Wikileaks revela apoyo de la Casa Blanca a la dictadura militar argentina
Libre Red
Según los cables secretos divulgados, Washington apoyó firmemente la dictadura militar que se instauró en 1976 en Argentina, a la que consideraba la mejor opción ante “el clima de incertidumbre que amenaza a sus intereses en el país”.
El documento filtrado, elaborado por el Departamento de Estado de EEUU días después de que se conociera que Perón había sido ingresado de urgencia por un edema pulmonar, señalaba que “debemos esforzarnos por mantener un estrecho vínculo con los líderes militares clave, en tanto representan una de las pocas alternativas institucionales viables a los peronistas”.
Henry Kissinger, nombrado jefe del Servicio Exterior estadounidense apenas dos meses antes, encargó la elaboración de un “documento de contingencia” para que circulase entre las distintas agencias de EEUU en el que enfatizaba que “cualquier intervención en casi cualquier aspecto de la política interior de Argentina requiere que Estados Unidos actúe con la mayor discreción y sensibilidad”, remarcando, asimismo, la importancia de no quedar “identificado con las actividades represivas para suprimir la subversión”.
Ante la muerte de Perón, el escenario más probable, según el Departamento de Estado, era que su viuda, María Estela Martínez, conocida popularmente como Isabel Perón, lo sucediera, y se trataba de una persona a quien, según los documentos filtrados, el Departamento de Estado de EEUU preveía que le fuera muy difícil controlar “las fuerzas centrífugas” que su esposo manejaba, siendo posible “una escalada de la violencia”.
Frente a este hipotético escenario, siempre según los documentos filtrados, EEUU suponía que los militares “ganarían influencia detrás de la escena” y “podrían realizar arrestos preventivos para evitar problemas”.
El 21 de febrero de 1976, un cable firmado por el entonces embajador estadounidense en Argentina, Robert Hill, informó de un encuentro con el titular de la Fuerza Aérea, Orlando Agosti, en el que preguntado por la postura de su país sobre la situación argentina, respondió que Estados Unidos compartía la línea planteada por Jorge Rafael Videla acerca de que “sólo la intervención militar podría manejar los problemas del país”.
El 24 de marzo de 1976, un golpe de Estado deponía a Isabel Perón de su cargo de presidenta de la nación argentina, instaurándose la dictadura militar de Videla.
RT
Fuente
Documentos secretos filtrados por WikiLeaks revelan los vínculos entre EEUU y las Fuerzas Armadas de Argentina ocho meses antes de la muerte de Perón, preparando una eventual sucesión de presidente argentino.
Según los cables secretos divulgados, Washington apoyó firmemente la dictadura militar que se instauró en 1976 en Argentina, a la que consideraba la mejor opción ante “el clima de incertidumbre que amenaza a sus intereses en el país”.
El documento filtrado, elaborado por el Departamento de Estado de EEUU días después de que se conociera que Perón había sido ingresado de urgencia por un edema pulmonar, señalaba que “debemos esforzarnos por mantener un estrecho vínculo con los líderes militares clave, en tanto representan una de las pocas alternativas institucionales viables a los peronistas”.
Henry Kissinger, nombrado jefe del Servicio Exterior estadounidense apenas dos meses antes, encargó la elaboración de un “documento de contingencia” para que circulase entre las distintas agencias de EEUU en el que enfatizaba que “cualquier intervención en casi cualquier aspecto de la política interior de Argentina requiere que Estados Unidos actúe con la mayor discreción y sensibilidad”, remarcando, asimismo, la importancia de no quedar “identificado con las actividades represivas para suprimir la subversión”.
Ante la muerte de Perón, el escenario más probable, según el Departamento de Estado, era que su viuda, María Estela Martínez, conocida popularmente como Isabel Perón, lo sucediera, y se trataba de una persona a quien, según los documentos filtrados, el Departamento de Estado de EEUU preveía que le fuera muy difícil controlar “las fuerzas centrífugas” que su esposo manejaba, siendo posible “una escalada de la violencia”.
Frente a este hipotético escenario, siempre según los documentos filtrados, EEUU suponía que los militares “ganarían influencia detrás de la escena” y “podrían realizar arrestos preventivos para evitar problemas”.
El 21 de febrero de 1976, un cable firmado por el entonces embajador estadounidense en Argentina, Robert Hill, informó de un encuentro con el titular de la Fuerza Aérea, Orlando Agosti, en el que preguntado por la postura de su país sobre la situación argentina, respondió que Estados Unidos compartía la línea planteada por Jorge Rafael Videla acerca de que “sólo la intervención militar podría manejar los problemas del país”.
El 24 de marzo de 1976, un golpe de Estado deponía a Isabel Perón de su cargo de presidenta de la nación argentina, instaurándose la dictadura militar de Videla.
RT
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