SME: 100 años de digna lucha histórica
CONTRALINEA
Acorde a su grandeza y prosapia
históricas, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) celebró en una
Asamblea Magna sus 100 años de existencia, afianzando sus
inquebrantables raíces como una organización combativa, vertical e
independiente, que desde el siglo pasado ha estado al lado de las
grandes luchas sociales del pueblo de México.
La
tecnocracia panista, que con su arbitrario decreto de extinción de Luz y
Fuerza del Centro intentó aniquilar al SME, mostró una gran ignorancia
de la historia del país y pasó por alto que fueron los fundadores de tan
digna institución gremial quienes con sus primeras luchas sentaron las
bases del derecho a huelga y a la contratación colectiva en la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, entre
otras conquistas.
Personajes que en su momento se escudaron
en la falacia de lanzar a la calle, por el “bien de la nación”, a 44
mil trabajadores, como ocurrió el aciago 11 de octubre de 2009, ahora
deberán enfrentar el juicio en el tribunal de la posteridad.
Felipe Calderón y los secuaces que lo acompañaron en tal infamia –Javier
Lozano, Georgina Kessel, Fernando Gómez Mont, Jorge Gutiérrez Vera y
Alfredo Elías Ayub– fracasaron en su intento por acabar con el SME, al
que luego del artero despojo a manos de fuerzas policiales y castrenses
le daban pocos meses de vida. En la balanza de la historia, su
encubierto golpe de Estado deberá valorarse por las futuras generaciones
que analizarán sus apócrifos beneficios reportados al país; uno de
ellos, el alto impacto social en contra de la economía familiar de
millones de usuarios a quienes se les incrementó ilegalmente el costo de
sus recibos de luz. Desde el primer momento en que la Comisión Federal
de Electricidad inició la imposición de los injustos cobros, el SME le
brindó a los afectados orientación y apoyo.
Además, su incultura histórica no les
permitió ver a quienes, con todo el poder del Estado, agredieron al SME
que no se trataba de una organización charril, de ésas que abundan y
pululan en el ámbito del corporativismo oficial, sino todo el legado
histórico en el bregar de hombres y mujeres que lo mismo enfrentaron al
represor gobierno de Venustiano Carranza, quien en 1916 los reprimió con
la fuerza de las bayonetas en sus centros de trabajo; que apoyaron al
gobierno del general Lázaro Cárdenas en 1935, cuando fuerzas de la
reacción buscaron echar abajo su política nacionalista en favor de las
luchas obreras y campesinas que se acrisolarían en el triunfo de la
huelga del SME en 1936, con la obtención de un contrato colectivo que
fue ejemplo por sus logros a nivel nacional e internacional; y la
consumación de la Expropiación Petrolera, el 18 de marzo de 1938.
El SME fue protagonista directo en la
nacionalización de la industria eléctrica en 1960, cuando el presidente
López Mateos confirió a los líderes y agremiados la responsabilidad
histórica de velar por su cuidado y sano desarrollo en bien del pueblo
de México.
Vigorosos antecedentes ignorados por los
sátrapas panistas que en su afán por iniciar el proceso de privatización
del sector energético del país creyeron ilusamente que criminalizando
un movimiento de resistencia, a través de una onerosa estrategia
mediática, se desalentaría a los 16 mil 599 guerreros y guerreras que se
negaron a liquidarse y decidieron dar una batalla digna con la frente en alto,
misma que ahora está a las puertas de la victoria final, logrando
recuperar su derecho a un trabajo digno y estable, como también a una
pensión vitalicia.
No puede pasarse por alto que la
resistencia mostrada todos estos años por el SME no es obra de la
generación espontánea, sino producto de una lucha donde pervive una
definida conciencia de clase, lograda por los cimientos que le dieron
vida. Estos principios doctrinarios son los que han mantenido actuante
su compromiso no únicamente con la defensa de los derechos de sus
agremiados, sino con los de todo el pueblo de México.
El acoso de las Fuerzas Armadas no ha
minado la trayectoria obrera, patentizada a lo largo de 10 décadas, como
tampoco otros métodos de intimidación, como el encarcelamiento de
varios de sus miembro que, hoy como ayer, obtuvieron su libertad gracias
a la movilización y exigencia de justicia, que no cesó hasta verlos
exonerados.
Los más de 27 mil electricistas, activos
en resistencia y jubilados, que abarrotaron la Arena Ciudad de México
el pasado 17 de diciembre, confirmaron durante la Asamblea Magna del
Centenario de su organización que hay SME para otros 100 años. Un
Sindicato que renace con una renovada fuerza moral y gremial justo en el
momento en que la clase trabajadora, como hace 1 siglo, enfrenta una
evidente agresión a sus derechos laborales.
Hay plena conciencia de la
responsabilidad que espera en el futuro a la actual generación de
electricistas, que ha logrado una victoria histórica e inédita a nivel
mundial, donde a lo largo de 5 años luchó contra la cerrazón de los tres
Poderes de la Unión y soportó una de las peores injusticias cometidas a
la clase trabajadora: la revocación de los ministros de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación al amparo emitido a favor del SME por el
Segundo Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Primer Circuito, el
13 de septiembre de 2012. El 30 de enero de 2013 quedará inscrito en la
historia como la fecha en la que la Corte cometió una vergonzosa
felonía a consigna del Poder Ejecutivo.
Luego de 5 años de ruta crítica, el
esquema planteado por el gobierno federal a través de la Secretaría de
Gobernación posibilitará alcanzar en los próximos meses el regreso al
trabajo de los electricistas que no aceptaron la liquidación y se han
mantenido inamovibles en la lucha, desde el 11 de octubre de 2009. En la
mesa de negociación ha surgido el compromiso gubernamental para dar
paso a la creación de empresas con participación de capital público,
privado y social, que permitirán al SME atender las distintas materias
de trabajo, ya sea en las áreas de transmisión, distribución aérea y
subterránea, comercialización y las demás inherentes a la actividad
eléctrica.
Como organización centenaria, el SME va
en pos de una negociación de su contrato colectivo de trabajo, que
garantizará su existencia bajo la inalterable consigna de que los
derechos de sus jubilados no están sujetos a negociación alguna porque
son derechos adquiridos, estableciendo la necesidad de recobrar la
vigencia de sus documentos históricos para que las nuevas generaciones
se enteren a detalle de los gloriosos anales que encierran sus luchas
pasadas, con el objeto de “conocer para defender” los derechos tanto de
la clase trabajadora como del pueblo de México, al que debe expresarse
en un acontecimiento tan memorable una infinita gratitud por su apoyo.
Estamos plenamente seguros de que en su
centenario, el Sindicato Mexicano de Electricistas es una organización
vigorosa y actuante que ha enaltecido la dignidad, el honor y el legado
de sus fundadores. ¡Larga vida al SME!
Martín Esparza Flores*
*Secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas
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