Auditorías ciudadanas, modelos a seguir en México
CONTRALÍNEA
5. julio, 2015
Autor: Martin Esparza
El despertar ciudadano en Europa ha
posibilitado un cambio de paradigma en los procesos electorales de
países como Grecia y España, donde este año se desplazó a los
enquistados partidos tradicionales para dar paso al triunfo de agredidos
sectores de la sociedad, ahora empoderados, imponiendo una agenda
económica como parte sustancial de una renovada democracia que está
planteando, entre otros puntos, auditorías ciudadanas a las
estratosféricas deudas públicas contraídas por gobiernos anteriores y
que han representado el deterioro en el nivel de vida de millones de
habitantes al grado de paralizar su desarrollo económico, acrecentando
el desempleo y los recortes presupuestales a rubros como la salud, la
seguridad social y las pensiones, como parte de las imposiciones y
chantajes que organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y
el Banco Central Europeo (BCE) buscan aplicar a Grecia como insalvable
condición para liberarle recursos emergentes que eviten una probable
moratoria.
Desde que en enero pasado ganó las
elecciones en la nación helénica el candidato del Partido Syriza,
Alexander Tsipras, anunció un cambio a fondo sobre el modelo neoliberal
que hasta entonces imperaba en aquella nación, anticipando que iniciaría
un proceso de renegociación de la deuda y frenaría las agresivas
medidas de austeridad impuestas por el gobierno conservador de Antonis
Samarás, quien sumisamente se plegó a los dictados de la llamada Troika
(la Comunidad Europea, el BCE y el FMI), y cuyas repercusiones
afectaron a millones de griegos en su nivel de vida y condujeron a los
graves disturbios registrados en esa nación en 2008, donde miles de
jóvenes, trabajadores, empleados públicos y pequeños empresarios
agraviados empezaron a identificarse con el discurso de Tsipras
sumándose a su lucha.
Las medidas autoritarias y antisociales
adoptadas de igual forma por el presidente Mariano Rajoy, en España, que
pretextando, al igual que Samaras, ineludibles compromisos de su
gobierno para solventar el aumento en los intereses de su deuda pública
–elevado de manera unilateral por los organismos financieros
internacionales en 7 mil 794 millones de euros, entre 2010 y 2011–,
autorizó la aplicación de un plan de austeridad que en aquel país
impactó en los programas de salud, de enseñanza preescolar y primaria,
en las prestaciones amparadas en la seguridad social, como las
asignaciones por maternidad, licencias en cuidado de los hijos y
subsidios a la provisión de comida de los niños pobres en edad
preescolar.
Para atender la voracidad de los
banqueros, además de aplicar recortes a los programas sociales por 7 mil
156 millones de euros, Rajoy terminó por colapsar la economía española
al desatar una graves crisis social aderezada por miles y miles de
empleados públicos que vieron reducidos sus salarios o fueron
despedidos. De la noche a la mañana, la clase media española
enfrentó la disyuntiva de no tener para pagar sus hipotecas, o al menos
el alquiler de sus viviendas, siendo lanzada literalmente a la calle.
El pasado mes de mayo, los españoles
organizados en agrupaciones emergentes surgidas de la propia sociedad
civil como el Movimiento Podemos, repitieron el hartazgo social de
Grecia y dieron un histórico revés a partidos tradicionales como el
derechista Partido Popular –de Rajoy–, pero también al Partido
Socialista Obrero Español (PSOE), ganando en las principales ciudades
ibéricas como Madrid (la capital), Barcelona y Valencia, hasta sumar un
total de 10 de los principales ayuntamientos.
Pero al igual que en Grecia, esta
irrupción social al poder no ha quedado en un mero cambio de estructuras
burocráticas y de funcionarios; conocedores en carne propia de los
efectos de las políticas neoliberales que tanto daño han causado a su
economía, los ahora ganadores buscan materializar un esquema de revisión
que permita conocer los orígenes de las aberrantes deudas que han sido
el argumento para extraer miles de millones de recursos públicos, para
satisfacer las exigencias de la banca mundial, y que permita conocer
quiénes son los principales responsables de estos desfalcos
multimillonarios que han empobrecido a millones de habitantes en España,
Grecia, Portugal y muchos otros países, cuyo patrón de conducta,
irresponsable y servil de sus gobierno es muy similar. La exigencia es
saber a detalle quién debe a quién.
Bajo la figura de auditorías ciudadanas,
organismos como el Parlamento Griego han aprobado la Auditoría de la
Deuda y la Verdad, que con el consenso del gobierno y la ciudadanía
llevará a cabo la ardua tarea de identificar las causas reales de las
deudas pasadas, a través de mecanismos de fiscalización, donde la
sociedad esté presente en todo momento, dando un puntapié a los
tradicionales métodos de fiscalización y revisión como los existentes en
México, donde las auditorías en los tres niveles de gobierno dependen
directamente de la clase gobernante.
En ciudades de España, como Valencia, las
autoridades del nuevo gobierno municipal han publicado una carta
abierta a toda la población, detallando los pormenores para la creación
de una Comisión de Auditoría y Transparencia que incluya como uno de sus
objetivos “la realización de una auditoría ciudadana de la deuda
municipal que identifique qué parte de la misma es ilegítima o ilegal,
abogando por el impago de esa proporción de la deuda”.
El nuevo ayuntamiento de aquella ciudad
plantea también que “es imprescindible en el proceso de esa auditoría
ciudadana de la deuda, conocer cuáles han sido los mecanismos del
endeudamiento y quiénes han sido los responsables, para iniciar acciones
legales destinadas a depurar responsabilidades y demandar
reparaciones”.
El modelo de fiscalización donde es la
propia ciudadanía la que “participa, la que propone y decide criterios a
utilizar para evaluar la deuda”, no únicamente ha puesto a temblar a
infinidad de políticos corruptos, sino a empresarios, banqueros
cómplices y altos funcionarios de los organismos internacionales, pues
hay la plena conciencia en millones de europeos de que no han sido ellos
los culpables de que las deudas de sus países hayan llegado a niveles
de inducida insolvencia, razón por la que en Valencia se busca que haya
una plena identificación de “aquellas deudas que han sido creadas
artificialmente entregando dinero público a entidades financieras y a
agentes particulares. De tal forma que se puedan emprender acciones
contra los responsables públicos y privados que han actuado en contra de
los intereses de la población”.
El movimiento social y los gobiernos que
han emergido del mismo en Grecia y España buscan negociar de frente y
con sólidos argumentos ante los banqueros y organismos financieros
mundiales para demostrar que no es posible ni aceptable expoliar a
millones de habitantes por los negocios ilícitos de unos cuantos, y
donde son ellos mismos los que a través de la corrupción se han
encargado de esquilmar los recursos públicos de forma ilícita. El
declarar una moratoria como puede suceder en el caso de Grecia, estaría
más que justificada por la execrable voracidad del FMI y el BCE.
Voces como la del eurodiputado español
Miguel Urbán se han hecho escuchar en el Parlamento Europeo ante el
presidente del BCE, Mario Draghi, advirtiendo que no hay razones válidas
para seguir chantajeando y expoliando por el tema de una deuda
ilegítima a las clases trabajadora y popular del Sur de Europa. Urbán
dejó en claro que la lucha de millones por recuperar su dignidad y la
defensa plena de sus derechos humanos no tiene reversa. “Es importante
estar en los parlamentos pero es fundamental nunca perder las calles”,
dijo en el seno de una Comunidad Europea que empieza a crujir junto con los cimientos torcidos
de la decadente oligarquía internacional. En México va siendo hora de
poner en la mesa de la discusión nacional el realizar una auditoría
ciudadana a nuestra disparada deuda pública. Asunto que tocaremos en la
próxima entrega.
Martín Esparza Flores*/Primera parte
*Secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas
[OPINIÓN]
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