Miente Ochoa Reza al decir que bajará la luz
Está desesperado por ganar votos
Martín Esparza Flores
En los denodados esfuerzos que el dirigente nacional del PRI y exdirector de la CFE, Enrique Ochoa Reza,
viene haciendo por convencer a un receloso electorado de que las
“manzanas podridas” de su partido han sido desechadas, a los estrategas
del tricolor les ha parecido buena idea agregar como una más de sus
ocurrencias en su desesperado afán por ganar las próximas elecciones, la
reiterada promesa de que ahora sí las tarifas eléctricas
serán accesibles para toda la población, intentando aminorar el
generalizado descontento social por los incrementos mensuales a la luz y
a las gasolinas. Resultado de la malograda reforma energética.
Evidente que, ni con todo el caudal mediático, el exfuncionario que se autorizó una indemnización de un millón 200 mil pesos luego de su efímera permanencia en la CFE
podrá engañar con sus inexistentes buenos propósitos a los miles de
consumidores de energía eléctrica que enfrentan de la empresa productiva
del Estado una feroz persecución judicial por negarse a pagar —o sencillamente no tener los recursos para hacerlo— los cobros excesivos en sus recibos de luz.
Cual si se tratara de criminales, y ante la indolencia de la Profeco,
infinidad de ciudadanos han sido llevados ante el ministerio público
por despachos contratados por CFE, sin tomar en cuenta que los acusados
nunca firmaron contrato alguno con la entidad pública. A esta
persecución judicial en contra de los usuarios se han
sumado de manera deshonrosa las policías estatales y municipales que han
ayudado además a las empresas contratistas a imponer la colocación de
los medidores de prepago en miles de hogares.
El problema social
lejos de aminorar como suponen en su reciclada demagogia Ochoa Reza y
los mandos priistas se agudizará una vez que concluyan los procesos
electorales de este año. La liberación del mercado eléctrico y la
entrega de áreas antes reservadas al control del Estado
como la generación y comercialización lleva implícito el retiro de los
subsidios y si en los últimos años las tarifas reales se han
incrementado en un 300 por ciento, en los meses por venir los impactos a la economía
de millones de familias serán mayores cuando los usuarios se enteren
de que ahora tendrán que pagar costos extras por la transmisión y
distribución, sin olvidar el pago del IVA.
En estos tiempos electorales nada se dice sobre la discrecionalidad
que las leyes secundarias de la reforma energética otorgan a organismos
como la Comisión Reguladora de Energía, el Centro Nacional de Control
de Energía y la propia CFE para fijar los precios de la electricidad.
En estas valoraciones al corto plazo, júrelo, no será tomada en cuenta
la terrible contracción económica del país que tiene a millones de
mexicanos sin empleo y con un salario mínimo pulverizado.
Por todas estas injusticias se ha fortalecido la lucha de la Asamblea Nacional de Usuarios
de la Energía Eléctrica, para que se pacte con las autoridades el
“borrón y cuenta nueva” y se apruebe en el Congreso la iniciativa de ley
presentada a la par con el Sindicato Mexicano de Electricistas, para elevar el derecho a la electricidad como un derecho humano.
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