Llega 2015 con nueva crisis “bajo el brazo”
CONTRALÍNEA
Mientras el secretario de Hacienda y
Crédito Público, Luis Videgaray, disfrutaba sus vacaciones de fin de año
jugando al golf en su residencia de Malinalco, la economía nacional
terminó por irse a pique a consecuencia del derrumbe de los precios
internacionales del petróleo y la devaluación del peso frente al dólar.
Al galardonado “ministro de finanzas” en 2014 por The Banker
le fallaron, por amplio margen, sus proyecciones económicas para este
año, que aún con la anunciada cobertura petrolera enfrentarán un
gigantesco hoyo en los ingresos públicos, producto de la venta de
hidrocarburos al exterior. Esto seguramente incidirá en recortes
emergentes a los presupuestos de educación, salud, pensiones, despidos
en el sector público…
Serán los trabajadores y los contribuyentes cautivos los que paguen los platos rotos –casi en añicos–. Hacienda le apuesta a que con una mayor recaudación del impuesto sobre la renta este año obtendrá una tablita salvadora
que le permita campear el vendaval que se avecina, por lo que Videgaray
y sus “asesores” ya preparan dotar de más armas de fiscalización al
Servicio de Administración Tributaria (SAT) para que exprima a quienes, a
su juicio, se configuran como evasores fiscales: ciudadanos de a pie
que, por supuesto, no pueden pagar una residencia de 7.5 millones de
pesos como la del secretario, y menos podrían justificar ingresos por
tal monto y acumularlos en sólo 2 años estando fuera del servicio
público, como lo esgrimió a los medios el funcionario.
Los factores externos que tienen al país contra las cuerdas
son la prueba de los errores de Videgaray al mando de las directrices
económicas, al acrecentar el endeudamiento en dólares, abandonar al
campo, a la pequeña y mediana industria, apostándole a las
exportaciones. En este terreno, desde hace 20 años los inequitativos
acuerdos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte terminaron
por aniquilar al sector agropecuario y a otras ramas productivas que han
ido a la quiebra por competir en franca desventaja.
En sólo 1 año, el esquema de bonanza que
enarbolaba la actual administración desapareció por el incipiente
crecimiento económico donde se ha estancando además la creación de
empleos estables y bien remunerados que, a decir de los voceros
oficiales, lloverían a cántaros una vez que se aprobaran las reformas estructurales.
El acelerado endeudamiento es otro de los
factores que bregarán en contra de la imagen del actual gobierno
federal, pues siendo oposición los priístas no se cansaron de criticar a
las administraciones panistas por los excesivos empréstitos que
llevaron la deuda pública a los linderos de los 5 billones de pesos;
ahora que la pelota está en la cancha de los tricolores las cosas no mejoran, van de mal en peor,
pues en sólo 2 años el nivel de endeudamiento se incrementó en 1.2
billones, disparando el total de la deuda a 7 billones 151 mil millones
de pesos, el 42 por ciento del producto interno bruto, muy por encima al
nivel estimado como recomendable por los organismos financieros
internacionales.
Por si esto no bastara, el Congreso de la
Unión aprobó a la administración federal, para 2015, contraer un
endeudamiento interno del orden de los 595 mil millones de pesos y uno
externo por 6 mil millones de dólares; montos que parecen irrisorios si
se considera que la caída del 3.5 por ciento de los ingresos petroleros
registrada de enero a noviembre del pasado año ocasionó un déficit
presupuestal de 461 mil 300 millones de pesos.
Si se considera que el proyecto de
ingresos para 2015 estableció un precio promedio de 79 dólares por
barril de petróleo y que el crudo mexicano se cotiza con la baja en el
mercado mundial en 42 dólares, el faltante será de casi 50 por ciento a
compensar. De esta forma, el billón de pesos que obtuvo el gobierno
federal por la venta de petróleo en 2014 podría reducirse a casi la
mitad, o más, de continuar en picada los precios.
Esto parece que ha desalentado a los
inversionistas extranjeros que, hipotéticamente, abarrotarían de
propuestas a la cercana Ronda 1, contemplada en la reforma energética,
por lo que no conformes con abrirles sin restricciones el sector
energético, funcionarios como el secretario de Energía, Pedro Joaquín
Coldwell, ya preparan la entrega total del país en aras de atraer el
ahora desgastado interés de las multinacionales, permitiéndoles acceder a
las áreas de explotación reservadas por Petróleos Mexicanos en la Ronda
0.
El panorama se le complicará a los priístas en pleno año electoral: aún cuando en su control de daños
anunciaron como buenas noticias para los millones de mexicanos
golpeados en sus bolsillos por una inflación que avanza silenciosa, pero
segura, la baja en las tarifas de luz y un alto a los gasolinazos, el 1 de enero se aplicó el primer incremento a las gasolinas, echando por tierra las buenas intenciones y poniendo en entredicho los supuestos beneficios que traerá a quienes tienen menos recursos la reforma energética.
Según el presidente Enrique Peña Nieto
habrá mayor impulso a programas como el de jóvenes emprendedores de
negocios, se acelerará la construcción de viviendas dignas y habrá un
programa de estímulos fiscales en apoyo a las actividades agropecuarias y
a la economía de estados en franca crisis social, como Chiapas,
Guerrero y Oaxaca; es decir, se insiste en buscar a través de programas
asistencialistas la solución a otros derivados de la aplicación de un
desfasado e inoperante modelo neoliberal que por todos los rincones del
mundo hace agua. Las aspirinas no curan los tumores malignos, pero el gobierno mexicano insiste en gastar en ellas y recetarlas a diestra y siniestra.
El balance económico, por donde se le
vea, no es nada alentador para un país con 63 millones de pobres, una
informalidad que va al alza con cerca de 30 millones que sobreviven sin
una estabilidad en el empleo, sin seguridad social, y un gobierno
empecinado en mantener un esquema económico obsoleto, argumentando en
cada una de sus disparatadas acciones la defensa del interés público y
la economía nacional, gastadas frases cliché que fueron repetidas hasta
el cansancio por el expresidente “del empleo” Felipe Calderón cuando
trató de justificar el despido de los 44 mil trabajadores electricistas,
vía su impositivo decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro en
octubre de 2009.
Vale plantearse como propósito de año
nuevo: ¿qué sanción merecen los tecnócratas en el poder por los pésimos
resultados entregados al país en materia económica y de seguridad
pública en estos 2 años? Las elecciones intermedias de este 2015 pueden
ser la catarsis para millones de mexicanos cansados de mirar en el día a
día la incapacidad, impunidad y corrupción con que se conducen
funcionarios como el “genio de las finanzas públicas”, Luis Videgaray,
uno de sus mejores exponentes que feliz y despreocupado juega golf en su
residencia en Malinalco, a salvo de las crisis económicas y el
terrorismo fiscal del SAT.
Martín Esparza Flores*
*Secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas
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