lunes 8 de noviembre de 2010
Teodoro Rentería Arróyave (especial para ARGENPRESS.info)
Más que una repetición es una reiteración el decir año con año que el presente es el más cruel para el periodismo mexicano; en este 2010, que aún no termina, ya se rebasó el número de comunicadores asesinados, con la muerte del colega, Carlos Alberto Guajardo Romero. Suman 16, una más que el año inmediato anterior, además de dos desapariciones forzadas.
Guajardo Romero de 37 años, reportero del diario Expreso de Matamoros, cubría el tiroteo que se produjo en el cruce de las avenidas Pedro Cárdenas y Longoria, según se informó oficialmente, cuando fue alcanzado por el fuego cruzado entre elementos de la Armada de México y grupos delictivos.
Fue en uno de los múltiples enfrentamientos que tuvieron lugar el pasado viernes en la ciudad fronteriza y que terminaron por abatir a tiros a Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, “Tony Tormenta”, jefe del Cártel del Golfo. Donde surge la duda es que el informador no terminaba de bajar de su automóvil cuando fue recibido con ráfagas de metralletas, en el auto se contabilizaron cuando menos 20 impactos de bala.
Un día antes con urgencia el Gobierno federal dio a conocer un protocolo para la defensa de los periodistas sin periodistas, por lo que este mismo lunes el gremio organizado emitirá su Informe Actualizado Sobre la Situación del Periodismo en México, en el cual denuncia nuevamente que nuestro país continúa con el deshonroso primer lugar en el mundo en asesinatos, desapariciones forzadas y demás agresiones a comunicadores, por lo que se comprueba que es uno de los grupos más violentados.
Con los 16 asesinatos en lo que va del año, 3 junio y 2 desapariciones forzadas el global documentado de 1983 a la fecha es de 115 asesinatos, 109 periodistas y 6 humildes trabajadores de la prensa y 12 colegas permanecen desaparecidos.
El secretario de Gobernación, José Francisco Blake Mora aprovechó la firma de un “Mecanismo para la Protección de Periodistas” con el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Raúl Plascencia Villanueva para justificar la “guerra” contra el crimen organizado decretada por el presidente Felipe Calderón Hinojosa al afirmar que “son inaceptables las agresiones contra periodistas y son una razón más para redoblar la lucha contra la criminalidad y en favor de la seguridad”.
El documento mencionado fue emitido a toda prisa ante la inminencia de una reunión en el país de una organización internacional de editores, desde luego sin tomar en cuenta el punto de vista de las organizaciones gremiales, mismo que contempla la creación de un “Comité de consulta y auxilio técnico” al que se integrarían 3 periodistas con voz pero sin voto. Es decir un protocolo para periodistas sin periodistas.
Estas es la realidad lacerante, por ello nuevamente el grito también se repite: ¡Ya basta! Señor presidente, Felipe Calderón Hinojosa no son suficientes los mensajes de condolencia, aunque lleguen del presidente estadounidense, Barack Obama. Algo tiene que hacer su gobierno y con urgencia para acabar con estas agresiones que atentan contra las libertades de prensa y expresión.
Fuente
Más que una repetición es una reiteración el decir año con año que el presente es el más cruel para el periodismo mexicano; en este 2010, que aún no termina, ya se rebasó el número de comunicadores asesinados, con la muerte del colega, Carlos Alberto Guajardo Romero. Suman 16, una más que el año inmediato anterior, además de dos desapariciones forzadas.
Guajardo Romero de 37 años, reportero del diario Expreso de Matamoros, cubría el tiroteo que se produjo en el cruce de las avenidas Pedro Cárdenas y Longoria, según se informó oficialmente, cuando fue alcanzado por el fuego cruzado entre elementos de la Armada de México y grupos delictivos.
Fue en uno de los múltiples enfrentamientos que tuvieron lugar el pasado viernes en la ciudad fronteriza y que terminaron por abatir a tiros a Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, “Tony Tormenta”, jefe del Cártel del Golfo. Donde surge la duda es que el informador no terminaba de bajar de su automóvil cuando fue recibido con ráfagas de metralletas, en el auto se contabilizaron cuando menos 20 impactos de bala.
Un día antes con urgencia el Gobierno federal dio a conocer un protocolo para la defensa de los periodistas sin periodistas, por lo que este mismo lunes el gremio organizado emitirá su Informe Actualizado Sobre la Situación del Periodismo en México, en el cual denuncia nuevamente que nuestro país continúa con el deshonroso primer lugar en el mundo en asesinatos, desapariciones forzadas y demás agresiones a comunicadores, por lo que se comprueba que es uno de los grupos más violentados.
Con los 16 asesinatos en lo que va del año, 3 junio y 2 desapariciones forzadas el global documentado de 1983 a la fecha es de 115 asesinatos, 109 periodistas y 6 humildes trabajadores de la prensa y 12 colegas permanecen desaparecidos.
El secretario de Gobernación, José Francisco Blake Mora aprovechó la firma de un “Mecanismo para la Protección de Periodistas” con el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Raúl Plascencia Villanueva para justificar la “guerra” contra el crimen organizado decretada por el presidente Felipe Calderón Hinojosa al afirmar que “son inaceptables las agresiones contra periodistas y son una razón más para redoblar la lucha contra la criminalidad y en favor de la seguridad”.
El documento mencionado fue emitido a toda prisa ante la inminencia de una reunión en el país de una organización internacional de editores, desde luego sin tomar en cuenta el punto de vista de las organizaciones gremiales, mismo que contempla la creación de un “Comité de consulta y auxilio técnico” al que se integrarían 3 periodistas con voz pero sin voto. Es decir un protocolo para periodistas sin periodistas.
Estas es la realidad lacerante, por ello nuevamente el grito también se repite: ¡Ya basta! Señor presidente, Felipe Calderón Hinojosa no son suficientes los mensajes de condolencia, aunque lleguen del presidente estadounidense, Barack Obama. Algo tiene que hacer su gobierno y con urgencia para acabar con estas agresiones que atentan contra las libertades de prensa y expresión.
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