Mucho trabajo y poca paga para acabar Senado
Jueves 28 de abril de 2011 Lilia Saúl | El Universallilia.saul@eluniversal.com.mx
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Ayer en el Senado, un legislador tuvo tiempo para ver una película de Cantinflas en su iPad. En la nueva sede, aún inconclusa, laboran mil 200 obreros que aseguran que su salario semanal, sin prestaciones, es menor a 2 mil pesos y que deben laborar turnos de 12 horas
Los más de mil 200 trabajadores que se encuentran actualmente en las obras de la nueva sede del Senado tienen turnos de 12 horas, ganan menos de 2 mil pesos a la semana y no cuentan con ninguna prestación social o seguro de vida.
Debido a que laboran a marchas forzadas, muchos de ellos incluso duermen hacinados en cuartos de madera acondicionados como bodegas en un lote ubicado en la calle París, justo atrás de la nueva sede que ellos mismos construyen.
Estos mismos trabajadores dijeron a EL UNIVERSAL que la nueva sede no estará lista ni siquiera para finales de mayo, a pesar de que la constructora GAMI tenía el 30 de abril como fecha límite de entrega.
Los senadores dijeron desconocer las condiciones en las que trabajan los albañiles, tablarroqueros, pintores o electricistas.
Sólo Ricardo Monreal, del PT, afirmó que espera que la constructora les esté pagando bien, porque reconoció que los trabajos incluyen horarios nocturnos para avanzar en la obra.
Algunos de los que laboran en la construcción de la nueva sede vienen de Neza, otros de Ixtapaluca y otros de Naucalpan.
Uno de ellos, Rodrigo “N”, dijo que se quedaban a dormir varios debido a que viven lejos y terminan de trabajar en ocasiones a las dos de la mañana. “Espero que sí nos paguen las horas extras, porque hasta ahora no nos han cumplido”, dijo.
Otro empleado entrevistado por EL UNIVERSAL y que pidió el anonimato dijo que no están contratados en forma, pues hay varios contratistas que a su vez no pertenecen a la Constructora GAMI y que les otorgan el empleo siempre y cuando “sean formales” y cumplan con los horarios establecidos, que mínimo son de 12 horas diarias.
Sesiones atrasan obra
Este diario entrevistó a cuatro senadores de distintos grupos parlamentarios y todos ignoran cuánto podría ganar un trabajador de su nueva sede. Los empleados son ignorados por los legisladores, pues la orden de los guardias de seguridad privada y de la Policía Federal es que ninguno esté a la vista de los legisladores mientras sesionan.
Esa es una de las mayores quejas de los trabajadores, pues el martes pasado ni siquiera los dejaron volver después de la hora de comida, ya que continuaba la sesión ordinaria.
“Esto atrasa mucho los trabajos. Ya no nos dejan pasar”, dijo uno de los empleados mientras comía sus tacos de canasta.
Los senadores Silvano Aureoles, del PRD; Humberto Aguilar Coronado, del PAN; María de los Ángeles Moreno, del PRI, y Ricardo Monreal, del PT, dijeron desconocer cuánto ganaban estos empleados.
Los legisladores justificaron el retraso de las obras, al señalar que quien ha sido omisa en sus responsabilidades es la Constructora GAMI. Ellos, dijeron, no son los responsables.
Una de las trabajadoras entrevistadas por este diario, Carmela “N”. dijo ser contratada por la empresa Fonatur Construcciones e incluso portaba una playera con tal distintivo.
En total, el Senado “le dio trabajo” de manera indirecta a más de 18 mil personas, como aseguró el legislador priísta Fernando Castro Trenti, presidente del Comité Técnico del Fideicomiso de Construcción de la nueva sede del Senado.
Y efectivamente, algunos de los empleos indirectos detectados están en la venta de comida, como tacos de canasta, comida rápida, aguas y paletas. También hay otros beneficiados, como el propietario del predio de la calle París, que antes era un estacionamiento y ahora lo renta como bodega.
Debido a la falta de clientela, el dueño de ese lote decidió alquilar el lote para que albañiles y el resto de los trabajadores pudieran meter sus pertenencias o lo que hubiera que guardar como bodega.
“Ellos nunca pierden”, confió el jefe de pintores que iba directo a la bodega para comer junto con otros de sus compañeros.
Así como ese predio hay dos más “prestados” a la empresa constructora GAMI, pues los espacios son insuficientes. Los trabajadores también contaron que en días de sesión no los dejan ingresar al recinto “y eso provoca retrasos en la obra”, reconoció uno de los empleados que comía tacos de canasta en la plazuela de Reforma e Insurgentes, la cual también fue tomada por la constructora.
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Ayer en el Senado, un legislador tuvo tiempo para ver una película de Cantinflas en su iPad. En la nueva sede, aún inconclusa, laboran mil 200 obreros que aseguran que su salario semanal, sin prestaciones, es menor a 2 mil pesos y que deben laborar turnos de 12 horas
Los más de mil 200 trabajadores que se encuentran actualmente en las obras de la nueva sede del Senado tienen turnos de 12 horas, ganan menos de 2 mil pesos a la semana y no cuentan con ninguna prestación social o seguro de vida.
Debido a que laboran a marchas forzadas, muchos de ellos incluso duermen hacinados en cuartos de madera acondicionados como bodegas en un lote ubicado en la calle París, justo atrás de la nueva sede que ellos mismos construyen.
Estos mismos trabajadores dijeron a EL UNIVERSAL que la nueva sede no estará lista ni siquiera para finales de mayo, a pesar de que la constructora GAMI tenía el 30 de abril como fecha límite de entrega.
Los senadores dijeron desconocer las condiciones en las que trabajan los albañiles, tablarroqueros, pintores o electricistas.
Sólo Ricardo Monreal, del PT, afirmó que espera que la constructora les esté pagando bien, porque reconoció que los trabajos incluyen horarios nocturnos para avanzar en la obra.
Algunos de los que laboran en la construcción de la nueva sede vienen de Neza, otros de Ixtapaluca y otros de Naucalpan.
Uno de ellos, Rodrigo “N”, dijo que se quedaban a dormir varios debido a que viven lejos y terminan de trabajar en ocasiones a las dos de la mañana. “Espero que sí nos paguen las horas extras, porque hasta ahora no nos han cumplido”, dijo.
Otro empleado entrevistado por EL UNIVERSAL y que pidió el anonimato dijo que no están contratados en forma, pues hay varios contratistas que a su vez no pertenecen a la Constructora GAMI y que les otorgan el empleo siempre y cuando “sean formales” y cumplan con los horarios establecidos, que mínimo son de 12 horas diarias.
Sesiones atrasan obra
Este diario entrevistó a cuatro senadores de distintos grupos parlamentarios y todos ignoran cuánto podría ganar un trabajador de su nueva sede. Los empleados son ignorados por los legisladores, pues la orden de los guardias de seguridad privada y de la Policía Federal es que ninguno esté a la vista de los legisladores mientras sesionan.
Esa es una de las mayores quejas de los trabajadores, pues el martes pasado ni siquiera los dejaron volver después de la hora de comida, ya que continuaba la sesión ordinaria.
“Esto atrasa mucho los trabajos. Ya no nos dejan pasar”, dijo uno de los empleados mientras comía sus tacos de canasta.
Los senadores Silvano Aureoles, del PRD; Humberto Aguilar Coronado, del PAN; María de los Ángeles Moreno, del PRI, y Ricardo Monreal, del PT, dijeron desconocer cuánto ganaban estos empleados.
Los legisladores justificaron el retraso de las obras, al señalar que quien ha sido omisa en sus responsabilidades es la Constructora GAMI. Ellos, dijeron, no son los responsables.
Una de las trabajadoras entrevistadas por este diario, Carmela “N”. dijo ser contratada por la empresa Fonatur Construcciones e incluso portaba una playera con tal distintivo.
En total, el Senado “le dio trabajo” de manera indirecta a más de 18 mil personas, como aseguró el legislador priísta Fernando Castro Trenti, presidente del Comité Técnico del Fideicomiso de Construcción de la nueva sede del Senado.
Y efectivamente, algunos de los empleos indirectos detectados están en la venta de comida, como tacos de canasta, comida rápida, aguas y paletas. También hay otros beneficiados, como el propietario del predio de la calle París, que antes era un estacionamiento y ahora lo renta como bodega.
Debido a la falta de clientela, el dueño de ese lote decidió alquilar el lote para que albañiles y el resto de los trabajadores pudieran meter sus pertenencias o lo que hubiera que guardar como bodega.
“Ellos nunca pierden”, confió el jefe de pintores que iba directo a la bodega para comer junto con otros de sus compañeros.
Así como ese predio hay dos más “prestados” a la empresa constructora GAMI, pues los espacios son insuficientes. Los trabajadores también contaron que en días de sesión no los dejan ingresar al recinto “y eso provoca retrasos en la obra”, reconoció uno de los empleados que comía tacos de canasta en la plazuela de Reforma e Insurgentes, la cual también fue tomada por la constructora.
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