Laboran en el país casi 5% de menores, revelan OIT y Unicef

Ciro Pérez Silva
 
Periódico La Jornada
Viernes 26 de octubre de 2012, p. 39
Aún cuando México ha avanzado hacia la erradicación del trabajo de menores de 13 años, este sigue siendo un fenómeno importante en el país ya que en el año 2011, alrededor de 870 mil niños y niñas de seis a 13 años, casi 5 por ciento de este grupo de la población a escala nacional, continúan trabajando.
En un estudio, realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglás en inglés), se destaca que si bien la edad mínima de admisión al empleo en México es de 14 años los más de 850 mil niños y niñas mencionados se encontraban realizando labores, lo cual está prohibido por la leyes del país.
No obstante, el estudio enfatiza que “en términos generales el progreso en la reducción del trabajo infantil durante 2000-2010 fue sustancial.
Según datos recabados por el Módulo de Trabajo Infantil (MTI) permiten determinar que en el perfil estadístico del grupo de niños y niñas obligados a laborar son aquellos que en su mayoría viven en el campo, cuyas edades fluctúan entre los seis y 13 años.
En 2011, la proporción de niños y niñas de esas edades que trabajaban en zonas rurales representaban 5.8 por ciento del total, cifra que casi duplica al de los menores empleados en las zonas urbanas, que llegó a 3.3 por ciento.
“Más de 185 menores de 10 años se encontraban ocupados en 2011. El trabajo a tan temprana edad constituye una particular preocupación política, ya que los niños y niñas más pequeños son más vulnerables a los abusos, están en mayor riesgo ocupacional de padecer problemas de salud o lesiones, y son los más afectados por una educación insuficiente.

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Un niño de 8 años contribuye a la economía familiarFoto Notimex 
 
El porcentaje de menores que no trabajan ni asisten a la escuela también aumenta progresivamente con la edad, alcanzando 16.2 por ciento a los 17 años. Una vez más, esta alta proporción de personas jóvenes que no trabajan ni continúan con su educación constituye una importante pérdida del potencial productivo.
La proporción más importante se encuentra en el sector de servicios y en el trabajo no asalariado del sector informal, en gran parte fuera del alcance de las inspecciones laborales.

Las tres cuartas partes de estos menores también estudian, pero el hecho de que deban dedicar un promedio de más de 19 horas semanales al trabajo acaba con su tiempo y energías para el estudio, y consecuentemente su capacidad para ponerse a ritmo con sus compañeros de clase que no trabajan fuera de la escuela”, revela el documento.

Agrega que para comprender los actores que subyacen a la tendencia de la reducción del trabajo infantil durante la pasada década y media en México, habría que referirse a las políticas en el campo de la educación, especialmente durante las décadas de 1970 y 1980, ya que contribuyeron a crear una nueva generación de padres mejor educados y menos inclinados a enviar a sus hijos e hijas a trabajar.
Estas mejoras en la educación de los padres, señala el texto, explican poco más de la tercera parte de la reducción en el trabajo de menores de entre 12 y 15 años, y alrededor de 50 por ciento en la que hubo una disminución de la taza de participación de niñas y niños de entre 16 y 17 años”.

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