Abrir Pemex: ¿y la corrupción?
El
problema es que Pemex necesita algo más que una reforma, a la empresa
petrolera nacional, o la de todos los mexicanos, como antes se decía
Revista EMET
Tema recurrente durante el viaje que
realizó Enrique Peña Nieto, por Alemania, España, Gran Bretaña y
Francia, fue la apertura a la inversión privada en Pemex, además de lo
atractivo que pueden ser las inversiones de los empresarios de esos
países en México.
En la segunda gira al exterior como presidente electo de México, Peña Nieto no tuvo el éxito que en la primera por algunos países de Centroamérica y América del Sur. ¿Por qué?
La respuesta es muy clara, salvo Alemania, el resto de los países europeos que visitó el mexiquense, viven una crisis que no saben ni cuando saldrán de ella. Más que invertir en otros países, ellos quieren que hasta los pobres les den la mano.
Un tema recurrente en este viaje de Peña Nieto fue la apertura a la inversión privada en Petróleos Mexicanos, previa a una reforma energética, que hace más de seis años se quedó en una mínima reforma a la paraestatal.
El problema es que Pemex necesita algo más que una reforma, a la empresa petrolera nacional, o la de todos los mexicanos, como antes se decía, hay que meterle la mano en serio, pero en serio.
Hay que meterse de lleno en el asunto de la corrupción, en el de sindicato que encabeza Carlos Romero Deschamps, en el del exceso de personal, no es posible que con 150 mil trabajadores produzca la tercera parte de lo que produce Arabia Saudita -8 millones de barriles diarios- cuyas petroleras apenas contratan a 17 mil trabajadores.
Pemex necesita de una auténtica reingeniería financiera que le permita realizar las inversiones necesarias en exploración, lo demás es pura demagogia.
El problema es que Peña Nieto no parece dispuesto a entrarle al Sindicato Petrolero, mucho menos a las corruptelas de su dirigente nacional, Carlos Romero Deschamps, a quien se le dio inmunidad por seis años al hacerlo senador de la República. Así ninguna reforma funcionará.
En la segunda gira al exterior como presidente electo de México, Peña Nieto no tuvo el éxito que en la primera por algunos países de Centroamérica y América del Sur. ¿Por qué?
La respuesta es muy clara, salvo Alemania, el resto de los países europeos que visitó el mexiquense, viven una crisis que no saben ni cuando saldrán de ella. Más que invertir en otros países, ellos quieren que hasta los pobres les den la mano.
Un tema recurrente en este viaje de Peña Nieto fue la apertura a la inversión privada en Petróleos Mexicanos, previa a una reforma energética, que hace más de seis años se quedó en una mínima reforma a la paraestatal.
El problema es que Pemex necesita algo más que una reforma, a la empresa petrolera nacional, o la de todos los mexicanos, como antes se decía, hay que meterle la mano en serio, pero en serio.
Hay que meterse de lleno en el asunto de la corrupción, en el de sindicato que encabeza Carlos Romero Deschamps, en el del exceso de personal, no es posible que con 150 mil trabajadores produzca la tercera parte de lo que produce Arabia Saudita -8 millones de barriles diarios- cuyas petroleras apenas contratan a 17 mil trabajadores.
Pemex necesita de una auténtica reingeniería financiera que le permita realizar las inversiones necesarias en exploración, lo demás es pura demagogia.
El problema es que Peña Nieto no parece dispuesto a entrarle al Sindicato Petrolero, mucho menos a las corruptelas de su dirigente nacional, Carlos Romero Deschamps, a quien se le dio inmunidad por seis años al hacerlo senador de la República. Así ninguna reforma funcionará.
Héctor Moctezuma - Opinión EMET
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