Testigos del caso Tlatlaya fueron presionados para favorecer a militares
1 de octubre de 2014
Nacional
Las huellas de la masacre en Tlatlaya. Foto: Agencia MVT |
MÉXICO, D.F., (apro).- Pablo Ferri, reportero de la revista
Esquire, denunció que la Procuraduría General de Justicia del Estado de
México presionó a testigos de la masacre en Tlatlaya para que brindaran
una versión que favorecía a los militares.
“Nos parecería sospechosa cualquier declaración que se filtre (de las testigos)… expresiones tipo ¿en qué habíamos quedado?, de una funcionaria de la Procuraduría del Estado de México, o eso no sirve”, narró en entrevista con la periodista Carmen Aristegui para la cadena CNN.
En la misma emisión, Eduardo Castillo, editor de la agencia de noticias AP, enfatizó que los militares involucrados en la matanza son parte del 102 batallón de infantería de la 22 Zona Militar, en San Miguel Ixtapan, en el suroeste del Estado de México, con antecedentes de agresiones.
En diciembre del año pasado, integrantes de dicho batallón balearon a cuatro empleados del municipio de Arcelia, Guerrero, incluido el director y el subdirector de transporte municipal.
Aristegui entrevistó a en su programa a Ferri y Castillo, representantes de los medios que dieron la primicia del asesinato extrajudicial cometido por militares contra 22 personas el 30 de junio pasado en la comunidad San Pedro Limón, en Tlatlaya, Estado de México.
En un principio, el Ejército aseguró que se trató de un enfrentamiento; sin embargo, las investigaciones de dichos medios revelaron que en realidad se trató de un fusilamiento.
Esta mañana, el noticiero de MVS conducido por Aristegui reprodujo el testimonio de “Julia”, quien vio el fusilamiento:
“¿El Ejército dijo que había habido un enfrentamiento y que en el enfrentamiento murieron 22 personas dentro de la bodega que estaba en San Pedro Limón, eso es verdad? ¿Cuál enfrentamiento? ¿Vale, cuál es la verdad entonces? No fue así, yo sé que no”.
“(Los militares decían) No que muy machitos hijos de su puta madre, no que muy machitos, así les estaban diciendo los militares a los muchachos, y pues todos salieron, todos salieron, sí se rindieron, definitivamente sí se rindieron”.
“Yo les decía que no, que no lo hicieran, que no, que porqué lo hacían, ellos dijeron que esos perros no merecen vivir así”.
Fuente
“Nos parecería sospechosa cualquier declaración que se filtre (de las testigos)… expresiones tipo ¿en qué habíamos quedado?, de una funcionaria de la Procuraduría del Estado de México, o eso no sirve”, narró en entrevista con la periodista Carmen Aristegui para la cadena CNN.
En la misma emisión, Eduardo Castillo, editor de la agencia de noticias AP, enfatizó que los militares involucrados en la matanza son parte del 102 batallón de infantería de la 22 Zona Militar, en San Miguel Ixtapan, en el suroeste del Estado de México, con antecedentes de agresiones.
En diciembre del año pasado, integrantes de dicho batallón balearon a cuatro empleados del municipio de Arcelia, Guerrero, incluido el director y el subdirector de transporte municipal.
Aristegui entrevistó a en su programa a Ferri y Castillo, representantes de los medios que dieron la primicia del asesinato extrajudicial cometido por militares contra 22 personas el 30 de junio pasado en la comunidad San Pedro Limón, en Tlatlaya, Estado de México.
En un principio, el Ejército aseguró que se trató de un enfrentamiento; sin embargo, las investigaciones de dichos medios revelaron que en realidad se trató de un fusilamiento.
Esta mañana, el noticiero de MVS conducido por Aristegui reprodujo el testimonio de “Julia”, quien vio el fusilamiento:
“¿El Ejército dijo que había habido un enfrentamiento y que en el enfrentamiento murieron 22 personas dentro de la bodega que estaba en San Pedro Limón, eso es verdad? ¿Cuál enfrentamiento? ¿Vale, cuál es la verdad entonces? No fue así, yo sé que no”.
“(Los militares decían) No que muy machitos hijos de su puta madre, no que muy machitos, así les estaban diciendo los militares a los muchachos, y pues todos salieron, todos salieron, sí se rindieron, definitivamente sí se rindieron”.
“Yo les decía que no, que no lo hicieran, que no, que porqué lo hacían, ellos dijeron que esos perros no merecen vivir así”.
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