Calderón: ¿Y la refinería de Hidalgo?
A
un mes y una semana de que deje Los Pinos, Calderón debe informar a los
mexicanos, además de otras fallas, por qué no se construyó la refinería
Revista EMET
En su campaña presidencial, hace poco más
de seis años, Felipe Calderón prometió muchas cosas, entre ellas, que se
construiría una nueva refinería para integrarla al sistema nacional de
refinación que administra Petróleos Mexicanos.
A un mes y una semana de que deje Los Pinos, Calderón debe informar a los mexicanos, además de otras fallas, por qué no se construyó la refinería proyectada para el Estado de Hidalgo. Rendir cuentas pues.
Una refinería que urge al país que ahora tiene que importar más de 350 mil barriles diarios de gasolinas, al precio del mercado petrolero internacional, lo que es una incongruencia en un país petrolero que entrega el petróleo crudo a un precio y lo recibe procesado en gasolinas a un precio más alto.
Estaba claro que el gobierno mexicano no tenía los recursos suficientes para la construcción de una obra de esa envergadura, pero Calderón mintió como lo hizo con otras promesas, la del presidente del empleo, por ejemplo.
Felipe Calderón sabía que eso no era posible y ahora después del primero de diciembre, el señor se va a los Estados Unidos, a donde van a trabajar, tranquilamente quienes se portaron bien con los estadounidenses. Los modernos santanas.
Calderón se va, pero hay que exigirle que nos informe del porque de los incumplimientos de sus promesas, que no se vaya a norteamérica, sin dar la cara. Mientras tanto se anuncia que el país importará gasolinas cuando menos unos 14 años más.
A un mes y una semana de que deje Los Pinos, Calderón debe informar a los mexicanos, además de otras fallas, por qué no se construyó la refinería proyectada para el Estado de Hidalgo. Rendir cuentas pues.
Una refinería que urge al país que ahora tiene que importar más de 350 mil barriles diarios de gasolinas, al precio del mercado petrolero internacional, lo que es una incongruencia en un país petrolero que entrega el petróleo crudo a un precio y lo recibe procesado en gasolinas a un precio más alto.
Estaba claro que el gobierno mexicano no tenía los recursos suficientes para la construcción de una obra de esa envergadura, pero Calderón mintió como lo hizo con otras promesas, la del presidente del empleo, por ejemplo.
Felipe Calderón sabía que eso no era posible y ahora después del primero de diciembre, el señor se va a los Estados Unidos, a donde van a trabajar, tranquilamente quienes se portaron bien con los estadounidenses. Los modernos santanas.
Calderón se va, pero hay que exigirle que nos informe del porque de los incumplimientos de sus promesas, que no se vaya a norteamérica, sin dar la cara. Mientras tanto se anuncia que el país importará gasolinas cuando menos unos 14 años más.
Héctor Moctezuma - Opinión EMET
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