"Ahora Rubén es libre y está en paz", señala su hermana durante el sepelio


Laura Gómez Flores y Afp
 
Periódico La Jornada
Martes 4 de agosto de 2015, p. 5
Familiares, amigos y colegas dieron el último adiós al fotorreportero Rubén Espinosa Becerril, quien fue asesinado junto a cuatro mujeres el pasado viernes. En tanto, el gremio periodístico exigió que se aclare el móvil de estas ejecuciones, y protestó por la impunidad en los ataques contra la prensa del país.
El cuerpo de Espinosa Becerril, de 31 años, fue velado hasta el mediodía de ayer en una funeraria de la colonia San Pedro de los Pinos, en el poniente de la ciudad de México. Medio centenar de allegados acudieron a darle el último adiós.
Su hermana Patricia tomó la palabra durante la ceremonia religiosa de cuerpo presente para leer un capítulo bíblico sobre la muerte prematura, y resaltó que su consanguíneo maduró en poco tiempo.
Después de las 13 horas, la carroza con el cuerpo partió de la funeraria hacia el panteón civil de Dolores. El cortejo fue escoltado por motopatrulleros de la Secretaría de Seguridad Pública, y seguido por compañeros del gremio periodístico en motos y automóviles.
Hizo muchos amigos
Hubo que esperar a que los amigos de Veracruz llegaran, porque no querían que se fuera sin despedirlo, sin darle el último adiós o un hasta luego.
La última ruta con el cuerpo del fotorreportero, quien trabajaba para Avc Noticias de Veracruz y era corresponsal de la revista Proceso y la agencia Cuartoscuro, recorrió avenida Revolución, calle 11 de Abril, Periférico Norte y Constituyentes.
Espinosa Becerril tuvo que exiliarse desde junio pasado en el Distrito Federal luego de que en Veracruz fue objeto de varias amenazas en su contra. Sin embargo, huir de aquella entidad no sirvió, pues el viernes pasado fue asesinado de un balazo en la cabeza, al igual que las cuatro compañeras con las que se encontraba en un departamento de la colonia Narvarte en la ciudad de México. Los cuerpos presentaban huellas de tortura.
Ya en el panteón, los padres y hermanas de Rubén rompieron en llanto cuando empezó a descender el ferétro hacia la fosa. Los fotógrafos tomaban sus placas y posteriormente colocaron sus cámaras al pie de lo que será su tumba, en señal de duelo.
Después siguió un minuto de aplausos para despedirlo y unas breves palabras de su padre, quien dijo: Siempre estaremos contigo, antes de que un nudo en la garganta le impidiera continuar.
Su hermana recordó que “era un gran hombre, un gran tío, hermano, hijo, pareja y compañero. Su cuerpo se fue, pero su alma está descansando. Ahora, mi hermano es libre y está en paz...
“Llegó a la línea siendo un guerrero muy valiente. Para nuestra familia es un gran orgullo, porque todo lo que hizo lo aprendió solo y lo compartió con otros.
Ahora pudimos observar que tiene muchos amigos con quienes compartió muchas experiencias, tanto en las buenas como en las malas.
Su hermana pidió que se respete el duelo de su familia, por lo que no habrá declaraciones por el momento. Si vamos a dar alguna entrevista o posición, les avisaremos, concluyó.

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