumplen con creces. Una preocupación en tales instituciones, es si con la reducción presupuestal a CONACyT, éste seguirá dando el necesario apoyo.
Por otro lado, se habla de que sí habrá contrataciones, pero de carácter temporal. Esto poco puede ayudar a la ciencia y tecnología, pues formar grupos de investigación científica no es una tarea de unos meses, ni los resultados se obtienen cada fin de semana. Hablar de contratación temporal de investigadores es mostrar, nuevamente, el desinterés gubernamental. Por si fuera poco, este tipo de contratación, sin estabilidad en el empleo, sin seguridad social, y seguramente sin otros derechos, profundiza la precarización del empleo en el sector académico y de investigación, ya tan presente en muchas instituciones.
Otro añejo problema en las instituciones públicas de educación, investigación y cultura, es el respeto a los derechos de los trabajadores, pactados en los contratos colectivos de trabajo, CCT. Para ejemplo, unos botones. El CCT de los trabajadores nucleares establece las condiciones y requisitos para la promoción de los trabajadores, una vez que demuestran los merecimientos con la evaluación bipartita de su trabajo. Pues bien, ya hace años que no hay tales promociones por insuficiencia de recursos, según la administración del ININ. En el INAOE, a poco más de un año de firmar el CCT correspondiente, se dice al sindicato que CONACyT se niega a respetar lo pactado. En el IMTA, ni siquiera ha aceptado la administración firmar un CCT a pesar de que el sindicato ha ganado ya ocho juicios en diversas instancias de la justicia federal.
Todo esto contrasta con el trato que se da otros rubros, como las instituciones de seguridad (con resultados insuficientes) o al servicio de la deuda, o los elevados salarios de la igualmente alta burocracia. Se ha señalado que con una parte de lo que se destina al pago de intereses de la deuda o a la promoción de la figura de políticos de cualquier nivel, la educación, la ciencia y la cultura en México, podrían cumplir mejor sus funciones.
Esperemos que los diputados tomen en consideración las aportaciones de los trabajadores del conocimiento al país y se apruebe un presupuesto adecuado a las instituciones públicas del sector. Los sindicatos de trabajadores del conocimiento, insistiremos en ello.
 
*CNSUESIC: Coordinadora Nacional de Sindicatos de Educación Superior, Investigación y Cultura

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