Auditorías ciudadanas: cárteles financieros van contra pensiones
CONTRALÍNEA
2. agosto, 2015
Autor: Martin Esparza
Tercera parte y última
La abierta agresión e intromisión de los cárteles
financieros internacionales en las decisiones democráticas del pueblo
griego han mostrado a los ojos del mundo hasta dónde están dispuestos a
llegar los grandes capitales para no perder 1 centavo de su irrefrenable
usura en la que la libre decisión de millones de personas son, en sus
estados contables, un cero a la izquierda.
El gobierno de Alexis Tsipras terminó por ceder a las presiones de
la oligarquía internacional, en particular de la llamada Troika,
compuesta por el Banco Central Europeo (BCE), el Fondo Monetario
Internacional (FMI) y la Comunidad Europea, con el gobierno alemán como punta de lanza en la figura de su canciller, Angela Merkel.
Tras imponer a la abatida Grecia sus acostumbradas medidas de
reducción a los salarios, a las pensiones y los montos a la seguridad
social, los cárteles de la oligarquía mundial en contraparte han
obligado al gobierno de Tsipras a elevar impuestos como el IVA, del 13
al 23 por ciento, aplicándolo en alimentos básicos como el pan, el huevo
y hasta en los medicamentos, reduciendo los salarios con lo que, sin
lugar dudas, terminará por acabar de contraerse a su ya de por sí
raquítico mercado interno.
Y por si algún tecnócrata itamista o harvardiano, que
tanto pululan en los altos círculos de la democracia mexicana, duda
sobre el esquema global que están imponiendo los organismos financieros
internacionales, y que atentan contra la soberanía de cientos de países,
reduciendo a su mínima expresión la voluntad democrática de millones de
personas, baste con analizar las reformas que ahora deberá
aplicar Grecia, donde –¿mera casualidad?– abrirá su sector energético y
de telecomunicaciones a favor de las multinacionales, aceptando
someterse a lo que diversos analistas europeos califican como una
encubierta “colonización”, pues las decisiones que en materia económica
apruebe su Parlamento deberán contar con el visto bueno del BCE y el
FMI: un atentado directo a su sistema democrático y su soberanía.
Como hemos venido analizando a lo largo de la presente serie, este
esquema de depredación gira en torno de una nueva esclavitud
fundamentada por la deuda pública de muchos países, y que al paso de los
años y la acumulación de intereses sobre intereses han colocado tales
empréstitos en el rango de impagables y no negociables, al tenor de la
infinita ambición de los cárteles financieros.
El “no”, por el que votaron mayoritariamente los griegos hace unas
semanas, dando su apoyo a Tsipras para no aceptar las leoninas
condiciones de la Troika en detrimento del golpeado nivel de vida de
millones de personas, parece haber enfurecido a los capos de la
oligarquía mundial que temieron una reacción en cadena en otros países
que, como Grecia, están al borde del colapso social y económico por
multimillonarios adeudos contraídos de manera no muy clara por políticos
corruptos e irresponsables.
El parlamento griego ya había aprobado la conformación de la
Auditoría de la Deuda y la Verdad para enfrentar, con pruebas en la
mano, las desmedidas exigencias de los cárteles financieros,
demostrando que su población no tenía por qué pagar las consecuencias de
empréstitos pasados contraídos bajo condiciones por demás desfavorables
al interés de las mayorías. Ahora que las mafias del capital mundial
doblegaron al gobierno de Tsipras, queda a la luz lo que miles de
organizaciones sociales en todo el planeta vienen denunciando desde
hace años: el modelo neoliberal que priva en buena parte del orbe ha
dejado de ponderar en sus políticas públicas a las necesidades y
voluntades de millones de personas.
Una prueba de que la estrategia por anular la seguridad social se
está imponiendo en todo el mundo con la complicidad de avasallados
gobiernos es el aniquilamiento de las pensiones, cuyos montos buscan ser
reducidos al grado de dejar en el mayor de los desamparos sociales y la
miseria a millones de adultos mayores. Tsipras intentaba aumentarlas
así como los salarios de millones de griegos que hoy, en la cuarta parte
de su población, se encuentran desempleados, pero esto sencillamente es
inviable en el esquema de los organismos financieros.
De hecho, el propio FMI delineó, desde 2012, la forma en que
cientos de gobiernos deberían hacer frente al tema de las pensiones,
ante lo que sus analistas calificaban como “aumento de la longevidad” en
el mundo. El organismo recomendó disminuir sus montos para
ahorrar recursos, y elevar la edad de jubilación. Dictados que en
México, para desgracia de millones de trabajadores, se han aplicado a
pie juntillas.
“A medida que las poblaciones envejezcan en las próximas décadas,
consumirán un porcentaje creciente de recursos, ejerciendo presión sobre
los balances públicos y privados”, por lo que señalaba: “Es importante
que las entidades que ofrecen pensiones puedan actuar con flexibilidad:
si no es posible incrementar las contribuciones o subir la edad de
jubilación, posiblemente haya que recortar las prestaciones”.
En España, el gobierno derechista de Mariano Rajoy extendió este
recorte de prestaciones a la privatización de los servicios
asistenciales de millones de trabajadores españoles, modelo en el que
está prohibido envejecer, pues saca de los beneficios de la seguridad
social y la atención médica a enfermedades crónicas como el cáncer, la
diabetes y la insuficiencia renal (diálisis y hemodiálisis). Males que
se presentan sobre todo en las personas de la tercera edad, y que se
pretende sean costeados por una población fuera de la actividad
productiva y empobrecida por sus magras pensiones.
Tan irracional e inhumano arquetipo ahora se busca imponer no sólo
en Grecia sino también en México, como parte de estos lineamientos de
los cárteles financieros, empeñados en obtener los máximos rendimientos a
costa del nivel y la vida misma de millones de personas. No ha sido
casual la visita realizada a España por altos funcionarios del Instituto
Mexicano del Seguro Social, que han regresado con las indicaciones
precisas para aplicar el criminal prototipo ibérico y para lo cual ya se
prepara una reforma a la Ley General de Salud y al Artículo 4 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y que buscará ser
aprobada en la acostumbrada insensatez del Partido Revolucionario
Institucional y sus siempre aliados: el Partido Acción Nacional y el
Partido Verde Ecologista de México, en la cercana LXIII Legislatura.
Es urgente que la clase trabajadora no únicamente de México, sino de todo el mundo, se ponga en guardia
para frenar esta embestida que ahora no sólo busca expoliar su magro
nivel de subsistencia, sino atentar contra su propia vida. Un solapado
genocidio que gobiernos cómplices tratan de justificar por los dictados
de los organismos internacionales, ávidos de seguir explotando, vía sus
deudas públicas, a muchos países que, como el nuestro, deben someterse a
las impostergables Auditorías Ciudadanas, que ya demostraron ser una
latente preocupación de los cárteles financieros que temen ser
descubiertos, así como muchos políticos corruptos, en su inhumana e
irracional usura.
Martín Esparza Flores*
*Secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas
[Opinión]
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Primera parte: Auditorías ciudadanas, modelos a seguir en México
Segunda parte: Movimientos populares se unen al “no” de Grecia
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