La Jornada: 32 años
El Sindicato Mexicano de Electricistas felicita a La Jornada por su 32 Aniversario en el ejercicio de un periodismo crítico, independiente, comprometido
con la sociedad mexicana. Difícil en nuestros tiempos encontrar un medio
de comunicación masivo no subordinado al poder político y económico
dominante que cuestione la realidad lacerante que a diario viven
millones de mexicanos. Otros justifican la impunidad y la corrupción de
la clase política, la desaparición forzada de miles,
la criminalización de la protesta social, la precarización del trabajo y
el acelerado quebrando de nuestra soberanía. La Jornada, por el
contrario, es crítica, reveladora, eso amerita celebrar su existencia.
Al mismo tiempo, el SME agradece a La Jornada su cobertura al conflicto
social derivado de la ilegal extinción de Luz y Fuerza del Centro.
Desde la violenta toma policiaca y militar de LyFC, hasta la última
etapa de la solución política del conflicto contamos con ella; en sus
páginas está depositada la memoria de nuestra lucha: las grandes
jornadas de movilizaciones masivas, las Huelgas de Hambre, la libertad
de nuestros presos políticos, los plantones en el Zócalo de la Ciudad de
México, el vergonzante papel de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, la Caravana por el “Derecho y la Justicia del Trabajador”, y
cientos de pequeñas y grandes acciones nacionales e internacionales, que
ustedes tuvieron a bien informar, en todo momento, vale decir,
destacando la legitimidad de nuestras demandas.
Reciban de los
16,599 trabajadores en resistencia y del grupo de jubilados, que después
de una dura batalla han logrado preservar la existencia de nuestra
organización, nuestro más sincero reconocimiento deseando que haya
Jornada para muchos años más.
“Por el Derecho y la Justicia del Trabajador”
Martín Esparza Flores,
Secretario General.
Secretario General.
Coordinador del Consejo Político Nacional de la Nueva Central de Trabajadores.
Ciudad de México, 19 de Septiembre de 2016.
Responsable de la Publicación: José Humberto Montes de Oca Luna, Secretario del Exterior.
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Editorial
Periódico La Jornada
2016/09/19
El 19 de septiembre de 1984, hoy hace 32 años, La Jornada
llegó por primera vez a manos de lectores que requerían y demandaban
–ya por entonces– un espacio que presentara cada día los asuntos de
interés nacional que no aparecían en los relatos oficiales ni en las
versiones uniformadas del conjunto mediático nacional. La salida del
diario fue resultado de un proceso de construcción que integró al núcleo
de periodistas fundadores con artistas –los pintores Rufino Tamayo y
Francisco Toledo a la cabeza–, académicos, intelectuales, científicos,
dirigentes políticos y sociales y con ciudadanos que aportaron dinero,
respaldo y entusiasmo para hacer realidad la nueva publicación. Fue
consecuencia, también, de una concepción del periodismo en clave ética,
establecida en una línea editorial a la que La Jornada se ha
mantenido fiel y que explica su sobrevivencia y desarrollo a lo largo de
crisis económicas nacionales e internacionales, a pesar de la
animadversión de instancias del poder público y empresarial y ante
denostaciones que han llegado a la calumnia abierta.
Un año después del nacimiento de este medio, el terremoto de 1985
devastó la capital de la República, forzó en su población una evolución
política y social de gran trascendencia y colocó a La Jornada
ante su primera gran prueba de responsabilidad y compromiso con la
sociedad. Vendrían muchas otras: el movimiento estudiantil de 1986-1987,
el proceso electoral de 1988, las primeras medidas del neoliberalismo
abierto y las resistencias sociales que generaron, el fin de las
dictaduras militares en Sudamérica y la instauración de democracias
formales en los países de la región, la segunda guerra del golfo
Pérsico, los conflictos y los difíciles procesos de paz en
Centroamérica, el alzamiento de los indígenas zapatistas en Chiapas y la
crisis finisexenal del salinato, la crisis permanente del gobierno de
Zedillo, el rescatebancario que endeudó al país a un límite nunca antes visto, el surgimiento en Sudamérica de gobiernos populares y soberanos, la decepcionante alternancia partidista en la Presidencia, los atentados del 11 de septiembre de 2001, la destrucción de Afganistán e Irak por coaliciones occidentales, el fraude electoral de 2006, el terrible sexenio de Felipe Calderón, con su cauda de muertos y desaparecidos; las filtraciones de Wikileaks y de Edward Snowden, el movimiento #YoSoy132, el impugnado proceso electoral de 2012, la instauración del Pacto por México y el nuevo ciclo de reformas neoliberales, la continuación de la violencia delictiva y de su contraparte oficial, la atrocidad, aún no esclarecida, del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, además de los escándalos del presente gobierno y las crisis: política, económica y moral del presente.
Ante el desarrollo de la revolución digital, Internet y las redes sociales, todos los medios impresos del mundo enfrentan un destino incierto y La Jornada no es la excepción: el tránsito del papel a la pantalla de los dispositivos no sólo exige una reformulación general del trabajo informativo en todas sus dimensiones, sino que precisa también de una reingeniería empresarial que hasta la fecha no ha podido ser resuelta a cabalidad por ningún medio y para la cual no existen fórmulas establecidas.
Lo único seguro, en el contexto de la crisis nacional y la reconversión tecnológica, es que este diario seguirá siendo fiel a sus principios fundacionales y a la sociedad a la que se debe.
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