Indiferencia oficial al dolor de los trabajadores
Revista Siempre!
Ante una tragedia más
Martín Esparza Flores
Aún no cierran en San Pedro Xalostoc las
heridas ocasionadas a sus pobladores por el mortal estallido de una
pipa accidentada en la autopista México-Pachuca, por la criminal
negligencia de las autoridades de la Secretaría de Comunicaciones y
Transportes (SCT) y de los legisladores que aún permiten en el país el
uso de tractocamiones de doble remolque, cuando de nueva cuenta una
unidad similar pintó de luto y muerte los hogares de los maestros de la
Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que el día
13 realizaban una protesta pacífica en la caseta de peaje de
Zurumucapio, Michoacán.
La irresponsabilidad oficial tanto de
los miembros del Congreso como altos funcionarios mostró el costo de
vidas humanas que representa autorizar que unidades operadas en malas
condiciones y por choferes mermados por excesivas cargas de trabajo
circulen por las carreteras.
Luego de la tragedia en la humilde
población del Estado de México se prometió revisar las leyes en la
materia para evitar más accidentes, pero lo sucedido en Michoacán habla
de que el discurso cómplice de las autoridades sólo encubre la avaricia
de empresarios sin escrúpulos.
Por qué a raíz de la cerrazón y falta de
cumplimiento en los acuerdos signados con los profesores, tanto por
autoridades federales como estatales, no se les ofrece otra salida más
viable que movilizarse contra la reforma educativa que atenta contra su
estabilidad laboral y la permanencia de la educación laica y gratuita.
A eso fueron orillados los profesores de
la Sección XVIII de la CNTE que ese lamentable día se manifestaban
pacíficamente en la caseta de cobro para ser escuchados por la
población. En tan lamentables decesos, a los que nos unimos con la
solidaridad de los integrantes del SME, hay mucho de culpa de
funcionarios que tanto en Gobernación como en los gobiernos estatales de
manera sistemática no cumplen por lo signado por ellos mismos, por
ejemplo, la ausencia de representantes de Bucareli en los 10 foros
regionales de análisis de la reforma educativa que deberían ser el marco
para escuchar las propuestas de los maestros y expertos en la materia.
La exigencia de los profesores es válida
y está encaminada a echar abajo, con sólidos argumentos, las reformas
avaladas por los legisladores sin el mínimo consenso social, y que han
modificado los artículos constitucionales, tercero y 73; este último
otorga al Congreso la facultad de establecer el Servicio Profesional
Docente, cuando su anterior fracción XXV, ahora alterada, ni siquiera se
aplicaba al pie de la letra.
Esperemos que la muerte de los cinco
profesores michoacanos sirva de ejemplo y aliciente a la lucha de toda
la clase trabajadora, y motivo de reflexión para preguntarnos hasta
dónde llega la indiferencia de quienes nos gobiernan.
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