Peña Nieto ofende al campo mexicano
Polimnia Romana
@polimniaromana
mar 10 abr 2012
El “nuevo” PRI pretende que los campesinos crean en las promesas que nunca cumplieron mientras ostentaron el poder, y que a través de la campaña mediática que lleva a cabo su candidato vuelvan a aceptar pan para hoy y hambre para mañana.
Peña Nieto promete pugnar por la soberanía alimentaria y el incremento a la producción agrícola, asunto que olvidó por completo como gobernador del Estado de México porque justo esa entidad es en la que se puede apreciar el total abandono del campo.
Lo que los mexiquenses no pueden olvidar tan pronto es la acción represora ordenada por Peña Nieto en San Salvador Atenco, donde los campesinos que defendían sus tierras fueron brutalmente agredidos.
Es fácil prometer pero para cumplir es indispensable una voluntad política que los priístas no tienen. Jamás han gobernado en beneficio del pueblo porque si así lo hubiesen hecho el país no estaría en la situación de pobreza en la que se encuentra. El abandono del campo no es sólo de 11 años de panismo, viene de mucho tiempo atrás.
En su discurso, Peña Nieto reconoce que no existe justicia para quienes viven en el campo porque no cuentan con apoyo suficiente del gobierno y porque el pago de sus cosechas es muy bajo. Alguien se lo platicó porque él viaja en helicóptero y desconoce la realidad que se vive en el campo.
Lo que no dice es desde cuándo ocurre esto en México ni quiénes son los responsables de ese abandono.
¿Ignora quién fue el de la brillante idea de impulsar los monopolios y proteger a los grandes productores?
¿No sabe quiénes se benefician con la importación de alimentos que podemos producir aquí?
Si Peña Nieto leyera un poco de historia entendería que su candidatura obedece a los grandes intereses que han devastado el campo mexicano, rematado y desmantelado las industrias nacionales, especialmente las encargadas de producir y distribuir energéticos, actividad que la Constitución marca como exclusivas del Estado.
Pero él no sabe ni entiende más allá de lo que ven sus ojos, por eso fue elegido como el nuevo títere del sistema, y por eso promete lo que no va a cumplir ya que si en realidad pensara cumplirlo cambiaría por completo su suerte. Como cambió la de Colosio cuando quiso salirse del cuadril.
Los que sí podemos hacer realidad ese cambio que pregona el “nuevo” PRI somos los mexicanos HARTOS de tantas mentiras.
En nuestras manos está que las promesas falsas de Peña Nieto se hagan realidad; que se active el campo, que se impulse a los pequeños productores, que los jóvenes tengan cabida en las escuelas públicas, que se frenen la inseguridad y la violencia y que se combata a fondo la corrupción y la impunidad.
Para hacer realidad las promesas de Peña Nieto es indispensable necarle el voto y otorgárselo a quien sí puede cumplirlas, a quien no tiene compromisos más que con el pueblo.
Fuente
@polimniaromana
mar 10 abr 2012
El “nuevo” PRI pretende que los campesinos crean en las promesas que nunca cumplieron mientras ostentaron el poder, y que a través de la campaña mediática que lleva a cabo su candidato vuelvan a aceptar pan para hoy y hambre para mañana.
Peña Nieto promete pugnar por la soberanía alimentaria y el incremento a la producción agrícola, asunto que olvidó por completo como gobernador del Estado de México porque justo esa entidad es en la que se puede apreciar el total abandono del campo.
Lo que los mexiquenses no pueden olvidar tan pronto es la acción represora ordenada por Peña Nieto en San Salvador Atenco, donde los campesinos que defendían sus tierras fueron brutalmente agredidos.
Es fácil prometer pero para cumplir es indispensable una voluntad política que los priístas no tienen. Jamás han gobernado en beneficio del pueblo porque si así lo hubiesen hecho el país no estaría en la situación de pobreza en la que se encuentra. El abandono del campo no es sólo de 11 años de panismo, viene de mucho tiempo atrás.
En su discurso, Peña Nieto reconoce que no existe justicia para quienes viven en el campo porque no cuentan con apoyo suficiente del gobierno y porque el pago de sus cosechas es muy bajo. Alguien se lo platicó porque él viaja en helicóptero y desconoce la realidad que se vive en el campo.
Lo que no dice es desde cuándo ocurre esto en México ni quiénes son los responsables de ese abandono.
¿Ignora quién fue el de la brillante idea de impulsar los monopolios y proteger a los grandes productores?
¿No sabe quiénes se benefician con la importación de alimentos que podemos producir aquí?
Si Peña Nieto leyera un poco de historia entendería que su candidatura obedece a los grandes intereses que han devastado el campo mexicano, rematado y desmantelado las industrias nacionales, especialmente las encargadas de producir y distribuir energéticos, actividad que la Constitución marca como exclusivas del Estado.
Pero él no sabe ni entiende más allá de lo que ven sus ojos, por eso fue elegido como el nuevo títere del sistema, y por eso promete lo que no va a cumplir ya que si en realidad pensara cumplirlo cambiaría por completo su suerte. Como cambió la de Colosio cuando quiso salirse del cuadril.
Los que sí podemos hacer realidad ese cambio que pregona el “nuevo” PRI somos los mexicanos HARTOS de tantas mentiras.
En nuestras manos está que las promesas falsas de Peña Nieto se hagan realidad; que se active el campo, que se impulse a los pequeños productores, que los jóvenes tengan cabida en las escuelas públicas, que se frenen la inseguridad y la violencia y que se combata a fondo la corrupción y la impunidad.
Para hacer realidad las promesas de Peña Nieto es indispensable necarle el voto y otorgárselo a quien sí puede cumplirlas, a quien no tiene compromisos más que con el pueblo.
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