Mejora producción en maquiladoras, pero sigue injusticia laboral


Periódico La Jornada
Lunes 6 de mayo de 2019, p. 12
Aunque la productividad del sector maquilador en el país ha crecido –de 2007 a 2017– alrededor de 22 por ciento, en ese mismo periodo el salario de sus trabajadoras sólo se incrementó dos por ciento y sus condiciones laborales no han mejorado, informa un análisis de la organización Fondo Semillas.
En la maquila textil, expone, las mujeres –que son más de 50 por ciento de las personas que se emplean en las líneas de producción– ocupan menos de un tercio de los puestos de supervisión, técnicos y administrativos, ya que la mayoría se desempeñan como ensambladoras, recibiendo salarios más bajos, cercanos a 3 mil pesos al mes.
Las jornadas de trabajo son de casi 10 horas, y si las trabajadoras desean sumar dinero a su salario base –que implica terminar más de 600 prendas en un día– con el bono de producción, tienen que llegar a mil piezas; y en algunos casos, si no alcanzan la cantidad laboran horas extras o realizan el faltante en fin de semana.
En el contexto de la campaña #MaquilandoElCambio, Fondo Semillas –que se dedica a fortalecer a otros grupos de mujeres organizadas, entre ellas las de las maquiladoras– expuso que todavía permean en este sector los despidos injustificados, el trabajar horas extras sin pago, el acoso sexual y los centros de trabajo inseguros.
Tania Turner, coordinadora de programas de dicha organización, destacó que estas trabajadoras se han quedado en la indefensión porque hay muchos huecos legales y además falta mucha inspección en los centros de trabajo.
Que cambien guardarropa cada seis meses
Indicó que las jornadas laborales en las maquilas textiles, que elaboran ropa para diversas marcas, están relacionadas con el modelo de producción enmarcado en lo que se conoce como fast fashion, el cual impulsa que las personas cambien su guardarropa cada seis meses, para lo cual las empresas buscan mayor producción de manera rápida.
Alertó que ha estado creciendo el trabajo en casa, en este caso las trabajadoras tienen que entregar la producción en cierto tiempo, y aunque la empresa les da una máquina de coser, lo demás es con sus propios recursos.
Turner añadió que el contexto de violencia en el país genera que las condiciones sean peores porque también el crimen organizado está alrededor de las fábricas. Algunos de los estados donde hay maquilas son Morelos, Oaxaca, Hidalgo, Coahuila y Aguascalientes.
Lorena Cabanillas, del Colectivo Raíz de Aguascalientes, destacó que las trabajadoras de maquilas están propensas a ciertos padecimientos como dolor de cabeza, cuello y articulaciones, y además pueden desarrollar enfermedades musculoesqueléticas.
Estos problemas se deben a que sus actividades son mecánicas y repetitivas, pues están dedicadas a una tarea como coser bolsas de los pantalones por periodos de más de nueve horas, sin tiempo para relajarse, más que en los 30 o 60 minutos que les dan de comida.

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