El costo del voto en México no es tan alto; el problema son los subsidios a partidos: OEA
Alonso Urrutia
Periódico La Jornada
Lunes 12 de diciembre de 2011, p. 7
México no es una de las democracias más caras del continente, revela un análisis comparativo incluido en el informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) titulado Política, dinero y poder, refleja. Medido este costo en cuanto a cada votante registrado, nuestro país se ubica en 4.2 dólares, muy por debajo de los casi 28 de Estados Unidos o los 19.9 dólares de Brasil.
Al desglosar las referencias sobre México, el informe sostiene que las descalificaciones a la democracia mexicana provienen esencialmente del elevado subsidio público a los partidos políticos: “en los años electorales 2000 y 2006, las cifras fueron de 312 millones y 368 millones de dólares, respectivamente, de manera global.
Sin embargo, hace notar que en 2003, por inconsistencias en la legislación mexicana, los partidos recibieron 461 millones de dólares, esto es, que el costo por votante registrado fue de 17.6 dólares, pero enfatiza que lo recibido por los institutos políticos fue mayor de lo que podían legalmente gastar.
En el capítulo "El gasto en las campañas", el reporte del organismo destaca especialmente el incremento sustancial de casi 4 veces que ha tenido el costo en los comicios de Estados Unidos. Entre las elecciones presidenciales de 1992 y las de 2008, el gasto del candidato ganador William Clinton pasó de 192 millones de dólares, a 730 millones de dólares de Barack Obama, "con lo que rompió, por un margen, considerable todos los récords" de ejercicio de recursos.
El informe subraya que la capacidad recaudatoria de recursos para la campaña de Obama llegó a tal punto que éste "optó por renunciar al subsidio público, con el fin de librarse de las limitaciones del gasto que van aparejadas a la subvención presidencial en Estados Unidos". Esta fue la primera vez que un candidato adoptó esta decisión desde 1976, lo que implicó un golpe importante para el esquema de financiamiento en ese país.
Conforme al reporte de la OEA, el comportamiento del gasto electoral en Canadá es totalmente diferente, pues destaca su austeridad, a partir de que las campañas son muy cortas (sólo 36 días) y a que existe un riguroso acatamiento de los topes de gastos fijados por ley: 21 millones de dólares por candidato en los comicios de este año. A partir de ello se estima que el gasto electoral canadiense no superó los 100 millones de dólares, cifra sustancialmente más bajo que la de los estadunidenses.
Por lo que hace al resto de los países latinoamericanos, destaca el costo de los comicios en Brasil, con 19.9 dólares por votante registrado, seguido de Uruguay, con 16. 2 dólares; Honduras, con 10.2 dólares, y Costa Rica, con 9.6 dólares. En el reporte, Chile tiene un costo por votante registrado más bajo, con 2.7 dólares.
En el análisis sobre la democracia brasileña, el informe compara los comicios de 1994, cuando se estima que tuvieron un costo oscilante entre 3 mil 500 y 4 mil 500 millones de dólares. Para 2006, la cifra se ubicó en 2 mil 500 millones de dólares, lo que arroja los casi 20 dólares por votante registrado.
Sin embargo, el informe advierte que existen dificultades para realizar un comparativo entre los países, en virtud a la escasa información que existe sobre los recursos ejercidos. Por ello, en la mayor parte de los casos se parte de algunos elementos para proyectar el gasto general y, por ejemplo, en el caso de las elecciones de Guatemala en 2007, se estima que los partidos gastaron alrededor de 60 millones de dólares, más otros 24.5 millones durante las precampañas.
En Nicaragua, una tabulación de organismos sociales dedicados a la transparencia estima que en 2006 se ejercieron 18.2 millones de dólares para el financiamiento de las elecciones, lo que supone un costo por votante registrado muy bajo: cinco dólares.
Fuente
Periódico La Jornada
Lunes 12 de diciembre de 2011, p. 7
México no es una de las democracias más caras del continente, revela un análisis comparativo incluido en el informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) titulado Política, dinero y poder, refleja. Medido este costo en cuanto a cada votante registrado, nuestro país se ubica en 4.2 dólares, muy por debajo de los casi 28 de Estados Unidos o los 19.9 dólares de Brasil.
Al desglosar las referencias sobre México, el informe sostiene que las descalificaciones a la democracia mexicana provienen esencialmente del elevado subsidio público a los partidos políticos: “en los años electorales 2000 y 2006, las cifras fueron de 312 millones y 368 millones de dólares, respectivamente, de manera global.
Sin embargo, hace notar que en 2003, por inconsistencias en la legislación mexicana, los partidos recibieron 461 millones de dólares, esto es, que el costo por votante registrado fue de 17.6 dólares, pero enfatiza que lo recibido por los institutos políticos fue mayor de lo que podían legalmente gastar.
En el capítulo "El gasto en las campañas", el reporte del organismo destaca especialmente el incremento sustancial de casi 4 veces que ha tenido el costo en los comicios de Estados Unidos. Entre las elecciones presidenciales de 1992 y las de 2008, el gasto del candidato ganador William Clinton pasó de 192 millones de dólares, a 730 millones de dólares de Barack Obama, "con lo que rompió, por un margen, considerable todos los récords" de ejercicio de recursos.
El informe subraya que la capacidad recaudatoria de recursos para la campaña de Obama llegó a tal punto que éste "optó por renunciar al subsidio público, con el fin de librarse de las limitaciones del gasto que van aparejadas a la subvención presidencial en Estados Unidos". Esta fue la primera vez que un candidato adoptó esta decisión desde 1976, lo que implicó un golpe importante para el esquema de financiamiento en ese país.
Conforme al reporte de la OEA, el comportamiento del gasto electoral en Canadá es totalmente diferente, pues destaca su austeridad, a partir de que las campañas son muy cortas (sólo 36 días) y a que existe un riguroso acatamiento de los topes de gastos fijados por ley: 21 millones de dólares por candidato en los comicios de este año. A partir de ello se estima que el gasto electoral canadiense no superó los 100 millones de dólares, cifra sustancialmente más bajo que la de los estadunidenses.
Por lo que hace al resto de los países latinoamericanos, destaca el costo de los comicios en Brasil, con 19.9 dólares por votante registrado, seguido de Uruguay, con 16. 2 dólares; Honduras, con 10.2 dólares, y Costa Rica, con 9.6 dólares. En el reporte, Chile tiene un costo por votante registrado más bajo, con 2.7 dólares.
En el análisis sobre la democracia brasileña, el informe compara los comicios de 1994, cuando se estima que tuvieron un costo oscilante entre 3 mil 500 y 4 mil 500 millones de dólares. Para 2006, la cifra se ubicó en 2 mil 500 millones de dólares, lo que arroja los casi 20 dólares por votante registrado.
Sin embargo, el informe advierte que existen dificultades para realizar un comparativo entre los países, en virtud a la escasa información que existe sobre los recursos ejercidos. Por ello, en la mayor parte de los casos se parte de algunos elementos para proyectar el gasto general y, por ejemplo, en el caso de las elecciones de Guatemala en 2007, se estima que los partidos gastaron alrededor de 60 millones de dólares, más otros 24.5 millones durante las precampañas.
En Nicaragua, una tabulación de organismos sociales dedicados a la transparencia estima que en 2006 se ejercieron 18.2 millones de dólares para el financiamiento de las elecciones, lo que supone un costo por votante registrado muy bajo: cinco dólares.
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