Cascos Blancos en los Oscar, la propaganda negra contra Siria
27 de febrero de 2017
El documental de esta ONG, financiada por Estados Unidos y Gran Bretaña, se centra en producir imágenes de las supuestas consecuencias de los bombardeos rusos y sirios en las zonas controladas por los grupos terroristas.
El documental titulado “The White Helmets” (Los Cascos Blancos), dirigido por Orlando von Einsiedel y producido por Netflix es uno de los cinco candidatos al Óscar al mejor cortometraje documental.
Los Cascos Blancos se hacen llamar como un grupo de rescatistas, que surgió en 2013 en Turquía por James Le Mesurier, ex alto oficial británico y alto representante de la ONU en lugares en guerra como Bosnia y Kosovo. Cuenta con tres mil voluntarios y opera en las zonas bajo control de grupos mercenarios que buscan derrocar al gobierno de Bashar Al Assad.
El grupo de rescatistas se hizo famoso mundialmente por sus videos en las redes sociales ayudando a las víctimas de la guerra, en especial en operaciones de salvamento de niños.
Esta organización se presenta como neutral y apolítica pero está justo en uno de los bandos en el conflicto sirio, el de los fundamentalistas islámicos y las potencias que pretenden perpetuar la guerra en Siria.
Defensa Civil Siria recibe financiamiento de Gran Bretaña y Estados Unidos, principalmente, y mantiene una constante campaña a favor de detener los bombardeos en Alepo para beneficiar al Frente Al-Nusra, ahora renombrado Fateh Al-Sham como parte de una maniobra pública para desvincularse de Al-Qaeda y sus aliados.
Le Mesurier tiene también en su prontuario haber sido parte de la contratista militar Olive Security y Good Harbour International, la primera relacionada con Blackwater, famosa por sus matanzas en Irak, y la segunda dirigida por Richard Clark, ex asesor de seguridad de George Bush.
Mientras los medios corporativos y la industria cinematográfica intentan mostrar la inocencia de estos “Cascos Blancos”, la verdad es que actúan en zonas controladas por el Frente Al-Nusra y el autodenominado Estado Islámico (Daesh en árabe).
Hay imágenes en internet de estos “Cascos Blancos” festejando la conquista del Frente Al-Nusra y de distintos grupos yihadistas sobre ciudades sirias y participan como facilitadores en ejecuciones de estos grupos, así como sus fotografías mostrando los cuerpos de soldados sirios en calidad de trofeos de guerra.
Difícilmente se le pueda dar un tono neutral e inocente a la viralización de la foto del niño Omran Daqneesh, uno de los casos más evidentes sobre esta función.
La agencia encargada de tomar las imágenes del niño cubierto de polvo fue el “Aleppo Media Center”, un equipo de prensa de “rebeldes moderados” del que se nutre como fuente el grueso de las agencias de noticias internacionales.
Sin embargo, la puesta en escena del niño recuerda precisamente al de los rescatistas que “salvaron” a Omran Daqneesh de los escombros de Qaterji para llevarlo a un hospital sano y salvo.
Nos hicieron creer que el niño habría sido víctima de un bombardeo ruso en el barrio de Qaterji de Alepo, controlado por los “rebeldes”.
Telesur
Fuente
El documental de esta ONG, financiada por Estados Unidos y Gran Bretaña, se centra en producir imágenes de las supuestas consecuencias de los bombardeos rusos y sirios en las zonas controladas por los grupos terroristas.
El documental titulado “The White Helmets” (Los Cascos Blancos), dirigido por Orlando von Einsiedel y producido por Netflix es uno de los cinco candidatos al Óscar al mejor cortometraje documental.
Los Cascos Blancos se hacen llamar como un grupo de rescatistas, que surgió en 2013 en Turquía por James Le Mesurier, ex alto oficial británico y alto representante de la ONU en lugares en guerra como Bosnia y Kosovo. Cuenta con tres mil voluntarios y opera en las zonas bajo control de grupos mercenarios que buscan derrocar al gobierno de Bashar Al Assad.
El grupo de rescatistas se hizo famoso mundialmente por sus videos en las redes sociales ayudando a las víctimas de la guerra, en especial en operaciones de salvamento de niños.
Esta organización se presenta como neutral y apolítica pero está justo en uno de los bandos en el conflicto sirio, el de los fundamentalistas islámicos y las potencias que pretenden perpetuar la guerra en Siria.
Defensa Civil Siria recibe financiamiento de Gran Bretaña y Estados Unidos, principalmente, y mantiene una constante campaña a favor de detener los bombardeos en Alepo para beneficiar al Frente Al-Nusra, ahora renombrado Fateh Al-Sham como parte de una maniobra pública para desvincularse de Al-Qaeda y sus aliados.
Le Mesurier tiene también en su prontuario haber sido parte de la contratista militar Olive Security y Good Harbour International, la primera relacionada con Blackwater, famosa por sus matanzas en Irak, y la segunda dirigida por Richard Clark, ex asesor de seguridad de George Bush.
Mientras los medios corporativos y la industria cinematográfica intentan mostrar la inocencia de estos “Cascos Blancos”, la verdad es que actúan en zonas controladas por el Frente Al-Nusra y el autodenominado Estado Islámico (Daesh en árabe).
Hay imágenes en internet de estos “Cascos Blancos” festejando la conquista del Frente Al-Nusra y de distintos grupos yihadistas sobre ciudades sirias y participan como facilitadores en ejecuciones de estos grupos, así como sus fotografías mostrando los cuerpos de soldados sirios en calidad de trofeos de guerra.
Difícilmente se le pueda dar un tono neutral e inocente a la viralización de la foto del niño Omran Daqneesh, uno de los casos más evidentes sobre esta función.
La agencia encargada de tomar las imágenes del niño cubierto de polvo fue el “Aleppo Media Center”, un equipo de prensa de “rebeldes moderados” del que se nutre como fuente el grueso de las agencias de noticias internacionales.
Sin embargo, la puesta en escena del niño recuerda precisamente al de los rescatistas que “salvaron” a Omran Daqneesh de los escombros de Qaterji para llevarlo a un hospital sano y salvo.
Nos hicieron creer que el niño habría sido víctima de un bombardeo ruso en el barrio de Qaterji de Alepo, controlado por los “rebeldes”.
Telesur
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