Los tratados de libre comercio desencadenan una crisis agrícola en Panamá

28 de febrero de 2017

Las importaciones de tomates perjudican a los productores del extremo occidental de Panamá, donde hasta la fecha perdieron el 60 por ciento de lo recolectado por falta de mercado, afirman sus portavoces.
Lluvias intensas registradas a finales del pasado año ocasionaron desabastecimiento del producto, sustituido por compras a México, Estados Unidos y otras regiones, que siguen llegando al país a pesar de la superproducción de la actual zafra nacional.
Así lo denunció Ameth Lezcano, de la Asociación de Productores de Renacimiento, en las llamadas Tierras Altas de Chiriquí, quien aseguró que sus compañeros están botando y regalando tomates ante la imposibilidad de venderlo, con pérdidas económicas calculadas en 18,5 millones de dólares.
Aseveró que unos 600 tomateros viven la peor crisis de su historia, mientras enfrentan el peligro de perder las fincas, por no poder sostenerse en el mercado agropecuario por el millonario déficit.
‘Ya entró el tomate que ha sido víctima de la pandemia, del cáncer de las importaciones provocada por una nefasta ley de la cual todos los ciudadanos hemos sido cómplices, porque hemos permitido que por más de 10 años esto haya ocurrido y se haya salido de las manos’, opinó Augusto Jiménez, también representante de los agricultores.
Se refirió así a tratados de libre comercio (TLC) firmados con varias naciones, con serios perjuicios a la industria nacional, y conminó a las autoridades a una solución urgente, porque consideró que se perdieron hasta el momento unas 35 mil hectáreas del rubro y exigió tener una ley que garantice la seguridad alimentaria.
Fuentes locales señalaron a periodistas que las importaciones en plena cosecha y la super producción provocó que los precios por libra de tomate no superen los siete a diez centavos, menos de la mitad de los costos de producción.
En la política de control de precios de la canasta básica solo se incluyen rubros del país, mientras que los renglones importados no tienen límites, y en el caso del tomate, actualmente se vende al consumidor entre 1,50 y dos dólares la libra.
La falta de políticas de Estado para determinar la fecha adecuada para hacer las importaciones y de inventarios de los cosecheros locales, son elementos de la actual crisis, en opinión del agricultor Juan Gallardo.
Anteriormente hubo similar situación con los arroceros y los cebolleros, que provocaron protestas y cierres de carreteras e importantes arterias de la capital, mientras los manifestantes culparon a los TLC´s y la desregularización de las importaciones por políticas de libre mercado.
PL 

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