Ratifican amparo a líderes de la CETEG; agrede federal a corresponsal y fotógrafo de Proceso
Marco Antonio Huerta Medina, agente de la Policía Judicial Federal (PJF) que trató de impedir la labor de reporteros.
Foto: José Luis de la Cruz
Foto: José Luis de la Cruz
CHILPANCINGO,
Gro. (apro).- Los dirigentes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores
de la Educación en Guerrero (CETEG), Gonzalo Juárez Ocampo y Minervino
Morán Hernández, acudieron esta mañana a la sede del Juzgado Séptimo de
Distrito para ratificar su solicitud de amparo, recurso que les fue
concedido para no ser detenidos y enfrentar en libertad el proceso penal
que existe en contra de ellos y 22 miembros más del magisterio
disidentes.
De manera paralela, el magisterio disidente marchó y
realizó un mitin en el centro de esta capital para conmemorar de manera
pacífica el Día del Maestro.
El martes 14 Apro reveló que
jueces de primera instancia de Acapulco y de esta capital libraron
órdenes de aprehensión contra 24 miembros de la CETEG, acusados por la
Procuraduría local de sedición, motín, ataques a las vías de
comunicación y daños en agravio del gobierno del estado, Secretaría de
Educación estatal y la sociedad.
De acuerdo con un informe
oficial, las imputaciones contra los cetegistas están radicadas en siete
causas penales, seis de ellas integradas este año y una en 2012, de las
que tres se encuentran en los juzgados 1 y 10 en materia penal de
primera instancia en Acapulco, y las cuatro restantes en los juzgados 1,
2 y 3 con sede en esta capital.
Juárez Ocampo y Morán Hernández
cuentan con tres órdenes de aprehensión cada uno, mismas que fueron
libradas a principios de marzo y mediados de abril por los jueces de
primera instancia de Chilpancingo.
No obstante, la juez séptima de
distrito, María Soledad Rodríguez González, otorgó un amparo a ambos
para que enfrenten su proceso penal sin ser detenidos, recursos que fue
ratificado este día durante una audiencia realizada por la mañana en la
sede que alberga los juzgados 1 y 7 de distrito, en el centro de esta
capital.
En este lugar, Marco Antonio Huerta Medina, agente de la
Policía Judicial Federal (PJF) y quien se ostentó como “jefe de
seguridad” de los juzgados de distrito, agredió física y verbalmente al
fotógrafo José Luis de la Cruz –colaborador de Proceso– y a este
corresponsal, con el propósito de impedir la labor periodística
argumentando que “no se podía” tomar fotos al edificio público y mucho
menos “a las personas”.
El hecho se registró cerca de las 10:00
horas, cuando los reporteros que estaban frente al edificio del PJF
–sobre la calle 5 de Mayo, debido a que los jueces de distrito han
prohibido el acceso a la prensa– comenzaron a documentar la salida de
los dirigentes cetegistas.
Enseguida, un sujeto vestido de civil
–playera azul y pantalón de mezclilla– se lanzó contra los reporteros
exigiendo a gritos que no se tomaran fotografías; luego bloqueó con su
mano el lente de la cámara de José Luis de la Cruz, al tiempo que exigía
a quienes cubríamos los hechos que nos identificáramos.
Este
corresponsal reprochó la actitud del agente federal, al argumentar que
estaba obstruyendo nuestra labor informativa, sobre todo porque nos
encontrábamos en la calle y no en una zona restringida y, cuando se le
preguntó de quién se trataba, se asumió como jefe de seguridad de los
juzgados.
Sin embargo, el sujeto portaba una credencial colgada al
cuello que lo acredita como agente de la PJF, adscrito a la oficina de
enlace regional Chilpancingo de la delegación de la Procuraduría General
de la República (PGR).
El incidente se convirtió en un altercado
luego de que este reportero retiró la mano del federal que bloqueaba la
cámara fotográfica del colaborador de Proceso; en respuesta, el policía vestido de civil lanzó un golpe al corresponsal de Apro.
Enseguida,
otros compañeros reporteros intervinieron para tratar de apaciguar el
conflicto y Huerta Medina ordenó, en tono iracundo, a los policías
estatales que resguardan habitualmente la sede de los juzgados de
distrito que detuvieran al corresponsal.
Sin embargo, los
uniformados se negaron y, molesto, el agente federal exigió que se
llamara a los policías municipales. Cuando arribaron estos últimos, el
agente federal exigió que se llevaran detenido a este corresponsal,
alegando que había sido “agredido”, pero los uniformados se retiraron
porque Huerta Medina se negó a presentar cargos formales en contra del
reportero.
Sin embargo, lo que sí hizo Marco Antonio Huerta fue lanzar una serie de insultos y amenazas en contra del corresponsal de Apro:
“Si
no fuera por tus amigos que traen camaritas ya te hubiera llevado la
chingada, hijo de tu puta madre”, advirtió el policía judicial federal.
Luego
de manera reiterada y con la clara intención de montar una provocación,
el federal calificaba a este reportero y los colegas que estaban en el
lugar como “pinches mugrosos muertos de hambre”, expresiones utilizadas
comúnmente por integrantes de la delincuencia organizada.
El
corresponsal optó por retirase del lugar para que el incidente no pasara
a mayores y evitar poner en riesgo al resto de los comunicadores,
debido a que el agente federal comenzó a solicitar “refuerzos” a través
de su teléfono móvil.
El policía judicial federal vestido de civil
formaba parte de un grupo de agentes que vigilaban la zona donde
acudieron los dirigentes cetegistas a ratificar su solicitud de amparo.
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