Cepal baja a 1% la previsión de crecimiento económico de México para 2019

Alicia Bárcena, de Cepal, junto al presidente de México, Andrés López. Foto: Miguel Dimayuga
Alicia Bárcena, de Cepal, junto al presidente de México, Andrés López. Foto: Miguel Dimayuga

Cepal baja a 1% la previsión de crecimiento económico de México para 2019

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) disminuyó la previsión de crecimiento económico de México de 1.7% a 1% para 2019.
“Esta estimación es menor que lo observado en 2018 debido a retrasos en la ejecución del presupuesto público, relacionados con el comienzo de una nueva administración y a una baja inversión privada”, puntualizó el organismo regional en un documento titulado “Estudio Económico para América Latina y el Caribe”.

De acuerdo con el reporte, la actividad económica también se vio afectada por la toma de vías férreas por parte de trabajadores de la educación en enero, las huelgas en las maquiladoras en el norte del país y la cancelación de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México.
Asimismo, por el insuficiente abasto de gasolina (en enero) en estados importantes para la actividad económica del país, debido a la estrategia de lucha contra el robo de combustibles en los poliductos de la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex).
Además, la incertidumbre financiera vinculada a las tensiones comerciales globales (incluida la amenaza de imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a las importaciones provenientes de México, debido a temas migratorios) ha tenido un peso importante, abundó.
“Se proyecta un efecto menos positivo de la demanda externa, debido a la desaceleración de la economía de Estados Unidos, causada entre otras cosas por la pérdida del impulso que en 2018 le dio la disminución de impuestos federales”, señaló el organismo encabezado por Alicia Bárcena.
La Cepal espera que en 2019 la inflación se ubique en 3.7%, con lo que convergería con el rango meta del banco central, y que la tasa de desempleo alcance 3.6%. También prevé un déficit fiscal del sector público de alrededor de 2.0% del PIB (con un superávit primario de 1.0% del PIB), mientras que el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos sería equivalente a 1.9% del PIB al cierre del año.
Hacia adelante, el organismo recomendó que para impulsar el crecimiento económico de mediano y largo plazo es necesario revertir la tendencia decreciente de la inversión, particularmente inversión pública, y garantizar un marco macroeconómico de estabilidad y certidumbre jurídica e institucional para la actividad económica.
Baja crecimiento para Latinoamérica
La Cepal también disminuyó su pronóstico de crecimiento para América Latina y el Caribe, ubicándolo en 0.5%, desde el 0.9% anotado en 2018.
“Este desempeño es atribuido a los efectos de un debilitamiento sincronizado de la economía global, lo que ha implicado un escenario internacional desfavorable para la región. Asimismo, en el ámbito interno, el bajo crecimiento se debe al poco dinamismo exhibido por la inversión, las exportaciones y a una caída del gasto público y del consumo privado”, recalcó.
En este entorno, recomendó a las economías latinas expandir el espacio de políticas para hacer frente a la desaceleración y contribuir al crecimiento económico, con medidas tanto en el área fiscal como en la monetaria y relacionadas con la inversión y la productividad.
En materia fiscal, señaló, se necesita reducir la evasión tributaria y los flujos financieros ilícitos; impulsar la adopción de impuestos a la economía digital, al medio ambiente y los relacionados a la salud pública, y reevaluar los gastos tributarios para alinearlos hacia la inversión productiva.
En el área monetaria –agregó– se necesita promover el crecimiento económico sin comprometer la estabilidad cambiaria y de precios, mientras que del lado de la inversión y productividad “es imprescindible elevar la participación de los sectores intensivos en conocimientos en la estructura productiva, por medio de un papel más activo de la inversión pública y privada; reorientar las inversiones hacia los sectores de mayor dinamismo; y adoptar políticas de estímulo que tengan impactos en términos de innovación, aprendizaje y empleos de calidad”.

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