Se extiende a Londres la violencia por reformas económicas en Europa

Unos 400 jóvenes tomaron la sede del Partido Conservador

La policía fue rebasada y agredida con palos encendidos

Más de 50 mil marcharon contra el alza a colegiaturas

Para algunos jóvenes, la violencia vivida ayer durante la protesta contra el alza a las colegiaturas fue aterradora, pero tuvo mucho impacto, (porque) ahora la sociedad sabe que no vamos a aguantarnos sin hacer nada. La imagen, frente a la sede del Partido Conservador, en LondresFoto Reuters



Andy McSmith, Richard Garner, Oliver Wrigth y Rebecca Gonsalves
The Independent
Periódico La Jornada
Jueves 11 de noviembre de 2010, p. 2
Londres, 10 de noviembre. Estudiantes se manifestaron violentamente en las calles de Londres este miércoles con una intensidad nunca vista desde las protestas contra el alza de impuestos, hace 20 años. La ferocidad de los disturbios puso fin a las esperanzas de que se cumpla el consenso político prometido por el primer ministro conservador, David Cameron, cuando asumió el cargo hace exactamente seis meses.

Se espera que esta sea la primera de muchas airadas manifestaciones resultantes del impacto de los recortes del gobierno. Más de 50 mil personas paralizaron Westminster con una marcha pacífica contra la propuesta de incrementar las colegiaturas en general, hasta 9 mil libras esterlinas al año.

Pero la demostración se tornó violenta cuando la multitud rebasó a las fuerzas de seguridad e irrumpió en los cuarteles del Partido Conservador en Millbank, mientras miles de personas vitoreaban en las calles. Aterrados miembros del partido se atrincheraron en sus oficinas mientras manifestantes circulaban por el edificio. Entre los que quedaron atrapados figura la presidenta del partido, Sayeeda Hussain Warsi, quien mantuvo contacto telefónico con la policía, apostada afuera de las instalaciones, en tanto los ocupantes del edficio arrojaban muebles por las ventanas. Se destruyeron oficinas y plafones fueron arrancados del techo. Alguien lanzó un extintor de incendios desde el techo del edificio de ocho pisos contra la multitud de policías reunida en el patio.

Leyendas como “Basura Tory” y otras más obscenas fueron pintarrajeadas sobre los muros, las instalaciones eléctricas fueron arrancadas con todo y cables y los carteles enmarcados fueron quemados, mientras otros manifestantes arrojaban huevos. Ocho personas, tres de ellas policías, fueron llevadas al hospital.

Claramente, la policía no estaba preparada para ese ataque. Los agentes antimotines eran muchos menos que los manifestantes; 30 uniformados intentaron desesperadamente mantener sus posiciones y proteger el edificio en Millbank. Se intentó enviar refuerzos, al caer la tarde, pero los inconformes obligaron a retroceder a los agentes.

Eran unos 400 los estudiantes que se reunieron a la entrada del edificio al anochecer. La policía fue recibida con una lluvia de palos, algunos de ellos convertidos en antor- chas, y gritos de “Debía darles vergüenza” y “basura”. Otros protestaron dentro del edificio de los conservadores, detrás del cordón policial.

El comisionado de la policía metropolitana, Paul Stephenson, admitió más tarde: “Es inaceptable. Es una vergüenza para Londres y para nosotros”.

Los perpetradores de estos actos de vandalismo son muy jóvenes, supuestamente bien educados y de clase media. Algunos de los que insultaban y arrojaban palos a los agentes eran chicos de 15 o 16 años que debieron dejar la escuela y ahora se arriesgan a tener antecedentes penales antes de ingresar a la universidad. El número de arrestados era de 35 al cierre de esta edición, e iba en aumento.

Hasta ayer, la reacción británica a los recortes propuestos por el gobierno había sido notablemente benévola comparada con las protestas recientes en Francia, Grecia y otros países.

Algunos manifestantes culparon de la confrontación a la policía. Oscar, de 18 años y estudiante de ciencias políticas declaró: “Fue repugnante. Sacaron sus bastones y empezaron a golpear a la gente hasta dejarla tirada en el suelo. Le pegaron en la cabeza a una muchacha. Eso sólo enfureció a la gente”.
La protesta pacífica previa sólo interrumpió un discurso, cuando unas 52 mil personas se agolparon en Whitehall y coreaban en torno al palacio de Westminster, mientras el primer ministro adjunto, Nick Clegg, intentaba defender los recortes decretados por la coalición.

Sin sospechar que pronto estallaría la violencia, ministros laboristas cuestionaron al número dos del gobierno sobre la promesa que firmaron los 57 miembros del Partido Liberal Demócrata de mantener su oposición al incremento de colegiaturas. Harriet Harman, quien suplía en la reunión al líder laborista, Ed Miliband, provocó carcajadas burlonas al preguntar: “En abril de este año, el primer ministro adjunto dijo que su objetivo era eliminar las colegiaturas de las universidades. ¿Podría informar a la cámara cómo progresa dicha iniciativa?”

Clegg respondió: “He sido totalmente abierto en cuanto al hecho de que no hemos podido cumplir la política que mantuvimos cuando éramos oposición”.

La violencia fue condenada por los organizadores de la marcha de este miércoles. Aaron Porter, presidente de la Unión Nacional de Estudiantes, acusó a una “escasa minoría” de haber “secuestrado” el acto y dijo que la violencia fue “despreciable”.

Andrew Speake, de la Universidad de Manchester, dijo que lo que vio fue “un mal necesario”, aunque añadió: “El mejor camino es el debate y la argumentación, no la violencia”. Emily Shallcross, estudiante londinense, señaló: “La violencia fue aterradora. Sentí que se salía de control y nadie esperaba que ocurrieran cosas tan graves. Pero creo que tuvo mucho impacto. No tanto como para no elevar las cuotas, pero ahora la sociedad sabe que no vamos a aguantarnos sin hacer nada”.

Simran Hans, en su primer año de la carrera de literatura en Manchester, dijo: “La educación debe ser gratuita, aumentar las cuotas le negará a la gente un derecho universal. No sé si mi familia podrá mantenerme si la colegiatura se incrementa. Todos los políticos se beneficiaron de la educación gratuita”.

Los manifestantes, quienes supuestamente fueron organizados por un grupo revolucionario de la región de Leeds, emitieron un comunicado en que dijeron: “Ocupamos el techo (del edificio del Partido Conservador) en oposición a la mercantilización de la educación impulsada por el gobierno de coalición y el sistema que impone para ayudar a los ricos y atacar a los pobres. Llamamos a llevar a cabo acciones directas para oponerse a los recortes. Esto es sólo el comienzo de nuestra resistencia”.

La manifestación de este miércoles fue la más grande protesta estudiantil desde mediados de los años 80 del siglo pasado, cuando hubo inconformidad por el intento de incrementar las colegiaturas impulsado por el gobierno de Margaret Thatcher, pero dicha movilización terminó pacíficamente. Durante la administración de Thatcher, en 1981, hubo un estallido de motines en barrios pobres, que sin embargo no estaban ligados a las protestas políticas.

Hubo violencia política durante la revuelta de mineros y las protestas de 1990 contra el alza de impuestos. Pero las más recientes manifestaciones contra la guerra en Irak, en 2003, fueron pacíficas.

© The Independent

Traducción: Gabriela Fonseca


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