Pide el Papa diálogo para resolver el litigio marítimo entre Bolivia y Chile

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Miles de personas salieron a las calles para ver y saludar el paso del papa Francisco durante un recorrido por la comunidad de El Alto en la ciudad de La PazFoto Ap
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Venta de imágenes del papa Francisco, quien debido a la altura sólo paso unas horas en El AltoFoto Ap
Bernardo Barranco
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Jueves 9 de julio de 2015, p. 21
El Alto, Bolivia.
El papa Francisco arribó a Bolivia este miércoles con cierto retraso, después de haber convocado a más de 2 millones de fieles en Ecuador, la primera escala de su segundo viaje por América Latina. Fueron fuertes sus denuncias sociales en su primera etapa. En dos celebraciones masivas, Francisco, tanto en Quito como Guayaquil, centró su prédica en la familia, el medio ambiente, la justicia social y la opción de los excluidos. Su presencia propició una tregua política, pero deja un Ecuador sacudido por las polarizaciones políticas y manifestaciones sociales que acusan al gobierno de autoritarismo y pugnan por un mejor desempeño en la economía.
Reposicionamiento de la Iglesia boliviana
Francisco llega a una Bolivia muy distinta de la que visitó en 1988 Juan Pablo II. El Papa argentino se encuentra ante un Estado plurinacional, laico y multicultural. Además, éste se pronuncia orgulloso, porque reivindica los valores e identidades indígenas, fomenta conservar sus ritos y costumbres ancestrales, en convivencia con el catolicismo y con la cultura secular occidental desde lógicas de inclusión que el mismo Francisco reconoció en su alocución inicial en el Aeropuerto Internacional El Alto.
El Papa mencionó en tres ocasiones la nueva constitución boliviana aprobada en 2009; consigna importante, ya que fue rechazada abiertamente en su momento por la conferencia episcopal boliviana. Dicha constitución en su artículo 1 dice: Bolivia se constituye en un Estado unitario social de derecho plurinacional comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías. Y en su artículo 4 establece: El Estado respeta y garantiza la libertad de religión y de creencias espirituales, de acuerdo con sus cosmovisiones. El Estado es independiente de la religión.
Bolivia es laica, aunque al mismo tiempo es un mosaico religioso intenso de creencias populares, pero ya no tiene una religión oficial. Predomina el catolicismo y la religiosidad tiene muchos sincretismos y devociones populares donde se conjugan las religiones antiguas.
La anterior constitución consagraba a la religión católica, apostólica y romana como la religión oficial del Estado. Evo Morales la confrontó y canceló este privilegio, porque desde la Colonia la Iglesia era parte central del poder y de la conducción de las políticas públicas. Evo Morales en diferentes momentos se ha enfrentado con la jerarquía y respondió tajante cuando los obispos rechazaron la nueva carta magna: la Iglesia católica es un símbolo del colonialismo europeo y por lo tanto debe desaparecer de Bolivia.
En ese contexto, se acelera la revalorización de las deidades indígenas y es frecuente realizar actos rituales y ofrendas, por ejemplo, a la Pachamama. Evo Morales y su gobierno han fomentado el regreso a los ritos ancestrales. Paradójicamente, el papa Francisco es más cercano a las posturas sociales de Evo Morales que al episcopado boliviano, donde existe una fuerte inercia en la herencia conservadora de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Sin embargo, el papel de Francisco es reabrir puentes, canales de comunicación e interlocución entre el gobierno y el episcopado. De hecho ya se inició con la misma organización de la visita.
Recuerdan a un mártir
La llegada de Francisco a Bolivia es todo un reto para la salud del pontífice de 78 años. El Papa tuvo que sortear no sólo la altura de más de 4 mil metros, sino el frío. Jorge Mario Bergoglio, además de su grueso abrigo tuvo que ponerse una poncho blanco; el clima gélido contrastaba con la calidez y entusiasmo de los cientos de miles de alteños y salteños que acudieron a recibirlo en las calles durante su trayecto. Se escuchaban diversos coros, pero predominan algunos pegajosos como: ¡Francisco, amigo, Bolivia está contigo!
Bergoglio ha respondido con candidez a las muestras de afecto del pueblo boliviano. En una de las curvas en la carretera que conduce del aeropuerto a La Paz, el papa Francisco hizo un alto, justo en el recodo donde fue encontrado el cadáver del jesuita Luis Espinal, torturado y asesinado arteramente en marzo de 1980 por la dictadura militar del general Luis García Meza, casi de manera simultánea al magnicidio de Óscar Arnulfo Romero en San Salvador. Ahí el Papa dijo con suavidad: “quiero recordar a un hermano nuestro, víctima de intereses que no querían que se luchara por la libertad de Bolivia. El padre Espinal practicó el evangelio; por eso lo eliminaron…que descanse en paz”. Espinal es parte de la mariología del país, se ha convertido en el ícono de los derechos humanos de Bolivia y hay iniciativas para impulsar su beatificación.
Salida al Mar
Aunque Federico Lombardi, vocero papal, había adelantado que Francisco no incluiría opiniones de política internacional, Bergoglio abordó la delicada disputa entre Chile y Bolivia. El presidente Evo Morales, en su discurso de bienvenida en el aeropuerto le expresó: Bienvenido a una parte de la patria grande, a la que se le ha mutilado su derecho de acceso al mar mediante una invasión, en alusión a la demanda boliviana de una salida al mar presentada a la Corte Internacional de Justicia.
Ante la clase política, en la catedral de La Paz, el Papa instó  a utilizar un diálogo franco y abierto, evitar conflictos con los países hermanos, y citó el problema de la salida al mar, que Bolivia reivindica a Chile: “Estoy pensando en el mar. Diálogo, diálogo… es viable, es indispensable construir puentes en lugar de muros”, dijo momentos después de elogiar la diplomacia para evitar conflictos entre pueblos hermanos y para contribuir al diálogo franco y abierto de los problemas, pues, por espinosos que sean, tienen soluciones compartidas, razonables, equitativas y duraderas.
En esta misma reunión Francisco exaltó las búsquedas culturales y de inclusión de Bolivia, que transita un momento histórico: las religiones son parte de este hermoso desafío de unidad.
Francisco se retiró, pero grandes temas quedan pendientes ahí: el rescate del cristianismo en Bolivia, que ha descendido a 67 por ciento, la libertad religiosa y reposicionar la Iglesia católica frente a un gobierno refractario, así como acompañar las búsquedas de inclusión y multiculturalidad del gobierno de Evo Morales. Vaya agenda.

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