A pesar de la oposición de la izquierda, reforma laboral será aprobada
Todo
parece indicar que a pesar de la oposición de los partidos de
izquierda, la reforma laboral de Felipe Calderón será aprobada por el
pleno del Senado de la República sin el tema de la democracia sindical
Revista EMET
Tal y como se esperaba, este lunes, en el
Senado de la República, los integrante de las Comisiones de Trabajo y
Estudios Legislativos Primera aprobaron en lo general la reforma
laboral, tal y como lo demandaron en sendos desplegados la semana pasada
las cúpulas empresariales, quienes vieron en las modificaciones de la
minuta avalada por la Cámara de Diputados el riesgo de que la
“iniciativa preferente” que mando Felipe Calderón pudiera ser
“congelada” de insistirse en incluir los temas referentes a la
transparencia y la democracia sindical. “No le muevan más y vamos como
está” fue su exigencia al pastor de los senadores priístas Emilio
Gamboa, quien logró operar para que el dictamen con los cambios a la Ley
General del Trabajo fuera aprobado 10 votos a favor de priístas y
panistas y dos votos en contra de los perredistas.
Los posicionamientos de los partidos políticos no variaron, fueron los mismos, y el resultado fue el esperado. Los perredistas votaron en contra y argumentaron que con la aprobación de esta reforma laboral habrá una caída del 10 por ciento del salario de los mexicanos, de acuerdo con un estudio del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey. La senadora Alejandra Barrales dijo que en los términos en que está la minuta busca hacer competitivas a las empresas a costa de bajar la mano de obra, además de pretender legalizar formas de explotación del trabajo como el outsourcing o subcontratación, los periodos de prueba y el pago por hora.
Por los panistas intervino el funesto ex secretario del Trabajo, Javier Lozano, quien se ha destacado por su labor a favor de los organismos empresariales. Sostuvo que la reforma laboral impulsará la competitividad, la productividad y “el trabajo decente”. No obstante, advirtió que su partido no pasará por alto la mutilación de los temas relacionados con la transparencia y la democracia sindical. A pesar de las criticas y amagos de los dirigentes sindicales de su partido, los priístas se lavaron las manos. Raúl Cervantes celebró la competitividad laboral y la productividad que habrá de impulsar la reforma laboral que, dijo, traerá mayores inversiones, nacionales y extranjeras, y permitirá generar los empleos que el país requiere. En cuanto al tema de la transparencia sindical, aseguró que lo que contempla el dictamen “es suficiente”.
En las comisiones no se logró que se aprobara la propuesta para que la Ley Federal del Trabajo obligue a los sindicatos a la transparencia, la rendición de cuentas y la democracia interna, debido a que la votación quedó empatada tras tres rondas, por lo que el dictamen de la reforma será remitido al Pleno. Con seis votos a favor y seis votos en contra, todos del PRI, se declaró el empate respecto a la votación de los ocho artículos que fueron reservados por el PAN y el PRD en torno a esos temas.
Todo parece indicar que a pesar de la oposición de los partidos de izquierda, la reforma laboral de Felipe Calderón será aprobada por el pleno del Senado de la República sin el tema de la democracia sindical. Por lo pronto, las protestas y acciones legales ya están en el plan de acción de organizaciones “oficialistas” como el Congreso del Trabajo, la CROM, la COR y la CROC, así como también las autodenominadas “independientes” como el Frente Sindical Mexicano, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), que anunciaron ya su intención de unir esfuerzos contra las modificaciones a la Ley Federal del Trabajo porque las consideran dañinas para los derechos de los asalariados del país, y también dejaron claro que la democratización y rendición de cuentas en las organizaciones gremiales corresponde sólo a los trabajadores.
Los posicionamientos de los partidos políticos no variaron, fueron los mismos, y el resultado fue el esperado. Los perredistas votaron en contra y argumentaron que con la aprobación de esta reforma laboral habrá una caída del 10 por ciento del salario de los mexicanos, de acuerdo con un estudio del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey. La senadora Alejandra Barrales dijo que en los términos en que está la minuta busca hacer competitivas a las empresas a costa de bajar la mano de obra, además de pretender legalizar formas de explotación del trabajo como el outsourcing o subcontratación, los periodos de prueba y el pago por hora.
Por los panistas intervino el funesto ex secretario del Trabajo, Javier Lozano, quien se ha destacado por su labor a favor de los organismos empresariales. Sostuvo que la reforma laboral impulsará la competitividad, la productividad y “el trabajo decente”. No obstante, advirtió que su partido no pasará por alto la mutilación de los temas relacionados con la transparencia y la democracia sindical. A pesar de las criticas y amagos de los dirigentes sindicales de su partido, los priístas se lavaron las manos. Raúl Cervantes celebró la competitividad laboral y la productividad que habrá de impulsar la reforma laboral que, dijo, traerá mayores inversiones, nacionales y extranjeras, y permitirá generar los empleos que el país requiere. En cuanto al tema de la transparencia sindical, aseguró que lo que contempla el dictamen “es suficiente”.
En las comisiones no se logró que se aprobara la propuesta para que la Ley Federal del Trabajo obligue a los sindicatos a la transparencia, la rendición de cuentas y la democracia interna, debido a que la votación quedó empatada tras tres rondas, por lo que el dictamen de la reforma será remitido al Pleno. Con seis votos a favor y seis votos en contra, todos del PRI, se declaró el empate respecto a la votación de los ocho artículos que fueron reservados por el PAN y el PRD en torno a esos temas.
Todo parece indicar que a pesar de la oposición de los partidos de izquierda, la reforma laboral de Felipe Calderón será aprobada por el pleno del Senado de la República sin el tema de la democracia sindical. Por lo pronto, las protestas y acciones legales ya están en el plan de acción de organizaciones “oficialistas” como el Congreso del Trabajo, la CROM, la COR y la CROC, así como también las autodenominadas “independientes” como el Frente Sindical Mexicano, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), que anunciaron ya su intención de unir esfuerzos contra las modificaciones a la Ley Federal del Trabajo porque las consideran dañinas para los derechos de los asalariados del país, y también dejaron claro que la democratización y rendición de cuentas en las organizaciones gremiales corresponde sólo a los trabajadores.
Lilia Arellano - Revista EMET
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