La decadencia lenta del gobierno de Angela Merkel

miércoles 7 de septiembre de 2011

Harald Neuber (PL)

El resultado de las elecciones regionales en el noreste estado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental es otra señal más de la decadencia política del gobierno federal de la canciller Angela Merkel.

Según los datos publicados hoy por la Oficina Federal de Estadísticas, el partido democristiano (CDU) de Merkel perdió el domingo 5,7 por ciento de los votos, logrando un magro resultado de solamente 23,1 por ciento.

Mientras, los liberales del FDP -uno de tres partidos gubernamentales a nivel federal- ya no tendrán presencia parlamentaria con solamente 2,7 por ciento, menos que la mitad del porcentaje que logró el partido fascista NPD con seis por ciento.

A la par, los socialdemócratas del SPD, los socialistas del partido Die Linke (La Izquierda) y Los Verdes ganaron más votos que en los últimos comicios regionales en 2006.

Ya el lunes, el primer ministro, el socialdemócrata Erwin Sellering, abrió negociaciones multilaterales con el CDU y con los socialistas.

Según observadores políticos, es probable que Sellering continúe con la coalición anterior con los socialistas.

Sin embargo, la decepción sobre los partidos políticos se reflejó en la escasa participación en las elecciones, pues solamente 51,4 por ciento de los ciudadanos con derecho a votar hicieron valer su derecho.

En las últimas elecciones en Mecklemburgo-Pomerania Occidental en el año 2006 eran todavía 59,1 por ciento.

Una de las conclusiones más importantes de estas últimas elecciones regionales, aparte del debilitamiento evidente del campo conservador, es el resultado del joven partido socialista Die Linke, que logró un leve aumento de los votos, logrando 18,4 por ciento.

Con este resultado, los socialistas se defendieron exitosamente contra una inmensa campaña anticomunista por parte de los medios de la derecha.

En vista de este resultado, resurge el debate en las filas de los socialistas sobre la participación en el gobierno.

"Para mi, la participación en el gobierno tiene sentido, pero no a cualquier precio", dijo la candidata de esa tendencia Ida Schillen, que recibió el mejor resultado de su partido en todo el estado.

Según Schillen, "nosotros tenemos que hacer claro nuestras posiciones en las negociaciones con los socialdemócratas".

Mientras, para el gobierno federal de Merkel la situación técnicamente no cambiará, pues si Sellering sigue gobernando con los socialistas, no se afectará el equilibrio de poderes en el Consejo Federal, la cámara alta del parlamento alemán.

Sin embargo, la señal política de las elecciones en Mecklemburgo-Pomerania Occidental es fatal para Merkel.

Hasta las elecciones federales en un año, la democristiana tendrá que gobernar con un partido en crisis y con los liberales como un socio de coalición casi inexistente.


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